Críticas
Más remakes innecesarios
La Sirenita
The Little Mermaid. Rob Marshall. EUA, 2023.
Disney continua con su obsesión de hacer remakes de sus viejas cintas animadas, pero ahora en live-action, es decir, con actores de “carne y hueso”. El 2023 fue el turno de La Sirenita (The Little Mermaid, 2023), que estuvo en las manos de Rob Marshall, el experimentado director de varios musicales y nominado al Oscar por su trabajo en Chicago. Esa fue la única razón por la que fui al cine a ver esta nueva versión de un adorado clásico. Como es de esperarse, la nueva versión es una copia casi idéntica de la original de 1989, con unas cuantas escenas nuevas y canciones innecesarias (así hayan sido escritas por Lin-Manuel Miranda). Y el problema no es la inclusión de Halle Bailey ni las actuaciones, que hacen todo más soportable… Simplemente es lo mismo de lo mismo, especialmente para alguien que creció con la versión animada y la repitió más veces de lo que puede recordar.
La historia está basada en el cuento de Hans Christian Andersen de 1837, pero con las modificaciones de la versión animada de 1989: Ariel (Bailey), sirena e hija menor de Tritón (Javier Bardem), se enamora del príncipe Eric (Jonah Hauer-King), un ser humano. Su unión es imposible, pero gracias a Úrsula (Melissa McCarthy) y su poción mágica, Ariel puede convertirse en humana, pero pierde su voz, el hermoso canto de sirena que enamoró a Eric cuando lo rescató de un naufragio. El príncipe tiene que besarla antes del atardecer del tercer día para romper el hechizo y que Ariel no termine como propiedad de Úrsula.
El cambio principal de esta nueva versión es el trabajo en la historia: Úrsula tiene motivaciones más claras y lógicas, ahora es la hermana de Tritón y quiere atrapar a Ariel entre sus garras por venganza, es un rencor familiar profundo. El príncipe Eric tiene más desarrollo en su historia y lo hace mucha más interesante, dándole un protagonismo mayor a Jonah Hauer-King. Él ya no es simplemente el objeto de deseo de la sirena frustrada, ahora se obsesiona buscando a la chica que lo salvó y tiene hasta su propia canción, la típica que cantaría la damisela obsesionada e indefensa que espera a su otra mitad. Y cuando finalmente Ariel obtiene sus piernas, hay más tiempo para el desarrollo del romance de la pareja en pantalla, con escenas donde ella canta en off y juntos recorren la isla donde vive el príncipe.
Los números musicales con las canciones de siempre son muy parecidos al original. Kiss the Girl es una de las que crece, visualmente es mágica y fluye mejor, probablemente porque sucede sobre el agua. Under the Sea está a millas de distancia de la original, aunque es un número colorido y bien hecho, le falta el sabor de la versión animada. A mí me produjo la misma sensación que El Rey León en su versión live-action: todo lo que solía ser adorable en su versión animada pasa a ser extraño y poco verosímil. Esa es la principal falla de la cinta, todo lo que sucede en el océano simplemente no es creíble, los efectos del constante movimiento del agua son evidentes e incomodan. A pesar de odiar la física desde el colegio, fue lo primero que se me venía a la cabeza: ¿eso realmente se movería así bajo el agua? ¿tiene lógica? La sección más verosímil es la más oscura de todas, el encuentro con Úrsula.
Al largometraje lo salvan las actuaciones. Halle Bailey es el gran descubrimiento que queda al final, es una mujer hermosa con una voz maravillosa que tiene un gran futuro por delante. El cambio de color de piel de la protagonista no afecta en nada la historia. Junto a ella, brillan los actores más experimentados: la reina (Noma Dumezweni) genera empatía; los monólogos de Úrsula son muy de mala de telenovela y fantásticos en la voz de Melissa McCarthy, ella sabe lo que hace y sube la comedia, es tremenda en su rol y quizás lo mejor de toda la cinta.
Por su lado, Javier Bardem como Tritón es afable, es un padre preocupado, amoroso pero fuerte. Y los personajes animales no se quedan atrás, tienen grandes voces que los respaldan: Jacob Tremblay como Flounder es un talento más que comprobado (si no lo recuerdan, lo pueden ver en La habitación y Somnia: Dentro de tus sueños); Awkwafina demuestra su línea cómica como Scuttle la gaviota, así como Daveed Diggs, quien hace de Sebastian el cangrejo. Pero ninguno supera a la original.
Quizás ese fue mi problema, tenía un punto de comparación muy alto. Crecer con las cintas animadas de Disney crea un rayón profundo en el disco duro del cerebro que es casi imposible de cambiar. Eso no hace imposible disfrutar una cinta bien hecha (si dejamos de lado los efectos especiales) y bien actuada. Es claro que el público objetivo de esta cinta no es la gente que creció con los clásicos de Disney sino los hijos e hijas de ellos, futuros adictos de este conglomerado que sigue apoderándose del mundo.
Volver a hacer una película que ya tiene sus años es, en mi opinión, muy innecesario. La taquilla ha comprobado varias veces cómo es que fracasa la adaptación de una cinta latinoamericana al lenguaje de Hollywood. Incluso los propios live-action de Disney han “fracasado”, entre comillas: el público y la crítica especializada las han pisoteado (excepto El Libro de la Selva, que ha tenido mejores comentarios que la original), pero han logrado una taquilla por encima de los 500 millones de dólares en el mundo. Esa es la razón por la que hacen y seguirán haciendo estas cintas. Y por si no sabían, ya vienen en camino Blancanieves, Hércules y Lilo & Stitch, entre otras. La maquinaria Disney nunca para, ni parará.
Trailer:
Ficha técnica:
La Sirenita (The Little Mermaid), EUA, 2023.Dirección: Rob Marshall
Duración: 135 minutos
Guion: David Magee
Producción: Russell Allen, John DeLuca, Ben Howarth, Rob Marshall, Lin-Manuel Miranda, Marc Platt, Caroline Roberts, Jeffrey Silver, Michael Zimmer
Fotografía: Dion Beebe
Música: Alan Menken, Howard Ashman, Lin-Manuel Miranda
Reparto: Halle Bailey, Jonah Hauer-King, Melissa McCarthy, Javier Bardem, Noma Dumezweni, Art Malik, Daveed Diggs, Jacob Tremblay, Awkwafina