A fondo 

La zona de interés: Cuando el muro se rompe

Fotograma 1 - The Zone of Interest

La historia que nos cuenta el director Jonathan Glazer en su filme La zona de interés (The Zone of Interest, Reino Unido, 2023) –protagonizado por Sandra Hüller (Hedwig Hoss) y Christian Friedel (Rudolf Hoss), un matrimonio con cinco hijos que viven en familia al lado de un campo de concentración nazi–, está basada en una novela del mismo nombre, de 2014, del escritor británico Martin Amis.

Esta historia transcurre, en su mayor parte, en un día en la vida de la familia Hoss (en el cumpleaños del padre, Rudolf), donde si bien se nos muestra más de una locación, la narración se desarrolla en el hogar de la familia, ubicada en las afueras de la ciudad, con grandes espacios verdes, lagos y jardines con muchas flores. Con la particularidad de que la casa de ensueños (que bien podría ser una pesadilla al estilo de David Lynch) linda por medio de un muro de hormigón con el campo de concentración más grande y reconocido de la historia del Holocausto judío, Auschwitz.

Allí la familia pasa sus días, los niños juegan, se reciben visitas, se festeja…  Eventos que transcurren mientras escuchamos sonidos tales como gritos, vemos chimeneas que emanan vapores y casi que olemos los gases que se desprenden tanto durante en el día como en la noche. Desde los primeros minutos del filme, vamos descubriendo el detalle central, no se trata de una familia cualquiera, es la familia del comandante en jefe a cargo del campo de concentración. La trama se ve resquebrajada cuando al jefe y padre de familia le comunican un traslado de su trabajo para las fuerzas armadas del nacionalsocialismo.

 

1- “No todo es lo que parece”

Con respecto al tiempo, el filme es narrado de manera cronológica y en gran parte, en el hogar familiar. Por ejemplo, un día completo está dedicado al cumpleaños del comandante y padre de familia, que transcurre en el hogar, aunque también vemos otras locaciones que asumimos cercanas, por medio de una cámara fija que sigue a los personajes principales. Utiliza recursos como las elipsis (de corta y larga duración), el uso de la pantalla en rojo para pasar de una secuencia a otra, o las escenas en blanco y negro, como un negativo del filme, donde vemos a una joven repartiendo manzanas en el campo, mientras escuchamos la voz en off de Rudolf narrando el cuento infantil de Hansel y Gretel a sus hijas. Si bien el sonido es generalmente diegético, llama más la atención el extradiegético que proviene del campo de concentración, como la voz en off de Rudolf o sonidos guturales, que generan un clima de suspenso y desconcierto, reubicándonos en que aquello que vemos no es la totalidad de la realidad, hay otro lado, otro registro, en donde no todo es lo que parece.

El entorno de la casa y la presencia del campo de concentración son parte esencial del filme en su conjunto. Por lo que se ve y lo que se sugiere (o sospechamos), esta locación adquiere una presencia enorme, casi como de protagonista, porque funciona como centro de la situación.

El vestuario es un elemento crucial, los personajes visten los colores blancos y pasteles cuando se encuentran en el hogar, casi como símbolo de pureza racial, en contraposición a lo sangriento del campo y de las muertes de miles, como si aquello no los manchara, o el vestuario gris de las empleadas del hogar, prisioneras casi invisibles, a cargo de las tareas que hacen funcionar la casa y el cuidado de los niños.

Tiempo y espacio dialogan con la puesta en escena, donde por medio de la profundidad de campo podemos ser testigos de otra situación en el mismo encuadre, donde constantemente seguimos a la familia Hoss, con el telón de fondo de los acontecimientos del campo de concentración. Escenas nocturnas iluminadas por las luces blancas del campo de concentración y el rojo del fuego cuando los hornos están prendidos, así como la vida familiar durante la luz del día, produciendo colores vivos de la familia en el jardín lleno de flores, mientras que los pasillos interiores y escaleras de la casa, se convierten en espacios tan grises como las personas que trabajan para la familia.

 

2- “Gimme tha power”

Fotograma 2 - The Zone of Interest

Un punto crucial en la historia, que marca un cambio de rumbo en la trama, se da en una secuencia que transcurre al borde del muelle, con vistas al lago, cuando Rudolf le comunica a su esposa que sus superiores están considerando su traslado, lo que implicaría la mudanza familiar a otra ciudad, abandonando ese mundo construido detrás del muro. Filmada con diferentes escalas de planos que se detienen en la reacción de la pareja, da a conocer la relación entre ambos y el funcionamiento de cada uno dentro de la dinámica familiar.

En esta escena, Hedwig envía a su marido a hablar con el mismo Hitler por el motivo del traslado, y le anticipa que ella no se irá con él, ya que es un movimiento que pone en riesgo todo aquello que han construido. Rudolf, sorprendido ante el pedido, accede a realizar sus averiguaciones. Finaliza la secuencia con una angulación de cámara en un contrapicado funcional, donde se nos muestra a la pareja ascendiendo una elevación del campo, luego del intercambio verbal.

De acuerdo con Michel Foucault, el poder se despliega a modo de dispositivo en una red de relaciones, no necesariamente como represión jerárquica. Foucault trabaja la noción de poder que se ejerce, que no es una esencia y no se posee –dice–, se desparrama y produce subjetividad. En otras palabras, el poder más eficiente, según Foucault, es aquel que se naturaliza, el que es invisible, que se normaliza y se mantiene oculto sin ser visto. No implica que un sujeto ejerza voluntariamente un poder, sino que el poder se encuentra presente en todas las relaciones entre sujetos.

Este es el punto que seguiremos para el recorrido de La zona de interés, que si bien transcurre en un de campo de concentración con base en el dominio y sometimiento del régimen nazi, también se nos muestra que el poder está presente más allá de ese espacio vigilado, como un poder invisible que acecha durante toda la obra y es mostrado al espectador, inquietándolo por medio de una voz, un color, un objeto o de algún detalle. A diferencia de otros filmes, donde se explicita la tragedia del genocidio y el poder del andamiaje nazi, aquí somos espectadores de los indicadores sutiles del poder, también presente en lo familiar, con el trasfondo del horror y la muerte.

 

3- “Especies que desaparecen”

Hedwig Hoss es un ama de casa, esposa del comandante del campo de concentración, y se identifica a sí misma como “La reina de Auschwitz”. Todo lo que transcurre detrás del muro de su casa, de su jardín cuidado o de su matrimonio es recortado, tal como una poda de jardín. Ella así lo ha construido y mantenido por años. Ante la amenaza del posible traslado de Rudolf, Hedwig va a defender todo lo que sea necesario su mundo, su “espacio vital” como ella lo refiere. A medida que avanza la trama, vemos a su personaje cada vez más debilitado, a partir de la noticia del traslado, pasando de ser la dueña y reina de todo su castillo a comenzar a desequilibrarse por el temor a perder todo lo que construyó, aspecto que se ve reflejado en su jardín, que más cerca del final vemos descuidado y sin los reparos para afrontar un invierno.

Por otro lado, Rudolf, jefe comandante de su área, es un ser ambicioso, administrador de técnicas de eficacia para la muerte de miles y competidor de otros jefes. También lo vemos tambalear en la fragilidad de su poder, ya que su traslado afectaría su lugar simbólico de autoridad en la familia y en su entorno del ejército. Hacia el final, a pesar de la continua frialdad de su personaje, algo produce una repulsión, provocando vómitos mientras baja las escaleras, un acto de quiebre ante su cambio de vida.

En la secuencia del lago, es Hedwig quien se planta en la decisión de quedarse, diferenciando el “Nos van a transferir” de Rudolf por “A ti te van a transferir”, pidiéndole a su esposo que las autoridades dejen que la familia se quede allí. Si bien Rudolf se calza el traje de jefe militar, depende de la relación con su esposa y de las decisiones que ella va tomando.

Ambos personajes, a su manera, llevan adelante sus vidas en aparente imperturbabilidad ante los eventos monstruosos que ocurren detrás del muro, aunque a medida que se desarrolla la trama, también demuestran que no todo puede ser negado, apartado, por más que haya ladrillos y flores que intenten taparlo.

 

4- “Another Brick in the Wall Part 2”

Fotograma 3 - The Zone of Interest

Como ya hemos dicho, a lo largo del filme somos testigos del holocausto, desde el punto de vista de la familia del jefe comandante del campo de concentración nazi más grande de la historia. Durante ese tiempo vemos sus rutinas, las cenas familiares, salidas al campo, festejos y regalos, momentos que se van tornando opacos a medida que transcurre la historia. Más explícitamente, podemos notar estas opacidades, por medio del personaje de la madre de Hedwig, que huye despavorida la noche en que el fuego de los hornos no la dejan dormir, o por el conflicto familiar que se desata a partir del posible traslado a otra ciudad, aspectos que van resquebrajando ese idílico espacio que transcurre junto a un escenario de tortura y muerte.

La pareja del matrimonio explicita sus propios desencuentros, cada uno por su lado resiente este cambio y podemos visualizar las relaciones en el interior del núcleo familiar. El ama de casa ocupa un lugar como la reina de Auschwitz, pero también se ve afectada y desmoronada al verse sola sin su madre y sin su esposo, reflejándose este ánimo en el descuido del jardín. Así mismo, el comandante en jefe, por momentos subordinado a su esposa y a la estructura militar que lo ubica y mueve a conveniencia, no se permite salir de ese circuito de obediencia, reprimiendo deseos de venganza y fantasías sexuales.

Estos elementos nos indican que el poder se esparce, no se estanca en roles fijos ni en figuras centrales, (como en el caso de algún filme sobre el mismo tema, pero centralizado en víctimas o victimarios), este se produce en flujo, de forma rizomática, en el decir de Gilles Deleuze. Remarcando que no es necesario mostrar los usos del poder de manera explícita por medio de escenas en el campo de concentración, para que seamos conscientes de su alcance y de sus efectos, lo podemos notar por medio de pinceladas, que incluso solo vemos como espectadores, porque casi ninguno de los personajes lo explicita.

La zona de interés no es un filme de contexto histórico acerca de la subjetividad de la época en la Segunda Guerra Mundial. Esta obra nos permite reflexionar acerca de lo contemporáneo y actual del poder y de la complejidad de intentar ocultar lo más evidente. Cuando ciertos ladrillos de un muro comienzan a romperse, ya no hay posibilidad de poder ser los mismos.

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