Críticas
Trascender el momento
Libre te quiero
Basilio Martín Patino. España, 2012.
Es difícil hablar del silencio porque parece definirse como el adversario incómodo del sonido y a veces de la palabra. Mucho más para aquellos que nos sumergimos en la vorágine occidental que supone un día a día inundado de bullicio, murmullos y ruido. Por eso nos cuesta entender los silencios en una conversación, que al instante se convierte en incómoda si los interlocutores se quedan mudos. Lo mismo ocurre con muchas películas que anegan de silencios su metraje, convirtiéndolos en piezas clave, en momentos trascendentes, a pesar de que el precio que tengan que pagar sea la falta de interés de una parte del público.
Basilio Martín Patino se mueve en el terreno del silencio y no por el uso del mismo, sino por la falta de voces que hagan callar una cierta apatía hacia su obra. De alguna manera, en el tema de su último trabajo, el movimiento 15-M, reside un espíritu silencioso, aunque parezca algo opuesto, que va más allá de las proclamas, las voces o los silbidos y que trasciende a las conciencias, dónde reinan el sosiego y la tranquilidad.
Martín Patino, octogenario de origen charro curtido en mil batallas entre las que se encuentran la censura franquista, detenciones, huelgas o el inicio de las Conversaciones de Salamanca, se sintió atraído por ‘aquel bullicio’ generado un quince de mayo de 2011 en la Puerta del Sol de Madrid que se extendió después por las plazas de las ciudades del país y por alguna del extranjero.
Libre te quiero toma su nombre de la canción de Amancio Prada que acompaña al documental entre gritos, reivindicaciones y sonidos surgidos de la plaza madrileña. Patino construye un trabajo expositivo, sin voces en off, sin rótulos, sin declaraciones a partir de momentos, debates o simples instantes callejeros. La cámara se convierte en otro elemento más del ágora, en otro componente activo de aquella protesta, capaz de sorprenderse, cuestionar y acompañar a las demás piezas retratadas.
De esta manera el espectador se encuentra un documento sin fechar y apenas sin tratar, sin la intención de explicar nada, y que deja a las imágenes hablar por sí solas. Tal vez porque ya se conoce lo ocurrido y no haya mucho más que explicar. La gran mayoría del público sabe lo que pasó aquellos meses, incluso algunos, como un servidor, si se me permite, participaron de aquel momento.
En general, Martín Patino consigue el que parece su objetivo, exponer un hecho social y político sin cargas ni explicaciones, maneja bien el ritmo narrativo al combinar imágenes reivindicativas con otras analíticas o más festivas sin dejar de lado aquellos momentos de tensión (por calificarlo de alguna manera) protagonizados por la policía.
La cinta se desprende de todo artificio, incluso de explicaciones dirigistas, hasta casi el final de la misma cuando el director insiste en evidenciar con imágenes el inmovilismo de una parte de la sociedad frente a lo que ocurría. Tal vez esto sea lo que más afea a un documental que no necesitaba de tal subrayado para seguir exponiendo.
Libre te quiero ha tenido una acogida discreta, porque discreta, volviendo a los eufemismos, ha sido su distribución. Presentada en el Festival Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI), su recorrido, aunque prudente, es continuo. En España todavía queda mucho trabajo por hacer en la promoción del cine de no-ficción, pero este es un tema demasiado amplio para tratarlo en pocas líneas.
Basilio Martín Patino y el movimiento 15-M comparten otro punto en común más allá del silencio, la importancia y la influencia del trabajo realizado. Uno durante toda una vida y otro, el movimiento, durante unos meses. La imagen que representaría a ambos es la del iceberg perdido en un extenso mar, cuya trascendencia no se ve en la superficie, si no que reside debajo de la línea de flotación.
Por todo, Libre te quiero se convierte en una obra necesaria, con sus logros y con sus imperfecciones. Necesaria por lo que cuenta y por como lo cuenta, necesaria para ordenar el extenso material audiovisual que puebla la red, necesaria para hacer memoria y para dejar huella de aquellos momentos.
Ficha técnica:
Libre te quiero , España, 2012.Dirección: Basilio Martín Patino
Guion: Basilio Martín Patino
Fotografía: Alfonso Parra
Música: Amancio Prada