Críticas
Amor y desmemoria
La memoria infinita
Maite Alberdi. Chile, 2023.
El cine puede volar nuestra imaginación por los aires. Nos sumerge en historias imposibles de seres casi todopoderosos que vuelan y desafían las leyes de la física; visitamos lugares fantásticos, simplemente, atravesando un armario o viajamos a galaxias muy, muy lejanas. Nos invita a épocas pretéritas o nos adelanta el futuro, retuerce la realidad con la que construimos maravillosas ficciones con las que se entretiene y fascina al público.
La magia del cine es la puerta a los sueños.
Aunque esa es solo una parte de la enormidad del séptimo arte. El espectáculo forma esencia indeleble del oficio de hacer películas desde que un tren en blanco y negro se abalanzaba contra el público en una barraca de feria. Pero, al mismo tiempo, no se podía dudar de la capacidad de la cámara de ser el ojo que capta la realidad, alejada de todo artificio o truco visual. El espejo en el que reflejar las alegrías y miserias, capturando el momento para la posteridad, ladrillos de memoria en 35 mm.
Sobre memoria trata la película de Maite Alberdi, La memoria infinita (Maite Alberdi, Chile, 2023). Íntima, hermosa y desgarradora crónica sobre lo que somos, sobre lo que dejamos de ser cuando la enfermedad nubla los recuerdos. Acerca de la angustia de la pérdida de nosotros mismos, de nuestros relatos, incapaces de dar sentido al cuadro completo de la vida. Para ello renuncia a la ficción lacrimógena y se aferra con dolorosa pasión al formato documental, rompiendo con la soledad de este proceso tan brutal al compartir el viaje de Augusto y Paulina con el público.
El sendero es desgarrador, sí, pero tan humano que rompe en mil pedazos nuestra posición respecto al hecho, incapaces de hacer nada más que observar, comprender y empatizar. Sentimos un miedo atroz, por ser uno u otro, por el salvaje enfrentamiento entre ver cómo se desvanece el ayer o ser parte de esos recuerdos extraviados en la mirada de las personas que queremos.
La propuesta de Alberdi es honesta y sincera, por eso emociona. Es humana, con todas sus contradicciones, entre el humor y la desesperación, el miedo y la pureza, los destellos de aquello que fue y la tiniebla del olvido. Son piezas de vida, de la de cualquiera, cine desde lo pequeño, lo cotidiano. El absurdo de la existencia, en todo su esplendor, con toda la crudeza. Algo que desde lo minúsculo que pueda ser la vida privada de dos desconocidos muta en auténtico obús emocional en el que verse reconocido.
Alberdi se sumerge en el presente, pero construye la historia de la pareja protagonista. Para que entendamos quienes son ahora tiene la obligación de narrar el compromiso de ambos. Compromiso en su relación y con su entorno. Compromiso combativo en un país de profundas heridas, en el que la voz de tantos se silenció con violencia. Porque La memoria infinita es una película sobre los efectos devastadores del Alzheimer, sí, pero también lo es sobre la memoria colectiva. La lucha de Augusto Góngora se arrastra hacia la bruma de su enfermedad. Los amigos caídos, el horror, las cicatrices, la justicia para las víctimas de años de dictadura criminal, se pierden en la desmemoria.
Así se reivindica, dentro de la intimidad del relato, la memoria de todos, precisamente para que todo un pueblo no olvide. Porque es terrible que un hombre no recuerde, pero es más terrible que la sociedad caiga en el narcótico sueño de la nada, mientras se blanquea el pasado.
Compleja La memoria infinita, desde la habitación de un matrimonio se aglutina a todo un país, o cualquier nación que haya sufrido el peso del horror. Reivindicación, retrato minúsculo y a la vez contundente sobre los efectos de la enfermedad. Historia de amor eterno y al mismo tiempo en construcción, a base de piezas de pasado, en un doloroso «no quiero olvidarte». Relato sobre cuidados de paciencia infinita y desespero del cuidador. De impotencia ante lo inevitable. De optimismo y sonrisas. De lágrimas, recuerdos, entrega, desasosiego.
Sin grandes fastos, tan solo una cámara y mucha verdad, La memoria infinita nos recuerda que demos abrazos y digamos te quiero. También, que recordemos esos momentos. Que sean tesoros. Incluso cuando sean tragados por los años o la enfermedad, su brillo puede ser un refugio.
Ficha técnica:
La memoria infinita , Chile, 2023.Dirección: Maite Alberdi
Duración: 85 minutos
Guion: Maite Alberdi
Producción: Fabula, Micromundo Producciones, Chicken And Egg Pictures, Inmaat Productions, UTA Independent Film Group
Fotografía: Pablo Valdés
Música: José Miguel Tobar, Miguel Miranda
Reparto: Augusto Góngora, Paulina Urrutia