Críticas
Granujas con pinta de espías
Operación Fortune: el gran engaño
Operation Fortune: Ruse de Guerre. Guy Ritchie. EUA, 2022.
En la inmensa globoesfera de la producción cinematográfica debe de haber de todo y para todos los gustos. La amplia oferta de estrenos de cine y la variada propuesta de las plataformas de pago por visión hacen del visionado de material audiovisual un empeño cada vez más inabarcable. Películas de reciente cuño, series recomendadas como la última grandeza jamás antes realizada y el emergente registro del documental componen un escenario de ficción/documento inmenso que un servidor tiene la sensación (no sé si ustedes también) de estar perdiéndome algo que me es imposible alcanzar.
Sin embargo, y pese a la cantidad de piezas repartidas por cualquier caladero que te invita a que entres en su contenido, todavía hay experiencias más o menos gratificantes vinculadas a un determinado cine, no especialmente de alto nivel intelectual, como es la firma de Guy Ritchie, que te ofrece un producto hábilmente elaborado, que sabes de antemano que no te va a engañar. Por regla general, las películas del realizador inglés giran alrededor de argumentos siguiendo los códigos del thriller, en sus más amplias versiones. Sin lugar para la sorpresa, sabes con antelación qué tipo de dispositivo visual vas a recibir.
Hoy, contemplar un filme de Ritchie, es sinónimo de espectáculo. ¿El espectáculo que compone es gratificante? Según se mire, sí. Su alarde pirotécnico, juego de cámara, acción trepidante, montaje rítmico y entrecruzamiento de tiempos narrativos para explicar todos los vaivenes de la trama generan alicientes soportados en aspectos formales que funcionan muy bien. El cinematógrafo se exhibía en su albores en barracas de feria antes que su cosmovisión se convirtiese en un arte.
La partida que atiende el responsable de Cerdos y diamantes (Snatch, Reino Unido, 2000) es una propuesta infalible. Un cine invasivo de lugares comunes con una puesta en escena agitada en una coctelera cuyo maridaje resultante es una obra para colocar en el mercado, con sus señas de identidad más reconocibles, y colocada para que sus incondicionales la disfruten y se distraigan con sus arquetipos más resultones.
Desde el inicio de su carrera, allá por el año 1998, cuando alumbró Lock & Stock, cuajó un modelo de relato, entramada y estridente materia fílmica suficientemente llamativa a la vez que personal, cuyo estilo narrativo lo mantuvo hasta que fue fagocitado por la industria y ejerció, desde entonces, como un carismático creador de imágenes al servicio del negocio.
Desacreditar y deshonrar la metodología de Ritchie es innecesario, porque como he escrito más arriba da lo mejor de sí, sin estafar a nadie, en todos sus enunciados. Y prueba de ello es su última obra, Operación Fortune: el gran engaño (Operation Fortune: Ruse de Guerre, EUA, 2022), preñada de todos los tópicos de su cine y ceñida a los parámetros de su habitual arquitectura.
La película cuenta una historia de espías de última generación. Su guion toca el tráfico de potentes armas de tecnología de punta que, utilizadas por alevosos sedientos de dinero y control, pueden maniobrar con perjuicio el equilibrio mundial. Un asunto que no es novedoso y que se implementa con la astucia de los intrépidos defensores de la justicia y las eficaces estrategias que utilizan para contrarrestar las paranoias de villanos facinerosos.
Guy Ritchie había abordado el siempre inquietante y perverso clima del espionaje en Operación UNCLE (The Man from UNCLE, Reino Unido, 2019) desde el contexto de la Guerra Fría de los años 60, enfoque refinado y suave ironía para no perder el humor británico. En un ángulo parecido se mueve Operación Fortune, en un ambiente cambiante y trapacerías de último rango.
La peripecia que cuenta Ritchie responde, sin mucha imaginación, al entretejido de acciones y subacciones relacionadas con el encargo que el MI6 le hace a su mejor agente, Orson Fortune (Jason Statham), para que forme un equipo y viaje a distintas localizaciones internacionales para detener una ruin estrategia financiera.
El concurso del intérprete Jason Statham, con el que Ritchie había trabajado en Despierta la furia (Wrath of Man), le da un aire gamberro, puesto que el actor está encasillado dentro de los tipos duros y es un consumado especialista en sacudir mamporros con bastante maña. Su presencia, reclamo comercial aparte, conlleva un punto de sarcasmo, de humor burlón dentro de los cánones de comedia disolvente con que suele acompañar Ritchie sus tramas.
Lo significativo de Statham y su función en la historia es que el realizador y los guionistas le han reservado la mejor escena de la película. Es un momento que no pasa inadvertido, sobre todo, para la masa de cinéfilos, si es que han visto el largometraje, claro. Es un instante maravilloso. Statham, dando vida a Orson Fortune, entra en una mansión altamente protegida por sicarios y propiedad de jefes de la mafia ucraniana. Todos han sido previamente adormecidos con un gas narcotizante. Fortune tiene que sustraer información de una computadora. Llega a la habitación donde sus moradores están amodorrados y se percata que los truhanes estaban viendo una película. Al percatarse que se trata de un clásico, Dos hombres y un destino (Butch Cassidy and the Sundance Kid, EUA, 1969), se acomoda en el borde de la cama y se deleita contemplando la escena en la que Paul Newman hace el payaso con la bicicleta intentado llamar la atención de Katharine Ross y se escucha la pegadiza melodía de Gotas de lluvia al caer.
Esta escena, con sabor muy agradecido para los buenos amantes del cine, es el estado de gloria de la película. Un punto fuerte que emerge en la maraña de idas y venidas de la acción y un ramillete de personajes sin más aliciente que su rol en la función. La actriz Aubrey Plaza da vida a la sexy Sarah Fidel, experta en trasmisiones informáticas, el carismático Hugh Grant, como el traficante Greg Simmonds, cumple con creces su cometido con sorna y Josh Hartnett, encarna a Danny Francesco, un actor del Hollywood actual con un marcado perfil paródico.
Deshechos los razonamientos más pesimistas conviene no subestimar este tipo de producto, concebido como un tebeo distraído, como un cómic que se mueve en términos bufonescos, disolventes, que consigue un dinámico relato de espías guasones capacitados para taponar una megalomanía de unos bárbaros repletos de egoísmos contado en clave de farsa.
Tráiler de la película:
Ficha técnica:
Operación Fortune: el gran engaño (Operation Fortune: Ruse de Guerre), EUA, 2022.Dirección: Guy Ritchie
Duración: 114 minutos
Guion: Ivan Atkinson, Marn Davies, Guy Ritchie
Producción: Miramax, STXfilms, AZ Celtic Films, Tencent Pictures. Distribuidora: STX Entertainment
Fotografía: Alan Stewart
Música: Christopher Benstead
Reparto: Jason Statham, Aubrey Plaza, Josh Hartnett, Cary Elwes, Hugh Grant, Bugzy Malone, Eugenia Kuzmina, Peter Ferdinando, Lourdes Faberes, Sam Douglas