Críticas
Dibujar con la luz
La sal de la tierra
Otros títulos: The Salt of the Earth .
Le Sel de la Terre. Wim Wenders, Juliano Ribeiro Salgado. Francia, 2014.
La ventaja evidente del cine documental sobre el cine de ficción es que, aunque no siempre se da el caso, el primero tiene mucho más valor educativo que el último, aunque después de ver una buena película documental, el espectador sale del cine con la sensación de que ha perdido mucho tiempo por desconocer la materia sobre la cual trata la película y que es absolutamente obligatorio recuperar este tiempo perdido. Éste es el caso de La sal de la tierra, la ganadora del Premio del Público en el 62o Festival de San Sebastián, que predominó en las estadísticas desde que se estrenó en el Festival hasta el final. El filme cuenta los 40 años de la vida y obra del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, revelados por su hijo Juliano y Wim Wenders, una de las figuras más importantes del Nuevo Cine Alemán de los años 70, también fotógrafo.
A lo largo de su maravillosa carrera, Sebastião Salgado ha dedicado su vida a viajar a través de los continentes, siguiendo los pasos de una humanidad que no ha dejado de cambiar. Ha sido testigo de algunos de los acontecimientos más revelantes de la historia reciente: conflictos internacionales, hambre y éxodos. Antes de convertirse en un fotógrafo, Sebastião estudiaba economía y trabajaba como economista. Sus estudios le dotaron de sólidos conocimientos de los mercados, el comercio y la industria. Por eso sabía lo que regía el mundo y seguramente eso, junto con su enorme conciencia social y sensibilidad ante la injusticia, le convirtió en un gran fotógrafo humanista. Debe haber sido un trabajo inconcebible elegir las imágenes que aparecen en el documental, dada la amplia colección que ha creado el artista durante tantos años de trayectoria. No obstante, las fotografías que habían sido seleccionadas, tratando de la miseria de la condición humana, son tan potentes, duras, dolorosas e inquietantes, que a veces hay que apartar la mirada o limpiar las lágrimas de los ojos. Sebastião mismo comenta sobre esta etapa de su vida: “No creía en nada. No creía en la salvación de la especie humana. No podíamos sobrevivir a tal cosa. No merecíamos vivir más. Nadie merecía vivir. ¿Cuántas veces tiré al suelo la cámara para llorar por lo que veía?”. A lo largo del filme, la cámara se acerca frecuentemente a la cara del fotógrafo, un rostro sincero y valiente, que posee sabiduría, pero también marcas de lo que ha vivido y experimentado. Está absolutamente claro que a Sebastião realmente le importa la gente: “Al fin y al cabo, las personas son la sal de la Tierra”, de ahí el título del filme.
Después de la primera parte nos sentimos avergonzados, enfadados, indignados, sin esperanza para la humanidad. “Somos un animal muy feroz. Somos un animal terrible, nosotros, los humanos”. Afortunadamente, el ambiente cambia espectacularmente en la segunda parte. Tras años de trabajar como fotógrafo social, el artista decidió embarcarse en el descubrimiento de los territorios prístinos, de flora y fauna salvaje y grandiosos paisajes, como parte de un gigantesco proyecto fotográfico, Génesis, que rinde tributo a la belleza de nuestro planeta. De un fotógrafo del horror a un fotógrafo de la belleza, viaja a distintas partes del mundo, todavía no tocadas por la interferencia humana, acompañado por su hijo Julian, co-creador de la película. Lo que le causó emprender Génesis fue otro proyecto, “Instituto Terra”, que llevó a cabo con su mujer Leila: un proyecto experimental de replantar partes de la flora atlántica, una formación vegetal neotropical, presente en Brasil, Paraguay y Argentina, que había quedado extremadamente reducida. Lo han conseguido y se les puede considerar el modelo a seguir para los proyectos parecidos en todo el mundo. Es esta parte la que nos devuelve la esperanza en los seres humanos y demuestra que quien la sigue, la consigue.
Aunque Wenders ha dedicado la mayoría de su trayectoria al cine de ficción, es también el director de unos sumamente elogiados documentales, tales como Buena Vista Social Club, The Soul of a Man o más recientemente, Pina. Para hacer La sal de la tierra fue elegido por Sebastião y Julian. En una entrevista, Julian describe el comienzo de este proyecto: “Wim Wenders era la persona ideal. Ya conocía el trabajo de Salgado, y se habían vistos unas cuantas veces. En ese momento, Wim ya estaba dándole vueltas a la idea de hacer una película sobre Sebastião. Nos vimos muchas veces, hablamos muchísimo, así que era lógico que decidiéramos hacer juntos esta película”. Lo que ambos artistas tienen en común es la fotografía, ya que Wenders también es un reconocido fotógrafo, pero no es lo único que los vincula. Una de las características más reconocibles de Salgado es que sólo utiliza el blanco y negro. “Sí, la verdad es que me identifico totalmente con su uso del blanco y negro”, dice el director. “De hecho, la parte de la película que filmé también es en blanco y negro para que encajara mejor con sus fotografías”. La colaboración de los maestros ha sido bastante fructífera: hasta la fecha el documental ha obtenido el antedicho premio en Zinemaldia San Sebastián 2014 y el Premio Especial del Jurado («Un Certain Regard») en el Festival de Cannes 2014.
Gracias a La sal de la tierra el mundo es un lugar mejor. Wim Wenders nos presenta a un artista excepcional y a un ser humano todavía más extraordinario, que nos hace más sensibles a la miseria de la condición humana, pero también a la magnificencia del mundo en el que vivimos. Este documental, una impresionante oda visual al artista de la imagen fija, no es solo para los amantes de la fotografía, sino para todos los que han perdido lo que nos hace seres humanos y quieren aprender de nuevo cómo relacionarse con la humanidad y la naturaleza.
Tráiler:
Ficha técnica:
La sal de la tierra / The Salt of the Earth (Le Sel de la Terre), Francia, 2014.Dirección: Wim Wenders, Juliano Ribeiro Salgado
Guion: Wim Wenders, Juliano Ribeiro Salgado
Producción: Amazonas Images, Solares Delle Arti, David Rosier, Wim Wenders
Fotografía: Hugo Barbier, Juliano Ribeiro Salgado
Música: Laurent Petitgand
Reparto: Sebastião Salgado, Juliano Ribeiro Salgado (NARRADOR), Wim Wenders (NARRADOR)
Gracias por compartir esta crítica, muy ilustrativa y motivadora
me encanto este fotógrafo me recomendó mi amigo que es un fotógrafo aficionado y estoy contenta que me recomendó a Sebastian Salgado quiero mas información
OLA PRROS