Críticas
Imperfección humana
La profesora de parvulario
Otros títulos: La maestra de kinder.
The Kindergarten Teacher. Sara Colangelo. EUA, 2018.
La profesora de parvulario / La maestra de Kinder es una producción de Netflix, bajo la dirección de Sara Colangelo (Little Accidents, 2014), que en realidad se trata del remake de una película israelí del 2014, llamada de igual forma, escrita y dirigida por Nadav Lapid, la cual tuvo una gran aceptación y buena crítica en su año.
Indudablemente, esta, la segunda película de Colangelo, aborda un tema complejo e interesante, planteando además, múltiples cuestionamientos al respecto. El argumento va sobre un pequeño de apenas cinco años, Jimmy (Parker Sevak), con un especial talento para componer poemas; un niño con un don particular, que tanto en su casa como en la escuela ha pasado inadvertido, hasta que Lisa Spinelli, su sensible maestra de preescolar, interpretada magníficamente por Maggie Gyllenhaal, descubre esta asombrosa aptitud y decide alentarlo, impulsando al chico a seguir inventando poemas, escribiendo cada uno de estos.
A su vez, Spinelli es, en cierta forma, una poeta frustrada, con muchas carencias y decepciones en su vida personal, por lo que asiste semanalmente a un curso de literatura como forma de desahogo; sin embargo, sus versos no llaman especialmente la atención de su profesor, Simón, interpretado por Gael García Bernal (Museo, 2018; Me estás matando Susana, 2016), ni del resto de sus compañeros, hasta que una noche decide utilizar uno de los que inocentemente recita Jimmy, sorprendiendo a todos.
A partir de ahí, la historia se irá desarrollando, complicándose cada vez más y señalando en su camino varios conflictos que nos afligen en la actualidad, como lo son, por un lado, la falta de motivación en los enajenados jóvenes que ya no tienen ambición ni interés por nada que les implique algún esfuerzo extra; por el otro, lo que una sociedad desinteresada o distraída puede hacer con los niños que son especiales o diferentes, ya que regularmente se trata de una sociedad incapaz de advertir a un niño prodigio, para diluirlo entre la mayoría, hasta emularlo o volverlo invisible.
Asimismo, La maestra de Kinder plantea el dilema moral de hasta qué punto la educadora de preescolar puede involucrarse en la vida de un alumno, y qué tanto tiene ella el derecho de decidir en nombre de su padre, que es quien está a cargo del pequeño. A decir verdad, este paradójico personaje, Spinelli, se involucra a tal grado, que se vuelve casi una obsesión para ella el promover el talento de Jimmy, cayendo de pronto en situaciones completamente fuera de control.
Claramente, La profesora de parvulario hace una invitación a la reflexión sobre ciertos planteamientos éticos, tanto de la profesión de maestra como de los padres de familia ante las nuevas situaciones que enfrentan los niños y adolescentes de nuestro tiempo. Cuestiona el lugar en el que están puestos valores e intereses, haciendo especial hincapié en lo que les sucede a aquellos quienes poseen talentos únicos. Y cómo siempre, lo más fácil es insertarlos en la sociedad, para crear así, masas amalgamadas en las que no haya distinciones ni diferencias, lo que resulta más sencillo para todos los que los rodean.
En cierta forma, tras visualizar ambas cintas, uno podría de pronto preguntarse el porqué de la necesidad de hacer un remake, sobre todo a tan poco tiempo de haberse realizado la original. Y es que las diferencias entre una y otra no son tantas que justifiquen tal decisión. Quizá la idea de Colangelo haya sido hacer más accesible y cercana esta interesante historia, que pudo no haber llegado a las salas comerciales norteamericanas por ser hablada en otro idioma. Pero es que, en realidad, son verdaderamente parecidas, podemos incluso notar que la fotografía y algunos de los planos y movimientos de cámara son, de hecho, muy similares a los de la película de Lapid; sin embargo, en cierta medida, Colangelo logra hacer suya la historia y tropicalizarla a la sociedad norteamericana, ubicándola en un pequeño poblado de Staten Island e insertando una problemática local. Y por otro lado, no cabe duda que lo que ayuda a obtener un buen resultado, es la destacada actuación de Gyllenhaal (Corazón rebelde, 2009; Más extraño que la ficción, 2006), en la que se apoya por completo, porque es quien definitivamente sostiene la película sobre sus hombros. Ella –y no el niño, como lo fuera en la cinta israelí–, se convierte en el epicentro del conflicto planteado por Colangelo. Sus expresiones, motivaciones, decisiones, son las que generan la tensión dramática necesaria para mantener el interés del espectador en todo momento, intrigado y en suspenso por conocer las verdaderas intenciones de sus actos, y por saber si su estado emocional está en equilibrio o está completamente rebasada por la frustración.
Por lo que podemos concluir que, tal vez, no había una verdadera necesidad de hacer una copia a cuatro años de su original, pero de todas formas el resultado final es un filme verdaderamente interesante, muy bien interpretado y con una temática espinosa, basada en la turbia y compleja personalidad de la protagonista, y que en definitiva, nos hace una invitación a la reflexión; y si hacer un remake es la manera en que se logra que una historia valiosa llegue a un número mayor de espectadores, pues entonces, que así sea.
Ficha técnica:
La profesora de parvulario / La maestra de kinder (The Kindergarten Teacher), EUA, 2018.Dirección: Sara Colangelo
Duración: 96 min minutos
Guion: Sara Colangelo
Fotografía: Pepe Avila del Pino
Música: Asher Goldschmidt
Reparto: Maggie Gyllenhaal, Parker Sevak, Rosa Salazar, Anna Barynishikov, Michael Chernus, Gael García Bernal, Anna Baryshnikov, Ajay Naidu, Daisy Tahan, Haley Murphy, Sam Jules, Samrat Chakrabarti
Excelente reseña.
Apología de la pedofilia. Terrible.
Si fuera la misma historia pero fuera un maestro y una pequeña; esta película sería vetada.
Como se nota qué no eres maestra, o no puedes ponerte en los zapatos de un maestro. Puesto qué demuestra lo mucho que puede llegarle a interesar a un maestro su pupilo y la frustración de no lograr una sensibilizar al padre para qué el niño no se pierda. Éticamente puede haber cuestionamientos, sobre todo por la delgada línea de hasta donde puedes llegar como maestro, sin embargo lejos de la pedofilia, más se ve como un problema mental producto de la frustración de su labor docente y el poco impacto de su labor en la familia y sus expectativas personales.