Reseñas de festivales
Niños prodigio
El Holocausto es, seguramente, la temática histórica más veces tratada dentro de la filmografía alemana y mundial, con perspectivas y enfoques múltiples y diversos. Todos tenemos en la retina alguna de las secuencias más tristes de la historia del cine, con este telón de fondo.
El hecho de que Marcus O.Rosenmüller haya puesto al frente de su película a tres niños protagonistas, que llevan todo el peso de la trama, no es tan habitual. Si el contenido de la etapa del nazismo tiene una carga con un alto grado de dramatismo, en este caso, todo resulta aun más trágico si cabe. Abrascha, Larissa y Hanna son tres niños que viven en una localidad ucraniana donde han desarrollado unas dotes para la música fuera de lo normal. El talento que comparten les une, pero la diferencia en su procedencia les distancia cuando estalla la guerra. Ellos solo entienden de música y de amistad. No llegan a comprender qué está ocurriendo en la ciudad donde anteriormente paseaban sin problemas y ahora deben esconderse para salvar su vida. Saben que son cosas del complejo y absurdo mundo de los adultos y que su vínculo de amistad perdurará por encima de todo. Su sueño es tocar algún día en el Carnegie Hall de Nueva York, pero sus planes se truncan, teniendo que conformarse con hacerlo ante las presiones de altos mandatarios de las SS. Tocar para salvar la vida, sin ni siquiera llegar a comprender qué significa.
Marcus O. Rossenmüller asistió al festival para compartir con los espectadores las inquietudes que la película pudiera suscitar. Realizador con una larga trayectoria dentro del mundo televisivo, con producciones documentales, tv movies y series, también son destacables sus numerosos videos musicales. En Niños prodigio utiliza un estilo convencional con un ritmo pausado, a pesar de algunas secuencias en las que la tensión se hace insostenible.
La película abre con un flashback que nos narrará la vivencia de uno de los personajes principales, al que solo sabremos reconocer cuando este alargado viaje al pasado se cierra como colofón final. El film culmina con la cifra terrorífica del medio millón de menores que murieron durante el exterminio nazi y al que esta cinta rinde su particular homenaje.