Críticas
Los engranajes de la persuasión
The Master
Paul Thomas Anderson. EUA, 2012.
Paul Thomas Anderson ha desarrollado su carrera cinematográfica en tierras fronterizas sin traspasar las lindes de las grandes factorías cinematográficas de la costa oeste norteamericana, ni haber sido abanderado del sello de cine independiente. El hecho de encontrarse en tierra de nadie le ha permitido fraguarse un recorrido bien pensado, con un tiempo lógico entre película y película para poder llevar a cabo proyectos de presupuestos intermedios que destacan, ante todo, por una factura técnica limpia y un elenco de actores de primera. Pero por encima de todo, Anderson ha sabido mantener intacta su autoría y desarrollarla de forma coherente. Desde su primer film Hard Eight, Sydney (1996), Anderson definió una manera muy personal de profundizar en la psicología de sus personajes, con especial interés en los vínculos creados entre ellos, siendo este, por encima de otros temas, el común denominador en toda su filmografía. Aunque ya con su segunda película Boogie Nights (2007) consiguió hacerse un hueco importante con la historia de la meteórica carrera de Dirk Diggler en el mundo del cine porno y luego se sucedieron las que quizás sean sus piezas más personales, Magnolia (1999) y Embriagado de amor (Punch-Drunk Love, 2002), no es hasta There Will Be Blood (2007) el momento más álgido de su filmografía. Un trabajo ambicioso donde demostró una reposada madurez y soltura. Han pasado cuatro años y ahora es el momento de The Master, una cinta que si bien entronca de manera directa con There Will be Blood y bebe de la esencia con la que ha ido construyendo cada una de sus películas anteriores, en términos generales es un trabajo más irregular. Porque aunque a Anderson le sigue sin temblar el pulso en la puesta en escena y su envoltura técnica es impoluta, acusa una arquitectura que a ratos trasluce fisuras.
Quizás, el peor error que puede cometer el espectador es ir a ver The Master esperando un biopic sobre L. Ron Hubbert, fundador del movimiento religioso de la Cienciología. La estela que nos ha llegado sobre cierta polémica surgida en tierras yanquis por las luces y sombras que se dejan entrever en el film acerca de la verdadera motivación y personalidad de Hubbert, puede confundirnos. Aunque Anderson ha declarado su cercanía a la Cienciología durante los últimos años, suponemos que por curiosidad investigadora, rehúsa la utilización de los datos más evidentes sobre la organización y sus integrantes, porque, en definitiva, The Master no aborda en ningún momento las bases de los fundamentos sobre los que se cimienta la religión, sino que la establece como pretexto y punto de partida para centrar los términos en los que sus protagonistas se conocen y a partir de los cuales desarrollan su relación.
Nos encontramos con Freddie Quell (Joaquin Phoenix) en el momento en que, concluida la Segunda Guerra Mundial, vuelve a poner los pies en tierra firme, tras una larga temporada sirviendo a la Marina norteamericana. Su vida, tal como la dejó, ya no existe y hacer frente a los traumas e inseguridades que le ha dejado la guerra, sumados a los que ya llevaba consigo, no es tarea fácil. Freddie es un vagabundo emocional a la deriva que ahoga con brebajes alcohólicos la nostalgia de un amor pasado y su incapacidad por encontrar una vida que le procure un mínimo de estabilidad. En estas circunstancias se encuentra con Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), quien a bordo de un barco donde escribe libros y viaja con toda su familia le acoge en su viaje, ofreciéndole trabajo y una nueva oportunidad para escapar de donde está. Es en esta unión que sea crea entre ellos donde Anderson centra toda su atención. Dos perfiles absolutamente dispares pero con necesidades complementarias. Dodd es un líder respetado que acostumbra a aleccionar a los que le rodean, porque se cree con las claves necesarias para entender muchas de las verdades sobre la vida. Freddie es un perdedor nato que no sabe dónde caerse muerto.
En Hard Eight, Sydney ya reunió, de manera en principio imprevista, a dos hombres cuya relación, más paternofilial que de amistad, trascendía por el grado de dependencia entre uno y otro. Este patrón del dúo formado entre una persona madura con vivencias destacables a sus espaldas, que apadrina y se convierte en mentor y consejero de otro que necesita un apoyo incondicional, porque la situación que atraviesa le hace vulnerable, podemos encontrarlo de una u otra manera a lo largo de toda la filmografía de Anderson. Sin embargo aquí, la relación entre Freddie y Lancaster no es de protección desinteresada, sino más bien un nexo de subyugación entre un ser déspota y prominente frente a una personalidad desvaída con tendencia al servilismo.
Existe un tercer personaje que no debería pasar inadvertido: la mujer de Lancaster (Amy Adams). Aunque sabe mantenerse discreta en la sombra, ejerce un poder sobre la identidad del líder que no hace más que engrosar el tratamiento de Anderson sobre el poder de la manipulación, concebido más allá del que puede ejercer una organización de carácter religioso sobre sus miembros, sino el que, a pequeña escala, puede surgir entre dos personas.
Las interpretaciones de Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman, que en reiteradas ocasiones redundan en una excesiva vehemencia, están consideradas como posibles ganadoras de los premios Oscar, junto a la de Amy Adams. Sin embargo, uno de los problemas que evidencia The Master, además de su sobrado metraje, podemos encontrarlo en la ausencia de empatía del espectador frente a los personajes principales de la historia, por lo que en ocasiones podemos sentirnos un poco fuera del juego y queramos ser parte de esa escena en el desierto, de gran potencia metafórica, y ser nosotros los que subidos a la moto desaparecemos en el horizonte.
The Master es una pieza compleja que necesita de un cierto reposo, cuya mejor virtud es la labor que le queda al espectador. La de ir desenvolviendo una por una las capas que la forman, para descubrir los múltiples matices y recovecos relacionados con los vínculos entre los personajes y su psicología.
Tráiler:
Ficha técnica:
The Master , EUA, 2012.Dirección: Paul Thomas Anderson
Guion: Paul Thomas Anderson
Fotografía: Mihai Malaimare Jr.
Música: Jonny Greenwood
Reparto: Joaquin Phoenix, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Laura Dern, Kevin J. O'Connor, Rami Malek, Jesse Plemons, Fiona Dourif, David Warshofsky, Lena Endre, Ambyr Childers
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