Críticas

Más remakes innecesarios

No Hables Con Extraños

Speak No Evil. James Watkins. EUA, 2024.

No entiendo todavía esa obsesión por hacer remakes. ¿Por qué no basta con la cinta original? ¿Por qué cree Hollywood que traducir una película les va a traer el mismo éxito? Claro que no solo pasa en Estados Unidos y en el cine, ya lo estamos viendo hasta el cansancio en la televisión de Latinoamérica también… Casos de fracaso hay muchos, casi todos lo son, y este es otro que se queda en el camino de las buenas intenciones. No hables con extraños (Speak No Evil, James Watkins, 2024) es un remake de la cinta danesa del mismo nombre en inglés (Speak No Evil, Gæsterne, 2022), dirigida y escrita por Christian Tafdrup, que gozó de cierto éxito en Europa en su momento de estreno, hace tan solo dos años. Pero también causó controversia por su final, que produjo fuertes críticas, abucheos en cine y otras reacciones. Los estadounidenses, en cabeza de Watkins, llegaron a “salvar la cinta” con el final ideal que todos querían, supongo, pero su nueva versión no termina de funcionar, es una película que se torna lenta y predecible después de un gran arranque. Y ni hablemos del tráiler, que deja poco a la imaginación…

Ben (Scoot MacNairy), Louise (Mackenzie Davis) y Agnes (Alix West Lefler) son los Dalton, una familia como cualquiera, que están en unas vacaciones para tratar de arreglar sus problemas y reencontrarse en el amor que se tienen. Allí conocen a Paddy (James McAvoy), Ciara (Aisling Franciosi) y Ant (Dan Hough), una familia “encantadora”, con los que entablan una rápida amistad, pasando por alto lo extraño y pesado que Paddy puede llegar a ser con sus bromas, y lo dócil que Ciara resulta… Las señales estaban ahí… Las vacaciones terminan, Paddy y su familia invitan a los Dalton a su casa, alejada de todo y perfecta para descansar. La familia acepta, y ya se podrán imaginar todo lo que puede llegar a pasar al acceder a invitaciones de extraños y encerrarse con ellos en una casa gigante en el medio de la nada…

Los Dalton nunca llegan a ser la familia adorable y encantadora de la que el espectador debería enamorarse. Ben es un pesado, Louise siempre tiene mala cara y Agnes es malcriada e insoportable a veces, se convierte en la herramienta de la historia para hacer que sus padres caigan en las trampas, una y otra vez. Paddy, aunque es detestable y el claro villano de la historia desde el primer momento, es el más interesante de todos. McAvoy logra trabajar sus personajes con profundidad y detalles, recordemos cómo brilla en Múltiple (Split, M. Night Shyamalan, 2016) y La desaparición de Eleanor Rigby (The Disappearance of Eleanor Rigby, Ned Benson, 2014), entre muchas otras. Es él quien más se destaca en la cinta y hace que uno se quede pegado a la pantalla, yo quería saber hasta qué extremos iba a llegar su personaje… Y esperaba más. Franciosi y Hough funcionan bien como su familia, son muy expresivos y le dan la talla a la frialdad.

Pero el guion no le ayuda a unas buenas interpretaciones. Los Dalton parecen ciegos ante lo que sucede frente a sus ojos, es entendible que estamos ante una película de terror y esto es lo que “suele pasar”, pero acá ya pasan por demasiado ingenuos y débiles, todo lo que su hija les pida es casi una orden, imponiendo el capricho a la lógica. Y desde ahí la familia se vuelve poco creíble, para mí. Su prioridad no es la familia, porque sería más importante la seguridad de todos y el huir lo más pronto que puedan… Supongo que mi lógica y la de ellos es muy distinta. Y a partir de ahí, la verosimilitud se cae lentamente, hasta que la historia se vuelve ridícula.

Y el final es totalmente diferente a la versión original, que es lo que le ha traído la buena aceptación entre el público y los críticos. Mientras la historia de Tafdrup intenta explorar el comportamiento de seres humanos normales en una situación extrema, la versión estadounidense se queda en el cliché que funcionaba en los años noventa, pero ya ha corrido mucha agua debajo de ese puente y el cine ha empezado a romper las camisas de fuerza que eran las estructuras de guion.

Pero tampoco debería sorprender, Watkins ya ha aburrido en la pantalla grande anteriormente con Eden Lake (2008) y La mujer de negro (The Woman in Black, 2012), ambas escritas y dirigidas por él, que no le aportan nada nuevo al espectador o al género en el que se han catalogado. ¿Funcionan? Supongo, si hablamos de una historia de estructura aristotélica con introducción, nudo y desenlace, pue sí… ¿Qué tan buena es? El gusto siempre es subjetivo, y para este servidor amante del género, esperaba más de alguien que ha demostrado que no lo sabe dar.

El público no siempre quiere lo cómodo, lo fácil o lo ideal. Este Séptimo Arte ha crecido y evolucionado, nos invita a retar nuestros conceptos y nuestros imaginarios, a expandir la mente y a ver las situaciones desde otro lado, con la comodidad de saber que estamos seguros con una pantalla de separación. Supongo que no todos están listos para esa conversación.

Y es así como nace otro remake innecesario en Hollywood, como si no tuvieran nuevas historias para contar o, pero aún, como si fuera necesario “corregir” lo que otros cineastas han propuesto en otros lugares fuera de Estados Unidos, como si lo que dictaran ellos fuera lo correcto. Afortunadamente, esos tiempos han cambiado, pero no del todo. No hables con extraños no pasa de ser una cinta de domingo, para poner en el televisor y quedarse dormido, o para poner de ruido de fondo y voltear cada vez que la música nos indique que algo va a pasar, no hay nada más allá que eso, la moraleja ya está en el nombre de la cinta y el resumen está en el tráiler.

Tráiler:

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Ficha técnica:

No Hables Con Extraños (Speak No Evil),  EUA, 2024.

Dirección: James Watkins
Duración: 110 minutos
Guion: James Watkins
Producción: Jason Blum, Jacob Jarek, Paul Ritchie, Jon Romano, Beatriz Sequeira, Christian Tafdrup
Fotografía: Tim Maurice-Jones
Música: Danny Bensi & Saunder Jurriaans
Reparto: James McAvoy, Mackenzie Davis, Scoot McNairy, Aisling Franciosi, Alix West Lefler, Dan Hough, Kris Hitchen, Mike Motaz Malhees Motaz Malhees, Jakob Højlev Jørgensen

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