Críticas
En solitario
Mil veces buenas noches
Tusen ganger god natt. Erik Poppe. Noruega, 2013.
Año 1993. Julie en la cama de un hospital abre los ojos, hinchados. Unos días después, desde la misma cama, verá el funeral de su marido y su hija. Más tarde, en el muro de piedra, se araña su mano hasta sangrar. Posteriormente, en París, bañada por el sol en un banco, intenta dejar su vida anterior, pero sigue viendo su vida presente, a través de una lámpara de cuentas azules que había estado colgada en la habitación antigua de su hija, su único recordatorio del pasado. Veinte años después, Rebecca abre sus ojos amoratados en la cama de un hospital y le da la bienvenida su marido, luego sus hijas y amigos. Sin embargo, no se siente completamente bienvenida. No le quiere hablar a su marido ni a su hija mayor y, aunque ya esté en casa, le tratan casi como si fuera una intrusa. Las dos mujeres son dos protagonistas distintas de dos películas diferentes, pero tienen algo en común: ambas han sido interpretadas por la misma actriz, Juliette Binoche, y ambas, pese a que sus tragedias son incomparables, sufren la misma soledad, aislamiento e incapacidad para comunicar su mundo interior al mundo externo. Experimentan un conflicto interno y desequilibrio que marca sus vidas. Julie es la protagonista de Tres colores: Azul,de 1993, del director polaco Krzysztof Kieslowski, mientras que Rebecca aparece en la última obra del director noruego Erik Poppe, Mil veces buenas noches.
La búsqueda de este equilibrio y el dilema que sufre Rebecca cuando se enfrenta a la falta de comprensión por la parte de su familia es el tema central de la segunda película. Rebecca es una aclamada fotoperiodista de guerra que va a las zonas más conflictivas del mundo para contar la injusticia y, a través de su trabajo, sensibilizar a la opinión pública ante los horrores de la guerra, que ocurren en el mismo mundo donde algunos pueden desayunar tranquilamente en su propia casa, mientras otros mueren de a millones. Su trabajo es su misión en su vida, pero también es la causa por la cual casi pierde a su familia. Rebecca tiene que elegir: su trabajo o su familia.
Cabe señalar dos elementos cinemáticos que hacen que el filme quede grabado en la memoria de los espectadores: la actuación de Juliette Binoche, así como la manera de contar la historia a través de los planos y la narración – el guion. La actriz francesa tiene un talento enorme para actuar con las expresiones sutiles de su rostro y transmite el conflicto interno que sufre a través del uso extenso del primer plano. Además, el primer plano ha sido empleado con los objetos que tienen mucha importancia para contar la historia, particularmente las cámaras y las fotos, así como, por ejemplo, el regalo, un fuurin: una campanilla de viento que representa una familia de cuatro personas (como la familia de Rebecca) tomadas de la mano y que, supuestamente, ella trae de Kabul. Por otro lado, el director aprovecha el paisaje inmenso y espacioso de Irlanda, donde vive Rebecca con su familia, y utiliza los planos generales para mostrar la soledad que ella experimenta frente a su dilema. El ritmo de la narración deja a los personajes desarollar sus razones y emociones sin prisa, pero tampoco lentamente, así que el espectador les puede acompañar cómodamente en su viaje hasta el final del filme. Como ya ha sido señalado anteriormente, el guion, a través de los diálogos, consigue demostrar el ambiente tenso y la presión subyacente que se da en la familia de Rebecca.
Curiosamente, para el público que había visto la obra del director polaco Krzysztof Kieslowski,donde aparece la protagonista Julie, la analogía con la manera de demostrar la tragedia del personaje de Erik Popp es innegable. Ciertamente, la figura de Juliette Binoche proporciona este vínculo. No obstante, la semejanza no está limitada a la actuación únicamente, sino al lenguaje cinemático. Tal vez sería un ejercicio útil explorar las influencias de Krzysztof Kieslowski, que nació veinte años antes que el noruego, en la filmografía de Erik Poppe.
Mil veces buenas noches posee elementos autobiográficos: en los años ochenta, Poppe trabajó como fotoperiodista y cubrió conflictos en América Central, África, Oriente Medio y el Sudeste Asiático. Su filme recibió el gran premio especial del jurado en el Festival Internacional de Cine de Montreal en 2013. No es la primera ni la última obra en la que se trata esta profesión de riesgo, pero por la manera de contar la historia y las emociones que invoca, es un espectáculo casi imperdible.
Fuentes:
http://www.cinemascandinavia.com/a-thousand-times-good-night/
Trailer:
Ficha técnica:
Mil veces buenas noches ( Tusen ganger god natt), Noruega, 2013.Dirección: Erik Poppe
Guion: Erik Poppe, Harald Rosenløw-Eeg
Producción: Coproducción Noruega-Irlanda-Suecia; Zentropa International Sweden / Film i Väst
Fotografía: John Christian Rosenlund
Música: Armand Amar
Reparto: Juliette Binoche, Nikolaj Coster-Waldau, Maria Doyle Kennedy, Larry Mullen Jr.,Mireille Darc, Lauryn Canny, Adrianna Cramer Curtis, Mads Ousdal
Esta película con la actuación de Juliette Binoche es una flecha que va directo al corazón y nos lleva a esos lugares donde la gente se encuentra atrapada en un dolor indescriptible.
Excelente película desde el tema que exponen así como las expresiones de esta gran actriz.