Reseñas de festivales
Night Moves
A simple vista no parecen haber demasiadas cosas destacables en la última película de la muy celebrada cineasta indie Kelly Reichardt (Wendy y Lucy, Old Joy, Meek’s Cutoff), más allá de tratarse de una prolija muestra de cine de género despojada de los peores vicios del mainstream.
Jesse Eisenberg, Dakota Fanning y Peter Sarsgaard interpretan a tres ambientalistas decididos a detonar un dique como parte de un acto de sabotaje ecológico. Tras ciertas desinteligencias previas y algunas desconfianzas iniciales, los tres participantes logran llevar a cabo el plan, pero luego de la detonación surge algo imprevisto: los periódicos del día después revelan la desaparición de un forastero que se encontraba en las inmediaciones del lugar la noche de la explosión. A partir de esta noticia afloran la culpa, las paranoias y las sospechas mutuas entre los saboteadores, lo que conducirá a un violento e inevitable desenlace.
Más allá de un par de secuencias logradas en lo que refiere a la construcción del suspenso (como, por ejemplo, la de la prolongada espera nocturna sobre el lago una vez que la carga explosiva ha sido colocada, generada por una presencia inesperada en el lugar del hecho), la película de Reichardt es discreta, se deja ver sin mayores inconvenientes y es poco lo que deja en el recuerdo del espectador. La cineasta no parece tomarse demasiado en serio la cruzada ecológica del trio, lo que anula cualquier espesor político posible en el relato, y el carácter casi impenetrable del personaje de Eisenberg (por una vez, libre de su histrionismo histérico y siempre al borde del ataque de nervios, lo digo aun tratándose de un actor efectivo y solvente), contribuyen a aportar cierta frialdad y distanciamiento en una película de por sí tibia y predecible.