Críticas
Una buena mano de Sorkin
Molly’s Game
Aaron Sorkin. EUA, 2017.
Aaron Sorkin lleva muchos años sorprendiendo al espectador con esa forma tan reconocible de entender la narración. Hasta el momento, nunca se había puesto detrás de las cámaras, y ha dejado constancia de su pericia como escritor en productos tan aplaudidos como El ala oeste de la Casa Blanca (1999) o The Newsroom (2012). La marca de la casa ha sido la fabulosa recreación de personajes, plasmada en la pantalla a partir de ingeniosos diálogos que daban muestra de la inteligencia con la que Sorkin afronta su oficio.
El aclamado guionista parece que por fin ha encontrado la confianza para lanzarse a la aventura del rodaje de una película, sin la necesidad de que sea otro el que lleva a la pantalla sus vertiginosos guiones. El resultado de este cambio de rasante es Molly’s Game, interesante película con más puntos fuertes que debilidades en su conjunto, que deja patente la veteranía de este autor, aunque esta sea su primera película.
Molly’s Game nos cuenta la historia real de Molly Bloom, relato de auge y caída con el mundo del póker como telón de fondo. Este brumoso mundo donde se mueven cantidades obscenas de dinero sirve de escenario para la reflexión acerca de la codicia, el poder, la ambición desmedida y otros aspectos turbios de la cara menos amable del ser humano. Sometida a su propio nivel de exigencia, la protagonista de este viaje hacia el pozo se transforma en la reina de las partidas de póker, siempre en la fina línea de la legalidad. Una mujer en un mundo de tiburones, en el que ella supo enseñar los dientes a pesar del precio a pagar.
Voy a decir una cosa de esta película que me parece un gran argumento a su favor. No entiendo nada absolutamente de póker. A pesar de esta ignorancia total acerca de los rudimentos de este deporte/juego/lo que sea, Sorkin ha mantenido mi atención durante el largo recorrido, a través de la fina línea recorrida por Molly Bloom entre el bien y el mal. A base de buenas ideas, ingenioso desarrollo de su historia, inteligente dosificación de la información, planificación magistral y declaración de intenciones en cada plano.
Tampoco lancemos los cohetes. La puesta en escena de Sorkin es bastante sobria. Eso demuestra algo primordial para el éxito de la película. El recién estrenado director conoce sus limitaciones y puntos fuertes, y sabe perfectamente como lidiar con ambos. En lo visual, Sorkin renuncia al bombo y platillo. Molly’s Game luce discreta en el acabado final, pero adornada con unos cuantos destellos de talento visual, lanzados con la intención de hacer más atractiva la presentación de una historia que, por otra parte, tampoco necesita muchos artificios. Desde la interesante introducción a los juegos con la estructura temporal, al uso de la voz en off como pilar de buena parte de la propuesta, Sorkin hace gala de intuición proverbial para elegir sus herramientas.
En todo caso, el gran protagonista de Molly’s Game es el texto. Seña de identidad de Sorkin, los personajes de sus obras hablan hasta la extenuación, despliegue de fuegos artificiales que dan cierto aire sofisticado al conjunto de la película. Lo mejor de este instrumento narrativo es que, a pesar de su presencia ubicua, no hace perder el ritmo, mantenido con total equilibrio por un Sorkin que conoce de sobra los recovecos del relato cinematográfico. En ningún momento decae el interés por lo acontecido en la pantalla, salvo, quizá en la parte final de la propuesta, algo desgastada por el exceso de duración de la cinta y por la caída en la solución algo azucarada.
El texto como sustento de la película tiene peligro mortal, puesto que para el funcionamiento de la invención hace falta un equipo de actores dispuestos a dejarse la piel en la interpretación de sus roles. En ese sentido, Sorkin se marca otro tanto a su favor con la elección del plantel de estrellas que conforman el casting. La estrella indiscutible, por supuesto, Jessica Chastain, experta a estas alturas en papeles de mujer fría, gladiadora en un mundo hostil, pero con el punto de emoción que la hace humana. Admito que me cuesta ser objetivo con el trabajo de esta actriz excepcional, elegante, segura y carismática como pocas. La complejidad con la que dota a su carácter sirve de conexión para todos las piezas que conforman la idea de Sorkin. Seductora, temible y tierna a partes iguales, la recreación de Molly Bloom por parte de Chastain es providencial en una película llena de buenos momentos.
Como segundo de a bordo en el plano actoral, Idris Elba, magnífico. Elegante, armado de madurez y cómodo en un personaje con mucho menos trasfondo que Molly, por su condición de secundario, pero que da consistencia al embrollo en el que la protagonista se ve abocada.
Mención especial a Kevin Costner, en un papel de poca presencia en pantalla, pero de gran peso para comprender al personaje de Chastain. Eso sí, se ve afectado seriamente por esa caída en el exceso de azúcar en los compases finales de la película.
Como pega, algo que me pasa con todos los productos de Sorkin. Nadie puede dudar del talento y eficacia del hasta ahora guionista, pero, en ocasiones, esos diálogos representativos de su estilo me resultan un tanto artificiosos, como si algo en mi cerebro me recordase continuamente que nadie habla así en la vida real. Pero no queda más remedio que rendirse al ingenio de Sorkin, capaz de convencer al más escéptico, a base de frases para recordar.
Molly’s Game es un entretenimiento de primer orden, capaz de combinar los aires de autor con las intenciones más comerciales. Sorkin muestra solvencia en sus labores tras la cámara, aunque es cierto que los detalles de personalidad están presentes en el trato literario, y no tanto en el despliegue visual. Aún así, el recién estrenado director hace valer su experiencia previa en el mundo audiovisual, y deja buenas trazas en su debut.
Tráiler:
Ficha técnica:
Molly’s Game , EUA, 2017.Dirección: Aaron Sorkin
Duración: 141 minutos
Guion: Aaron Sorkin
Producción: Entertainment One / The Mark Gordon Company / Pascal Pictures
Fotografía: Charlotte Bruus Christensen
Música: Daniel Pemberton
Reparto: Jessica Chastain, Idris Elba, Kevin Costner, Michael Cera, Samantha Isler, Chris O'Dowd, Graham Greene, Jeremy Strong, Bill Camp, Brian d'Arcy James, Claire Rankin, J.C. MacKenzie