Críticas
El tercio de las mujeres
La kermesse heroica
La kermesse héroïque. Jacques Feyder. Francia, 1935.
La Kermesse heroica es una bella película, una comedia seria, que transcurre en una pequeña ciudad de la región de Flandes (norte de Bélgica) en los inicios del siglo XVII, región dominada en la época por España y escenario de la guerra conocida como Guerra de Flandes o de los Ochenta Años. La hegemonía española estaba respaldada por los tercios, que eran unidades del ejército español, famosas por su resistencia en las batallas, la élite de las unidades militares de la época. Constituían cuerpos de infantería comparables a las legiones romanas o las falanges de hoplitas de Alejando Magno. En el caso de los Tercios españoles, se pueden considerar como los precursores de los que sería un ejército moderno, al estar formado por voluntarios profesionales expertos: tenían la capacidad de combinar con maestría las lanzas largas (picas) y las armas de fuego y eran por ello temidos cuando irrumpían en los poblados.
La villa de Flandes es la protagonista principal de esta historia. De inmediato, el espectador se siente visitando su plaza, en medio de su mercado pintoresco, que bulle en movimientos y actividades. Las personas conversan, caminan, venden y compran y disfrutan de sus vidas cotidianas, en escenas típicas de lo que puede ser una aldea de origen campesino en plena transición hacia el modernismo, el comercio y la vida urbana. Las escenas son semejantes a los cuadros pintados por la famosa dinastía de los pintores Brueghel, recreadas en vivo por Feyder, quien inclusive incluye un pintor de apellido Brueghel como personaje muy importante de la historia. La tranquilidad de la villa se ve súbitamente interrumpida por la irrupción de los tercios españoles, anunciada por un grupo impetuoso de jinetes que entran y causan estremecimiento en el pueblo. En esos momentos las gentes se preparaban para celebrar una kermesse, palabra que muy apropiadamente viene del neerlandés kercmisse, de kerk (iglesia) y miss (misa) y que es una fiesta popular al aire libre que se celebraba en Flandes en los días de carnaval. Es un nombre que se usa en los pueblos de Colombia, mi tierra, para referirse a los bazares asociados con las fiestas religiosas.
¿Cuál es el heroísmo de esta kermesse? Resulta que las mujeres del pueblo deciden acoger a los invasores en forma festiva, haciéndolos sentir como en su casa, mientras que los hombres se esconden, se escapan o se hacen los muertos. Es toda una celebración de la inteligencia femenina que a base de acogida y simpatía apaga los ánimos guerreros de una banda invasora y los convierte en amistosa convivencia. Es todo un contraste con lo que siempre ha ocurrido cuando las hordas invaden los pueblos: violaciones, destrucción, incendios, muerte, sufrimiento, despojos, triunfos y derrotas. Naturalmente que estos métodos de las mujeres de esta historia van en contravía con el heroísmo guerrero de los pueblos, que se han sacrificado y luchado hasta la muerte por rechazar a los invasores de turno. Aún en su día La kermesse heroica fue objeto de protestas cuando fue exhibida en las ciudades de Flandes, que todavía recuerdan y celebran las antiguas luchas por defender su espíritu nacionalista.
Jaeques Feyder fue un director extraño, que osciló entre lo rutinario y lo creativo y La kermesse heroica es la mejor de sus obras. Es una cinta tan extraña como Feyder mismo, llena de fuerza y de humor; una celebración gozosa de la vida, donde conviven en un ambiente muy divertido dos de los extremos de la naturaleza humana, la bárbara guerra machista y la delicada refinación femenina. Lo insólito es que lo femenino vence y el humor y la gracia se imponen sobre la barbarie. Algunos han dicho con cinismo racional que el filme es una celebración de la acomodación fácil de lo femenino ante lo masculino: basta con otorgar favores para no caer en violaciones. Pero este no es, a mi parecer, el sentido real de la película. Se me ocurre más bien, que sugiere un rompimiento mayor de esquemas: utilizar los refinamientos de lo femenino para resolver los problemas de la violencia guerrera, algo que los hombres no han sabido hacer todavía, atrapados por los heroicos argumentos de los señores de la guerra. Al mismo tiempo hay un tema subyacente en el filme: el valor del arte como elemento de unión y de trascendencia, incluso cuando toca los temas de la vida diaria, simbolizado por una escena en que los oficiales españoles se entretienen en apreciar y comentar una pintura que se refiere a la villa que están ocupando. ¿Demasiado idealista? Quizás, pero también provocativo como posibilidad de que el foco de los guerreros pueda ser atraído hacia el arte, como fuente de sensibilidad y de trascendencia, lo cual en general no dejaría de ser positivo.
Llama la atención la calidad del guión y de los personajes, cada uno perfectamente delineado a través de las frases y de las escenas, no importa que se trate de caracteres menores. El espectador siente poesía en los diálogos, en las miradas, en las actitudes, en el diseño, en los espacios. Como ha dicho un crítico “todo en este filme fluye en auténtico estado de gracia”.
La hora de lo femenino heroico
Es la hora de la celebración
y bien vale la pena suponer lo mejor,
imaginar que los guerreros tienen corazón,
que los hombres no sabrán atacar
cuando se vean rodeados del amor.
Es la hora de la kermesse heroica,
esa que nunca se ha celebrado,
porque los hombres de visión estoica
dominan el ambiente y vienen a luchar
arrasando a su paso, armados de valor.
Es la hora de las danzas festivas,
esas que solamente se hacen en carnaval.
Intuir que la vida es una fiesta que no termina,
que la energía armónica de la música
ordena al mundo con su paso encantador.
Es la hora de la libre creación
y bien vale la pena ser atrevido, original;
diseñar, inventar, proponer en toda ocasión,
encontrando en cada circunstancia alternativa
para hacer que el mundo sea más bello y mejor.
Es la hora del aprecio, de la admiración,
y bien vale la pena observar con atención
encontrando en las cosas el motivo y la razón
para enamorarse, para ensimismarse,
para caer rendidos, en permanente homenaje de amor.
En fin, es la hora de la fina ternura.
la hora de la valentía femenina, la de la madre,
la de la esposa, la de hermana; y la hermosura
del equilibrio, del juicio inteligente,
debe vencer a la guerra e imponerse finalmente.
Ficha técnica:
La kermesse heroica (La kermesse héroïque), Francia, 1935.Dirección: Jacques Feyder
Guion: Jacques Feyder, Charles Spaak, Bernard Zimmer, Robert A. Stemmle
Producción: Pierre Guerlais
Fotografía: Harry Stradling, Louis Page, André Thomas
Música: Louis Beydts
Reparto: Françoise Rosay, Jean Murat, Louis Jouvet, Micheline Cheirel, Lyne Clévers, Alfred Adam
Aún no he visto la película, pero con esta descripción tan idealista y bella la voy a ver y estoy segura de que me va a encantar.
Una hermosa pelicula. Cada escena es cuadro de los famosos flamencos. Anti belica. Hagan el amor y no la guerra. Feminista. Con una critica a la iglesia. No el uden la homosexualidad ni la cobardia de los funcionarios. No! a los casamientos arreglados o por conveniencia. Es de 1935 pero resistio airosa el paso del tiempo.