Críticas
Los años solo intensifican el rojo
Moulin Rouge
Otros títulos: Amor en rojo.
Baz Luhrmann. EUA, Australia, 2000.
Casi 20 años después, Moulin Rouge (Baz Luhrmann, 2001) sigue teniendo uno de los comienzos más anticlimáticos posibles. En los primeros minutos, después de que se abre el telón, nos enteramos que Satine (Nicole Kidman, nominada al Oscar por este papel) ha muerto, y su amado Christian (Ewan McGregor) la llora mientras escribe su historia de amor. Si ya tenemos el final, ¿por qué vale la pena verla? Porque el camino que recorre esta trágica historia de amor es un viaje frenético lleno de música, color y puro sentimiento, es tan emocionante que es imposible perdérselo.
Una vez que nos plantean este universo, una inyección de absenta se apodera del ritmo de la historia. La voz y las imágenes van a toda velocidad, pero claras y concretas: Christian llega de Londres a París, a la vida bohemia, para escribir y unirse a los hijos de la revolución. Vemos al padre diciéndole que ese es un lugar de pecado y quejándose de la ridícula obsesión de Christian con el amor, las calles de París y sus tentaciones. El techo se rompe y así entran a su vida el Argentino inconsciente/narcoléptico (Jacek Koman), Toulouse-Lautrec (John Leguizamo) y Espectacular, Espectacular, una obra que va a escribir pero aún no sabe. El plan de los recién llegados queda claro: van a presentar a Christian como un famoso escritor inglés frente a Harold Zidler (Jim Broadbent), pero utilizando a Satine. Cuando ella oiga la poesía de Christian, quedará encantada y convencerá a Zidler.
Christian se niega, no sabe si es realmente un bohemio revolucionario. Aquí vienen las preguntas claves, “¿Crees en la belleza, la libertad, la verdad y el amor?” “¡Por supuesto!”. ¡Ese es el espíritu de los hijos de la revolución! Brindan con absenta y así aparece el hada verde (Kylie Minogue) que los lleva en un viaje sin regreso al Moulin Rouge, con las «perras de diamante», las bailarinas del famoso cabaret y sus clientes como poseídos, mientras repiten las líneas de la canción de Nirvana, Smells like teen spirit: “Aquí estamos ahora, entreténnos”, mezclada con el can can y Lady Marmalade, el gran éxito radial de la explosiva banda sonora que ganó el premios Grammy. ¡Y solo han pasado quince minutos de película!
El ritmo frenético es una montaña rusa sin freno que necesita verse en una segunda ocasión. Y después de todas las veces que yo la he visto, sigo encontrando más detalles en cada escena y quedo totalmente deslumbrado por el equipo que armó Luhrmann: la edición es impecable, la cámara vuela sobre París y dentro del Moulin Rouge con energía, la música provoca ganas de levantarse de la silla, el vestuario y la escenografía son impecables, hechos por su esposa, Catherine Martin, ganadora de los dos premios Oscar de las ocho nominaciones que tuvo. Parecen muchos elogios, pero siento que me quedo corto. Y de repente, el ritmo cambia radicalmente, los hombres voltean a mirar al techo y en un columpio baja ella, el diamante deslumbrante, la hermosa Satine con su canción Diamonds are a girl’s best friend con mezclas de Material girl de Madonna y un corsé que le lastimó una costilla.
Aquí entra en juego El Duque (Richard Roxburgh), el gran villano, y con él la divertida confusión: el Duque y Christian tienen programada una cita a solas con Satine, y por culpa de Toulouse todo se enreda. Mientras Satine cree que está hablando con el Duque, Christian le ofrece su poesía, y ella entiende otra cosa. El doble sentido es hilarante, Nicole Kidman se revela ante todos como una genial actriz y descubrimos que Ewan McGregor puede cantar, y lo que interpreta es el primer gran éxito de Elton John, Your song .
Esta película que podría considerarse como el primer musical en cine que ha usado canciones preexistentes y las ha adaptado a una historia original, probablemente inspirado por el éxito teatral de Mamma Mia con las canciones de ABBA. La selección de canciones es una genialidad que le tomó al director dos años obtener los derechos de todas las canciones. Ver a Zidler recitar y cantar Like a virgin de Madonna con un coro de hombres haciendo una coreografía ridícula parece un número sacado de Monty Python, demasiado divertido y apropiado. La versión en tango del clásico del grupo británico The Police, Roxanne, goza de una coreografía poderosa. La embrujadora versión en ópera de The show must go on de Queen es sublime.
Y la canción de los amantes, Come what may, ya es un clásico de la música que ha gozado de covers de Il Divo y Plácido Domingo. Esta canción surge cuando Satine quiere terminar su romance con Christian antes de que el Duque se dé cuenta, porque todos ya saben, y el futuro del Moulin Rogue corre peligro. Christian le pide que no lo deje y decide escribir en la canción de los amantes, para que recuerden su amor frente a todos, un mensaje oculto. La canción, que toma su nombre de una frase de Macbeth, estuvo nominada al Globo de Oro pero no clasificó en la competencia del Oscar a Mejor Canción Original pues fue compuesta para un proyecto anterior del director, su adaptación del clásico de Shakespeare, Romeo y Julieta de William Shakespeare (William Shakespeare’s Romeo + Juliet, 1996).
La película recaudó más de 170 millones de dólares en taquilla, fue nominada a Mejor Película en los Premios Oscar después de diez años de no tener a un musical en la categoría más importante, y preparó el camino para una nueva era de películas musicales que hoy seguimos gozando. Y a pesar de empezar y terminar de la misma forma, con la muerte de Satine, el mensaje es claro: «Lo más importante en la vida es simplemente amar y ser amado a cambio». Christian, con su «ridícula obsesión con el amor», nos enseñó a vivir con todas las ganas. ¿Lección aprendida? Si no, hay que volver a reencontrarse con este clásico.
Trailer:
Ficha técnica:
Moulin Rouge / Amor en rojo , EUA, Australia, 2000.Dirección: Baz Luhrmann
Duración: 127 minutos
Guion: Baz Luhrmann & Craig Pierce
Producción: Baz Luhrmann, Fred Baron, Martin Brown
Fotografía: Donald McAlpine
Música: Craig Armstrong
Reparto: Nicole Kidman, Ewan McGregor, John Leguizamo, Jim Broadbent, Richard Roxburgh, Jacek Koman
Que manera tan bonita de ver y revivir esa historia. Para mi, una de mis favoritas.
Me dieron ganas de repetirla una vez más.