Reseñas de festivales
Life without Principle
Jonnie To abre Life without Principle con un retrato casi documental del peso y responsabilidad que los bancos, como organismos de control, abastecimiento y manipulación, están desempeñando dentro de los muchos e intrincados componentes que han desencadenado la crisis mundial que estamos sufriendo.
Cuatro grupos de personajes modelo de algunos de los diferentes estratos sociales son ejemplos simbólicos dentro de la amplia gama de afectados por esta crisis. Por un lado, los empleados de los bancos que se muestran sin escrúpulos y que despliegan la maquinaria necesaria dentro de la filosofía depredadora del poder. Una mujer de avanzada edad, como una de los afectados más vulnerables y manipulables. El punto intermedio, tal vez el más abundante dentro de la sociedad, está representado por una pareja que necesita un préstamo para poder comprarse un piso. Por último, la compleja comunidad de las triadas hongkonesas, que a pesar de controlar muchos aspectos sociales y económicos de la ciudad, no están exentos de las caprichosas fluctuaciones del mercado.
La estructura general del film es irregular. To alarga demasiado una primera parte centrada por completo en los tejemanejes bancarios, dando lugar a un bloque muy realista y de máxima actualidad, que queda demasiado desligado de la última parte de la cinta en torno a la mafia hongkonesa, que a su vez, parece a medio camino en su desarrollo e intensidad visual a la que nos tiene acostumbrados. Aquí se echan de menos los malabares fílmicos sobre el crimen organizado con buenos cimientos que dan lugar a una historia sólida de principio a fin. En Life without Principle, la fuerza y pulso narrativo de las mejores películas de To solo se asoman tímidamente.