Reseñas de festivales
O mestre e o divino
Adalberto Heide, el “Maestro”, y Divino Tserewahu son los personajes principales de O mestre e o Divino. El primero es un misionero salesiano alemán que en 1957 comenzó a hacer un trabajo etnográfico del que resultó el filme Xavante, Auwe Uptabi, povo autêntico (1972), correalizado con Bartolomeu Giaccaria. El segundo fue formado por Heide, y principalmente por la ONG Video nas Aldeias, y ha llegado a convertirse en un cineasta importante del pueblo xavante. La manera de filmar y de ser de ambos es confrontada en el documental reflexivo de Tiago Campos, una película sobre la forma como se representa a los indígenas y que también muestra el trabajo de su propia realización, con el director brasileño y su equipo como personajes secundarios.
Heide y Tserewahu tienen una tensa amistad de maestro y discípulo, la cual ha llegado con el tiempo a convertirse en una amable rivalidad, debido a los celos profesionales. Comparten, además, una identificación recíproca con el “otro”. Los xavantes de Brasil atraían al joven europeo por su deseo de llegar a ser como uno de ellos. Del éxito que pudo haber tenido ha quedado como evidencia el apodo que le pusieron los xavantes, “Tsa’amri”, y también un documental que hizo la televisión alemana. Tserewahu es católico y valora la obra de los salesianos. Eso le causa conflictos de identidad, y dice ser consciente del problema y que lo asume. A pesar de eso, sus películas son apreciadas porque se les atribuye la mirada “auténtica” de un indígena sobre su propio pueblo.
La puesta en escena del proceso de realización de O mestre e o Divino advierte de que ambos personajes no son sino construcciones de un documental, cuya fidelidad a lo “real” es siempre discutible. También Heide llama la atención sobre ese asunto, al aclarar un aspecto de su representación del pueblo xavante. En una secuencia se queja de la basura que abunda en una aldea, pero rechaza la idea de incluirla en un documental. “¿La realidad? Yo lo que quiero mostrar es lo bonito”, responde. Sus películas también se diferencian de las de Tserewahu en lo que respecta a sucesos a los que el cineasta indígena presta atención y él no, y por el estilo: el salesiano pone en sus películas detalles que considera bellos, como flores, mientras que el xavante prefiere incluir conversaciones. Pero que la mirada del segundo sea más auténtica es problemático, como se dijo antes.
Además de la puesta en abismo que hay en este documental, que representa dos maneras confrontadas de mirar a los indígenas a través del cine, en O mestre e o Divino también son traídos a colación los lugares comunes de la crítica al racismo en los filmes y la TV. Está el ejemplo de los westerns, a través de la película favorita del misionero, una producción alemana, Winnetou(1963). También hay un fragmento de la celebración del Día del Indio por Xuxa, en la que Tserewahu participó cuando era adolescente.
Pero esos productos pueden ser vistos de otro modo por la gente que es representada en ellos de maneras que son consideradas como degradantes. El misionero asegura que los xavantes no dejan de pedirle copias en DVD de la cinta en la que el indio se sacrifica para salvarle la vida a su amigo blanco, y a Tserewahu, aunque no parece estar orgulloso de su participación en la grotesca representación de Xuxa, le divierte en cambio el recuerdo de cómo disfrutó de la recompensa que le dieron por salir en el programa.
O mestre e o Divino es, en síntesis, un filme que confronta al espectador con los problemas que plantean todas las representaciones del “otro” indígena, incluidas las que están implícitas en las críticas del racismo y también las que hacen los cineastas de los pueblos originarios. Por eso, en vez de la justificada indignación por los discursos que acompañan al genocidio, apela a un sentido del humor capaz de captar detalles sutiles que ponen de manifiesto la extensa diversidad de los problemas que existen al respecto, sin intentar resolverlos. Por ejemplo, el uso de música andina en un filme sobre un pueblo del Amazonas o la atribución de “Sunshine Reggae” a un grupo argentino por Tserewahu, a quien le gusta esa canción de Laid Back y quiere compartirla con su amigo Heide.