Críticas

El futuro al servicio de lo siniestro

M3GAN

Gerard Johnstone. EUA, 2022.

M3GAN aficheM3GAN  nos introduce en el mundo de la robótica en articulación con el marketing y las relaciones, tanto laborales, como familiares. Un combo que matiza el género con pinceladas morales ajenas al terror. Al menos, establece un desarrollo esquemático de cuestiones no habituales, referidas a la familia y los vínculos, desde una perspectiva humanista.

El drama familiar es la base, el sustento de todo el desarrollo. Ya en el inicio, el guion define el problema con claridad. Cady es una niña que pierde a sus padres en un accidente, deberá ser criada por la tía, quien no demuestra habilidades de madre sustituta; su especialidad es el desarrollo de proyectos tecnológicos, de importante éxito comercial, y vinculados a la robótica.

El drama social es tan simplificado como apresurado en su tratamiento, de todas formas, se reconoce la importancia de los planteos. Una película típica del género que intenta introducir matices sin interferir en los códigos propios del terror. Sacrifica el énfasis en algunos aspectos vinculados a las escenas de violencia. Introduce la saña y la crueldad en dosis mínimas, sin perder identidad; las muertes son más sugeridas que mostradas, lo gore está casi ausente. Un buen trabajo de edición se ocupa de evitar el morbo en las escenas clave, todo se da a entender de manera clara, el sonido irrumpe para generar sorpresa y sobresalto.

El filme remite a la contraposición entre responsabilidad familiar y egoísmo profesional. La tecnología de punta pretende sustituir las relaciones humanas, lo perverso se apodera de los vínculos. M3gan es el centro de atracción, la fuerza gravitatoria que cautiva, tanto la sensibilidad de los niños, como la ambición y comodidad de los adultos. Una combinación de Chucky con Terminator, en versión atenuada; el poder inquebrantable de una astucia que culmina en fuerza bruta puesta al servicio de fines espurios. La degeneración es gradual, lo que pretende ser humano consigue este destino. Cada cosa en su lugar, las funciones humanas persisten y resisten, son insustituibles.

M3GAN fotograma

Es la contradicción de un sistema que promueve el pseudohumanismo sentimentaloide como panacea frente a todas las necesidades humanas, sin advertir las limitaciones de la máquina. La escena de Cady con M3gan, detrás de la cámara Gessel, nos ilustra al respecto; los recuerdos ofrecen el escenario para un canje que se traduce en futura manipulación. Este es uno de los momentos donde el filme luce algunos toques de exageración que rompen con el clima esperable, el terror oscila entre caminos que enfilan hacia lo ridículo o melodramático, con la habilidad necesaria para aplicar el freno en el momento oportuno. La fugaz sonrisa de David, entre la emoción de los asistentes al evento, se traduce en lo siniestro, lo que antepone el interés económico al bienestar de las personas. Momento sobreactuado que no peca de tal, el tiempo en cámara es ínfimo, el necesario para matizar el efecto con el llanto remilgado de los asistentes al evento.

Estas apreciaciones se contextualizan en medio de ingredientes propios del género, el terror está presente. Se abre un pequeño espacio, a la posibilidad de estas reflexiones, a cambio de la supresión de elementos típicos más tendientes a saciar el gusto del público masivo.

M3gan es la versatilidad, la heterogeneidad que progresa, desde la naturalidad de un cuidador parental, hacia la perversa figura de un muñeco, capaz de nutrirse de una racionalidad adscripta a criterios perversos. Prima un egoísmo maquiavélico. El fin justifica los medios, su espacio de poder en la familia debe ser preservado.

M3GAN plano

La alusión al slasher surge en la herramienta por excelencia; la sierra eléctrica aparece como uno de los tantos intentos de destrucción. Ahora sí, ya más metidos en el género, vendrán los sucesos típicos que mantienen las cosas en su lugar, el espectador puede quedarse tranquilo: la película es de terror. Con un desenlace al mejor estilo Terminator (James Carmeron, 1984), el mal se resiste a claudicar, se multiplica en un sinnúmero de “vidas”, como si fuese el personaje de un videogame orientado por manos inexpertas. Vuelve el tono, la condición esencial del producto prometido que, por momentos, supo dispersarse en transiciones radicales del bien aparente al mal consecuente, con la irrupción de posturas, andares y hasta atuendos más cercanos al modelaje que a la generación de expectativa.

¿Es que el suspenso faltó a la cita? Sí, es cierto, todo tiende generalmente a culminar de la misma forma, pero siempre hay un necesario espacio de expectativa, una apertura hacia lo que está a punto de ocurrir. El filme falla (o tal vez no), no funciona en el área del thriller que, si se quiere, también participa del terror, todo es muy anunciado y carente de expectativa.

Los tiempos no se expanden, se concretizan en rápidas resoluciones a los problemas y conflictos planteados, el suspenso tampoco existe. Prevalece una lógica del paso a paso que jamás genera un crescendo, permanece atada a breves instancias que van dejando en claro cada pequeño suceso añadido en la historia. Así es que llegamos a lo previsible de una batalla final, con las idas y venidas típicas del género.

M3GAN escena

Un híbrido creado a conciencia, vale la intención, parece suponer la expansión hacia un público más amplio, incluso de menor edad (el filme es apto a mayores de 12 años). El terror es matizado y desdibujado, aunque no lo suficiente como para perder pie y caer por fuera del género, sale airoso a pesar de ser mitigado por detalles más acordes a otro tipo de producción fílmica.

Con un costo de 12 millones de dólares, y una recaudación de más de 100, M3GAN viene representando un importante éxito de taquilla mundial. Su espectro de público pretendió ser ampliado en posproducción, el tono gore fue reducido, al punto tal de quitar el filme de tal categoría; algunas escenas debieron ser nuevamente filmadas.

La película comercialmente funciona, no debe ser degradada por estas cuestiones, lo que pretende no absorbe en un cien por ciento las características del género terror. Además, conserva algunos valores ideológicos rescatables para el espectador que así lo desee. Recomendable, incluso para ver en familia, el límite de edad impuesto para su visionado es excesivo, no es concordante con las características del filme.

 

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Ficha técnica:

M3GAN ,  EUA, 2022.

Dirección: Gerard Johnstone
Duración: 102 minutos
Guion: Akela Cooper. Historia: Akela Cooper, James Wan
Producción: Universal Pictures, Blumhouse Productions, Atomic Monster, Divide/Conquer. Productor: James Wan. Distribuidora: Universal Pictures
Fotografía: Peter McCaffrey, Simon Raby
Música: Anthony Willis
Reparto: Allison Williams, Violet McGraw, Ronny Chieng, Brian Jordan Alvarez, Jen Van Epps, Arlo Green, Michael Saccente, Amie Donald, Stephane Garneau-Monten, Kira Josephson, Lori Dungey

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