Momias

Esta película de animación digital permite apreciar el alto nivel de desarrollo que tiene este género en España. La principal empresa productora del filme, 4 CATS PICTURES, establecida desde 2013, se destacó en 2015 con su largometraje de animación Captura la bandera (Enrique Gato) y luego con Tadeo Jones 2: El secreto del Rey Midas (Enrique Gato, David Alonso, 2017), ambos muy exitosos en España.

Es curioso que en una película española se traten temas tan universales como son los del antiguo Egipto y la egiptología y las investigaciones arqueológicas. Ello indica que los productores han visionado un mercado internacional para sus producciones basado en la madurez misma del cine de animación español.

Ha resultado una película que trata con novedad y mucha libertad, sin mayor fidelidad a las tradicionales formas de aproximación, con un enfoque que privilegia el humor, el tema de las relaciones entre los espíritus y las momias del antiguo Egipto y la modernidad. Modernidad que investiga sin pausa los centenares de sitios arqueológicos asociados con esa época.

Es alucinante la variedad de hallazgos, de colores, de diseños que aparecen cada cierto tiempo en ese país donde el culto a la muerte llegó a límites que todavía no alcanzamos a dimensionar. Sin duda nos queda cada vez más la sensación de que esa cultura había dos hábitats que coexistían: las ciudades de los vivos y las ciudades de los muertos. En ambas había familias, alimentos, lujos y arte, objetos, normas, tradiciones, incluso cultura. Las de los muertos tenían un aire de secreto, de permanencia en el tiempo a base de encerramientos, túneles, protecciones, prohibiciones y del riesgo de caer bajo maldiciones en caso de perturbaciones indebidas. Con el paso de los tiempos hemos ido descubriendo los significados y los misterios de estas eternas ciudades, enterradas en las extensas arenas del desierto.

Es en este contexto que los creadores de esta saga animada han concebido una ciudad de muertos que, aunque ya murieron, animan y llenan de vida, en forma de momias debidamente despiertas y retozantes, los espacios urbanos de una ciudad perdida en alguna inmensa cueva, que los vivos desconocen. En ella hay faraones y sacerdotes, palacios y templos, amores y diversiones, mujeres hermosas y jóvenes aventureros.  Hay también tradiciones, jóvenes caprichosas y competencias de aurigas y veloces carros halados por caballos briosos, en las cuales, al mejor estilo de Ben Hur, se compite a base de nobles habilidades y de malas artes. Es decir, en esa ciudad de las momias, no deja de existir la lucha entre el bien y el mal.

Naturalmente hay que introducir en la escena a los aventureros exploradores de la modernidad, personificados en un tal Lord Carnaby  (que me imagino es una parodia de un personaje real, Edward Stanhope Molyneux Herbert, conde de Carnarvon conocido como lord Carnarvon). Él fue el famoso mecenas inglés que financió la excavación de la tumba de Tutankamón, en el Valle de los Reyes. Un aire de leyenda rodeó su muerte al poco tiempo de tal descubrimiento, asociada con una pretendida maldición de Tutankamon, que en realidad nada tuvo que ver con ello. En la película, además de personaje que financia y dirige, Lord Carnaby es también un explorador, a imitación del famoso Howard Carter, descubridor real de dicha tumba. Pero su naturaleza es malvada, siempre dispuesta a hacer lo que sea por la fama y por la búsqueda de tesoros. Este comportamiento, en realidad, es poco representativa de los dos mencionados personajes de la vida real, excepto en su vena relativamente científica y en su persistencia a toda prueba para descubrir la escondida y misteriosa ciudad de las momias de la cual tenía sospechas e indicios.

Las acciones de Lord Carnaby eventualmente llevan al contacto de estos dos mundos y la película se mueve agitadamente a Londres, a su museo, e incluye persecuciones urbanas y vuelos en jet comercial. Momias viejas y sabias, jóvenes y bellas van y vienen en medio del caos, creando una historia inesperada y entretenida, que distrae e intriga. Es una fábula de la antigua vida animada después de la muerte, creada por la insaciable moderna curiosidad que busca pretextos para proponer narrativas e historias. La misma curiosidad inagotable que eventualmente va a develar y a traer hordas de turismo y conectar con la modernidad a la extensa red de ciudades egipcias de ultratumba.

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