Misión imposible: Sentencia mortal – Parte 1

¿Quién iba a imaginar que Tom Cruise se convertiría en el héroe de acción por excelencia con sus arriesgadas acrobacias en la pantalla grande? Desde Cocktail (Roger Donaldson, 1988) hasta protagonizar en cine la saga inspirada en la clásica serie de televisión de 1966, Misión imposible, hay un gran trecho. Y acá estamos, presenciando la entrega más grande en cuanto a producción se refiere: Misión imposible: Sentencia mortal – Parte 1 (Mission Impossible: Dead Reckoning – Part One, Christopher McQuarrie), la más reciente cinta de la franquicia que el reconocido actor de Hollywood también produce y que ha convertido en una apuesta fija para la taquilla del mundo. Con un presupuesto de casi 300 millones de dólares (el doble de su predecesora, Misión imposible: Fallout), en esta nueva entrega, dividida en dos partes, será la última vez que Cruise asuma el papel del agente Ethan Hunt, o al menos eso ha dicho. Y la primera parte es espectacular en todo sentido, la despedida tiene que ser por todo lo alto.

Todo comienza con una secuencia de un submarino ruso que es atacado por sus propios misiles, una pieza clave para entender la historia que nos van a contar después. Luego, Ilse (Rebecca Ferguson) es buscada por el gobierno americano pues se ha robado una parte de una llave que los rusos de esa primera secuencia usaron para su submarino indetectable. Como siempre, Ethan (Cruise) tiene la misión, si decide aceptarla, de recuperar la pieza y cualquier relación con su Gobierno será negada.

Sí, otra vez la historia de “el mundo está en peligro y los estadounidenses tienen que hacer algo al respecto”. Son cintas de acción americanas y a eso nos tienen acostumbrados, ¿qué más se podía esperar? Una vez superado ese cliché, lo que nos ofrecen es un enemigo que está en todas partes y en ninguna. Invencible, prácticamente. Señoras y señores, nos enfrentamos al miedo de la inteligencia artificial que logra su propia conciencia. La Entidad. La tecnología y sus alcances, algo que ya se ha visto antes, se expone de manera más clara y aterradora acá. Nuestras peores pesadillas se vuelven realidad en la pantalla.

¿Terminaremos los humanos trabajando para la inteligencia artificial? La lucha contra esta Entidad todopoderosa se vuelve un caos, las líneas del bien y el mal se empiezan a difuminar, no se sabe qué es real ni que no, ni tampoco en quién se puede confiar. Todo esto mezclado con el enredo del espionaje, el suspenso y los giros de la historia, hacen de esta cinta la mejor película de acción del verano de 2023 (Lo siento, John Wick 4, para mí estuvo mejor Ethan Hunt).

Lo malo es que ese nombre de “La Entidad” no convence, y si miramos con lupa el guion se pueden encontrar los vacíos, las redundancias, la repetitiva explicación del enemigo de turno y las “consecuencias devastadoras” para la humanidad… ¡Pero esto es una película de acción! A la mayoría de los espectadores no les importa lo que al guion le falta, sino lo que le sobra a la imagen: las escenas de acción. Así que, entremos en materia.

Lo que se vende desde el tráiler se cumple enteramente a lo largo de la cinta, las escenas de acción son altamente emocionantes. Desde que arranca, con la secuencia del submarino, hasta una persecución por las calles de Roma en un pequeño e incómodo vehículo, la cinta cumple con lo prometido: la emoción. En las secuencias de acción, especialmente en las de Roma, se corta el ritmo metiendo un espacio para la comedia con una genial Hayley Atwell, una mujer impredecible que siempre tiene una sorpresa guardada.

El reparto lo complementan los sospechosos de siempre: Benji (Simon Pegg) y Luther (Ving Rhames), los inseparables compañeros de Hunt, y cada uno tiene su momento para brillar; regresa Vanessa Kirby como la Viuda Blanca, y una sorpresa para los fans de siempre: Henry Czerny reaparece como Kittridge (quien no estaba en las cintas de esta franquicia desde su primera aparición en 1996). Gabriel (Esai Morales) y Paris (Pom Klementieff) son los malos de esta entrega, un poco caricaturescos y exagerados, especialmente Paris, que a veces se siente invencible, descontrolada y hasta forzada.

¡Y ni qué decir de la emocionante secuencia final en un tren que parece estar en una caída imparable! Un broche de oro para cerrar la cinta con lo evidente y esperado. Es decir, lo dice desde el título, esta es tan solo la primera parte. Sin embargo, la cinta se siente completa, coherente, y la historia sí se cierra de una forma. Si el espectador quisiera, podría incluso dejar de ver la continuación. Pero, seamos honestos, ¿quién quisiera no ser testigo de la despedida de Tom Cruise en pantalla grande? Yo ya estoy esperando la segunda parte con ansias.

Al final, Misión imposible: Sentencia mortal – Parte 1 es una película de acción divertida y predecible, como todas (o la mayoría). Quizás lo que hace de esta saga una de las más exitosas del cine son los riesgos que toma el propio Tom Cruise para hacer las escenas más peligrosas. También hay que abonarle puntos a los diálogos y las secuencias de acción, todo está muy bien logrado. Esta entrega, en particular, por su temática tan contemporánea, puede tener una ventaja sobre las demás. Se siente muy real, coincidiendo con la huelga de libretistas en Hollywood por la inclusión de la inteligencia artificial y su posible reemplazo. Bien jugado, señor Cruise. Ya veremos que nos trae con la segunda parte.

Trailer: