Maléfica

La última película live action de los estudios Disney ha dado mucho de qué hablar ante la polaridad de las opiniones que se tienen de ella. Cuando salió a la luz el primer teaser no se hicieron esperar las expectativas al ver a Angelina Jolie (que ya estaba en las sombras), encarnando a una de las brujas más temidas del cine: Maléfica (de La Bella Durmiente, 1959).

Esta cinta es la ópera prima de Robert Stromberg, que ha dedicado su carrera a los efectos visuales y que en esta ocasión encabeza la dirección de una nueva versión de la historia original, centrada en Maléfica y no en Aurora (como el caso de la cinta animada).

En años recientes, entre los remixes y las revisiones, hay un auge por saber qué pasó después del “felices para siempre” o conocer qué hubiera pasado si… Así, existen una serie de novelas de autores, como Gregory Macguire, que crean contextos mucho más adultos, políticos y sociales alrededor de los cuentos clásicos. La novela más exitosa de este escritor es Wicked: Memorias de una bruja mala (que ya ha sido adaptada al teatro musical) y que justamente retrata el pasado de la Malvada Bruja del Oeste de El Mago de Oz. Junto a este autor, están series como Once Upon a Time que le da una nueva versión a cada cuento de hadas; o los cómics Fables, que muestran aproximaciones a los cuentos, pero en una realidad y dimensión contemporáneas. Así, los contenidos y las propuestas de los cuentos, se han ido volcando a conocer un poco más allá de lo que ya es de dominio popular.

Nuevamente, como en el pasado, los cuentos tratan de entregar alguna moraleja o enseñanza que parte de una realidad social, sólo que ahora tienen que adecuarse al lenguaje y velocidad en los que se consume todo. Así, llega Maléfica a dar su propia versión de los hechos, que no enteramente tiene que coincidir con la historia original de los hermanos Grimm o la versión de Charles Perrault, o incluso con la película animada, sino que viene a mostrar una alternativa a lo que todos conocen. Por ello, habrá detalles que no están empatados con todo el contexto previo, pero que no limitan a la película para que exista y funcione.

Maléfica es una joven y poderosa hada que sufre las consecuencias de haberse enamorado de un ser humano ambicioso (Stefan), y entre su pena y dolor decide vengarse haciéndole daño a través de su recién nacida hija (Aurora). Aunque el resto de la historia es conocida por todos, en realidad esta película no funcionaría si no tuviera un “twist” que casi coincidiera con la original, pero que se refiere a otra forma de ver las cosas.

Conforme van desarrollándose los hechos, Jolie personifica a una bruja compleja que está ciega de venganza y dolor, pero que conserva su dulzura e inocencia muy en el fondo, ocultándolo entre la negrura de su atuendo y el maquillaje de caricatura (exagerado y expresivo) que la caracteriza. Maléfica se descubre cediendo ante el encanto y la gracia de Aurora, quien tiene una fuerte conexión con ella. El vínculo creado se vuelve tan poderoso que le brinda a la bruja la posibilidad de cambiar nuevamente.

Muy en el estilo de los cuentos contemporáneos –como Penelope (Mark Palansky, 2006) o Valiente (Mark Andrews, Brenda Chapman, 2012)-, el objetivo de la anécdota y el cuento estriba en descubrir el poder interior de los personajes y la importancia de la aceptación de las diferencias, llevando esto a la existencia y enaltecimiento del amor desinteresado. Es como si el amor romántico estuviera cediendo su trono al amor incondicional filial, fraterno y familiar. Tal vez sea necesario reflexionar sobre el respeto a las diferencias y la importancia de las relaciones domésticas y familiares. El “príncipe azul” pasa a segundo plano, convirtiéndose en una herramienta “inútil” para rescatar a una princesa en desgracia. Parece que la mujer ya no lo necesita para poder salir de sus problemas, ahora requiere algo mucho más fuerte y más profundo.

Otro gran tema en el que coinciden Maléfica y otras cintas es en la necesidad de mostrar a la mujer como un ser fuerte, que se sobrepone a las adversidades, que no sólo es cálido y generoso, sino que en su carácter también existe un poder inexplicable e incontenible que la mantiene de pie sin importar de qué ha sido despojada o a qué se ha tenido que enfrentar. En este punto hay coincidencia con otras películas que presentan roles femeninos mucho más enérgicos y capaces, independientes y luchadores, tal como los modelos presentados en The Hunger Games (2012) o en Divergent (2014), entre otras.

Maléfica no representa una aportación mayor al a filmografía de Disney (si acaso porque su introducción emblemática ha cambiado para mostrar una costado del castillo que nunca se ve), sin embargo, plantea lo que seguro se convertirá en una tendencia para otras películas, que consiste en mostrar los “lado b” de otras brujas y personajes de su colección. El público asiduo no podría dejar de lado el morbo de ver representados (en carne y hueso) a personajes que han acompañado generaciones enteras y que sólo existían en la interpretación de los dibujantes.

Tráiler: