Críticas
Confusión perdurable
La peor persona del mundo
Otros títulos: The Worst Person in the World.
Verdens verste menneske . Joachim Trier. Noruega, 2021.
Joachim Trier completa su trilogía de Oslo: Vivir de nuevo (2006), Oslo, 31 de agosto (2011), La peor persona del mundo (2021). Drama existencial sin continuidad, más allá de la temática. El significado de la vida, la inconformidad; la deriva se completa con un cambio en el género. Julie, en su accionar, va más allá de justificaciones sociales. La edad es solo una excusa, todos no somos iguales. Ahora, la perspectiva es desde lo femenino.
Aksel intentará instalar un cable a tierra con explicaciones que se hundirán en el destino, algo que, hasta ahora, no había sido considerado.
Pronósticos anticipados son reafirmados desde la experiencia en medio de un drama suavizado por sutiles toques de comedia que contrapone las etapas de la vida a la enfermedad y la muerte. Telón de fondo para una visión lógica con fuerte impronta feminista.
Destacada actuación de Renate Reinsve: mezcla de frescura, sufrimiento, picardía y dulzura, define la inmadurez propia de una etapa en momento histórico, donde la mujer se permite ser, más allá de condicionamientos perimidos.
Para muchos sobrevalorada obra de Joachim Trier; ni tanto ni tan poco, un filme actual que, si bien no descubre nada nuevo, se ofrece para sentar un precedente de conciencia posmoderna; documenta lo permanente del ciclo evolutivo humano en concomitancia con un alcance equiparador desde el género. Hombres y mujeres responden a edades de la misma forma, la individualidad protegida desde la elección de roles y objetivos válidos.
La maternidad genera dudas; el deseo de paternidad; la faceta intelectual diferenciadora que atrae, pero cercena posibilidades expresivas; la estéril complacencia que no seduce a futuro; ausencia de completud, en términos de vida colmada son algunos de los planteos ofrecidos a partir de relaciones que nunca logran ser del todo satisfactorias. Es la encrucijada de Julie, una chica de 30 años que está en pareja con un hombre de 44. En algún sentido, la diferencia se hará sentir, sobrevendrán la ruptura y la alternativa como formas de búsqueda; irrumpe la espontaneidad.
El compromiso social se contrapone a la diversión como exploración. Dos mundos acoplados, no solo a características personales, sino también a fases evolutivas. Dos caras que pueden llegar o no a complementarse, marcan diferencia desde dudas infundadas, en tanto no se encuentran razones más allá de momentos vitales. El intelecto intenta hurgar desde la “madurez” a partir de modelos estereotipados, serán cuestionados, aunque no desde la razón, sino desde la incomodidad de valoraciones que reclaman aceptación de la diferencia.
Muchos exteriores, muchos interiores con ambientes iluminados; la claridad denota transparencia, un filme directo desde la comunicación entre los personajes y hacia el espectador. Sabemos lo que está pasando en todo momento, lo que no está claro se define como un algo que, quizá, así debería ser.
Julie es representante de la indecisión propia de una mujer joven, necesita experimentar para encontrarse a sí misma, sus inquietudes expresan la duda necesaria, no develable en contexto de ficción, típica fase evolutiva que hace a la naturaleza humana. Se requiere de tiempo no diegético, en términos de un guion que limita el relato acerca de una vida. La historia recorta un punto de la vida de alguien, por allí circula la diégesis. Es aspiración de confusión, no necesariamente extensible a toda persona, pero sí, atinente a diferentes subjetividades independientes del género.
Una puesta a punto, sobre las relaciones de pareja en el mundo actual a partir de un recorte que solo focaliza algunos aspectos acerca de lo que la vida depara. Se circula por carriles inciertos, no solo desde la duda vital, sino desde la circunstancia inesperada; la enfermedad transforma las funciones corporales, a la vez que el sentido del mundo; los significados se alteran en varias direcciones.
El juego de los límites es esbozado en una fiesta, se ensaya la apertura hacia una posibilidad, un tránsito relacional que se mantiene en su justo término, no llega a desbordar. El deseo inestable de los insatisfechos es puesto sobre el tapete.
El filme se divide en capítulos y este se titula “Tratamiento”, en alusión a la búsqueda de contacto con un ser real delatado por la tristeza. La experiencia queda en un ensayo que luego será retomado para demostrar que no hay cura, el tiempo es necesario, sus movimientos serán impredecibles, el humano se descubre a sí mismo en relación.
Tiempo como concepto variable, la necesidad de detenerlo para poder experimentar y decidir; un interruptor es la apertura hacia la magia del como sí, la luz se prende y apaga, genera un momento para abordar la decisión desde el sentir, un conocimiento que no otorga certeza, el tránsito ulterior aumentará la confusión. No es un problema de sentimientos hacia el otro, sino de forma propia de vida en construcción, intento de cultivar el respeto hacia uno mismo mediante la búsqueda de algo que se desconoce; cuando parece estar cerca se confunde, se une a la diversidad en combinación, no hay parejas perfectas, no existe adecuación completa a las necesidades del otro. Julie flota en la disyuntiva, no sabe con claridad, tampoco se interroga demasiado, acepta la incertidumbre, el afecto que no será obstáculo a sus decisiones.
El azar genera interrogantes en Navidad, el interés y la admiración resurgen, demuestran la parcialidad de los estados; la muerte es mediadora, asoman necesidades desde otros planos; instantes de descontrol que culminarán en una vuelta atrás para blanquear sin aportar soluciones.
El tiempo sigue faltando, aunque no a todos por igual, otros sabrán aprovechar el temperamento complaciente de Elvind. Julie conservará diferencias dentro de la semejanza, no todos son iguales a su edad, la referencia admite comparaciones, la muerte fuerza transformaciones; dos fórmulas ante la oportunidad, pero con diferente posicionamiento en el tiempo. Otra vez, la temporalidad como factor decisivo en el cambio; lo que está por llegar, y lo que ahora es, se contraponen, ofician de guía hacia estados forzados e intencionales en grado diverso, las circunstancias mandan, no existe regla, la vida se vive en formas e intensidades diferentes.
Obra que marca el camino de un realizador que, de aquí en más, habrá que considerar cuidadosamente.
Ficha técnica:
La peor persona del mundo / The Worst Person in the World (Verdens verste menneske ), Noruega, 2021.Dirección: Joachim Trier
Duración: 121 minutos
Guion: Joachim Trier, Eskil Vogt
Producción: Coproducción Noruega-Francia-Dinamarca; Oslo Pictures, Snowglobe Films, arte France Cinéma
Fotografía: Kasper Tuxen
Música: Ola Fløttum
Reparto: Renate Reinsve, Anders Danielsen Lie, Herbert Nordrum, Silje Storstein, Maria Grazia Di Meo, Hans Olav Brenner, Marianne Krogh, Vidar Sandem, Sofia Schandy Bloch, Anna Dworak, Eia Skjønsberg, Thea Stabell, Mina Elise Friesl-Stavdal, August Wilhelm Méd Brenner, Lasse Gretland, Deniz Kaya, Karla Nitteberg Aspelin, Savannah Schei, Tumi Løvik Jakobson, Helene Bjørnebye, Karen Røise Kielland