Críticas
La guerra estratégica
Máquina de Guerra
War Machine. David Michôd. EUA, 2017.
En tiempos donde la guerra pasa a un segundo plano, donde los países poderosos del mundo se imponen sobre aquellos que poseen recursos naturales (o económicos), no mediante el combate, sino a través de la denominación cultural, las películas del género también van mutando, buscando nuevas alternativas, alejándose un poco de lo más típico del género. Allí encaja Máquina de Guerra, una película que busca la empatía del público hacia el personaje principal, encarnado por Brad Pitt, algo que no puede más que recordar a su interpretación en Malditos Bastardos (Inglorious Basterds, Quentin Tarantino, 2009).
David Michôd afronta la difícil tarea de reírse de la guerra. Pero por momentos, esa burla satírica que se hace de la guerra en Afganistán puede tomar tintes que podrían llegar a ofender a algunos. Si recuerdan todo el revuelo que se armó detrás del estreno de La Entrevista (The Interview, Evan Goldberg, Seth Rogen, 2014), para una película que solo buscaba burlarse de Kim-Jong Un (se llegó a insinuar que si dicha película se estrenaba en los Estados Unidos, podría generar un conflicto bilateral), podrán imaginarse de lo que hablo. Lo cierto es que Máquina de Guerra no puede ser tomada como algo agraviante, ya que se trata de este tipo de humor particular. Claro que como dije previamente, no es más que eso: una búsqueda constante del conflicto bélico para lograr otros cometidos, algo que retrata muy bien Naomi Klein en su libro La Doctrina del Shock, que luego, en 2009, obtuvo una adaptación cinematográfica a cargo del documentalista británico Michael Winterbottom.
El reparto de Máquina de Guerra está colmado de actores de renombre. Ben Kingsley, en primer término, encarna al presidente de Afganistán que (así como McMahon, el personaje de Brad Pitt) está muy bien satirizado. Pero su papel es muy fugaz y no aporta demasiado a la trama. En un segundo plano, también con un rol menor, aparece Tilda Swinton, en la piel de una diplomática alemana. Y luego, vale mencionar las participaciones de Emory Cohen –de gran protagonismo en la reciente serie de Netflix, The OA (Zal Batmanglij, Brit Marling, 2016)– y Will Poultier, a quien ya hemos visto en El Corredor del Laberinto (The Maze Runner, Wes Ball, 2014).
Anteriormente, hablaba de la empatía que se busca generar hacia el personaje de Brad Pitt, el General McMahon. Ya sea parte de la interpretación de Pitt o de la dirección de Michôd, no podemos más que sentir rechazo hacia McMahon. Misógino, estructurado, conservador y soberbio, McMahon no solo se enfrenta a la guerra en sí, sino que debe lidiar con la burocracia de los funcionarios del gobierno, quienes lo ven como un instrumento para poder penetrar en Afganistán. Y es allí donde Pitt (con un nivel estupendo, eso no está en discusión) no deja de lado la mirada al mejor estilo Clint Eastwood en casi ninguna parte del filme. Por momentos, parece que fuera un personaje de otra película, o al menos puede ser que desde la construcción del guion no se hayan tenido en cuenta algunas situaciones como estas, logrando momentos muy aburridos, lejos del humor que, se presume, se buscaba.
Adaptado por el mismísimo director australiano, Michôd, el guion proviene del libro de Michael Hastings, Los Operadores, que a su lanzamiento, en 2012, generaba mucho ruido por tratarse de las declaraciones off the record del general Stanley McChrystal, sobre quien se basaron para darle vida a McMahon. Hastings murió en 2013, en un accidente de tránsito muy sospechoso en Los Angeles, por lo que no podremos saber si hubiera estado de acuerdo con este tinte de comedia negra con el que lo adaptó Michôd. Hastings también hace su aparición en Máquina de Guerra, pero como Sean Cullen (Scott McNairy).
El final de Máquina de Guerra deja en claro que habrá una segunda parte, o al menos esa es la intención. Si tenemos en cuenta que recientemente Netflix ha cancelado una serie exitosa como lo era Sense8 (Wachowski, Straczynski, 2015-2017) al finalizar su segunda temporada, esto puede ser un precedente para las aspiraciones de Michôd de llevar más allá esta historia, quedando en manos de los ejecutivos de Netflix la decisión.
Ficha técnica:
Máquina de Guerra (War Machine), EUA, 2017.Dirección: David Michôd
Duración: 122 minutos
Guion: Michael Hastings (libro), David Michôd (Adaptación)
Producción: Plan B Entertainment, New Regency, RatPac Entertainment
Fotografía: Dariusz Wolski
Música: Nick Cave, Warren Ellis
Reparto: Brad Pitt, Ben Kingsley, Tilda Swinton, Emory Cohen, Will Poultier
No es un filme, son dos. El primero una sátira, el segundo un melodrama. La falta de unidad formal lastr el que podría haber sido un filme memorable. El engreido general empieza a convencer a medida que va soltando el apayasamiento en el guionista-director encasilló a Pitt. La escena del cabo negro ante el niño muerto en brazos de su padre (por cierto manida) o Pitt real, frustrado, desengañado, adolorido frente a un Obama de cartón pertenecen a otro filme.
Coincido plenamente, es justamente esa diferencia la que me dejó un sabor agridulce respecto a esta película. Como señalo, creo que es un error de guion que convierte al film en algo, por momentos, tedioso.
Nos nos quedemos solo con lo malo. El personaje de McMahon está bien estructurado. Su existo en sucarrera militar, que no en su vida familiar, y su afán por seguir ese éxito, le lleva a enfrentarse a sus superiores e incluso al presidente. El narrador nos hace ver que esa venda en los ojos, aunque las intenciones podrán ser loables, son equivocadas. No puede ganar y lo saben casi todos menos el y su equipo. Hasta que su acción le cuesta el puesto y la vida de un niño inocente. Me parece que en la psicología de cada personaje es donde reside el interés y no solo en el contexto…..Es mi humilde opinión, claro.