Críticas

El miedo por la idealización perdida

Quizás para siempre

Maybe I Do. Michael Jacobs. EUA, 2023.

Quizás para siempre aficheMichelle  quiere casarse con su novio Allen, quien tiene dudas acerca de una decisión que podría cambiar la relación. Los padres de ella invitan al novio y sus padres a cenar con el objetivo de encontrar una solución. Este acontecimiento pondrá sobre el tapete una serie de infidelidades cruzadas.

Comedia romántica de Michael Jacobs protagonizada por Diane Keaton, Richard Geere, Luke Bracey, Susan Sarandon, Emma Robertes y William H. Macey, un elenco de figuras de reconocida trayectoria, mención que de antemano sugiere calidad. Nada más alejado de la realidad, el producto entretiene, pero peca de superficial e inconsistente.

Mucho ruido y pocas nueces. Temática que circula sobre una floja construcción de personajes, la capacidad de los protagonistas es subexplotada en la trivialidad de diálogos que sugieren un planteo poco interesante. Todo se irá diluyendo durante el transcurso del metraje, un vacío de contenido donde solo permanece la anécdota de un cruce de engaños que oficia de ejemplo nocivo a la moral. La historia se desvanece en artificiales conformismos para abrir paso al necesario desenlace convencional.

Jacobs pierde la oportunidad, un guion insulso y mediocre que desaprovecha una temática interesante. El entretenimiento irá perdiendo pie en los últimos treinta minutos para sumergirse en un aburrido sinsentido que apela a lugares comunes. Fallan las conexiones que infunden el tránsito hacia el resultado. Todo se resuelve  en una tontería absolutamente carente de creatividad.

Quizás para siempre fotograma

Un guion pobre que funciona bien hasta el encuentro entre las parejas, allí parecería que se acabaron los recursos, la línea argumental tambalea en un no saber qué hacer mal tramitado por los protagonistas, todo es fiel reflejo de las inconsistencias del relato. Un montón de frases que no remarcan con claridad los desencuentros del momento, todo resuena artificial y hasta infantil. Si bien, el tono de comedia no se pierde, llega un momento en que se banaliza, falta el necesario ingenio, el argumento se va deshilachando, queda a la deriva, los planteos resurgen sin resolución, truncos, la transición de pasaje a las escenas finales es casi inexistente, con lo cual, hay una pérdida de la continuidad producto de la ausencia de creatividad.

No es responsabilidad de los actores, su desempeño es correcto, no luce por  carencias en el guion. Personajes superficiales que caen en lugares comunes, ni siquiera se identifican en profundidad con los estereotipos propuestos. Todo muy vacío e insustancial, como la historia.

Quedan planteados los temas del amor como concepto extensible e intangible, los avatares de la vida y el cambio en las relaciones matrimoniales, la búsqueda de un otro como refugio, en función de objetivos diversos, ya sean afectivos o sexuales, entre otros. Se resuelven en juegos de palabras que entretienen por el desparpajo con visos de ingenuidad. Pero, no alcanza desde la lógica de una comedia prolija, el humor se estanca en la banalidad de un rumbo incoherente. Asistimos a un montón de frases sueltas, ideas que ya conocemos referidas al paso del tiempo y la permanencia del amor en los vínculos de pareja. Nada nuevo bajo el sol, Jacobs pierde la oportunidad de brindar un punto de vista, diferente y profundo, que nos diga algo acerca del tema tratado, sin embargo, no hay novedad alguna, simplemente un salpicón de ideas reflejadas en la realidad social que todos conocemos.

Maybe I Do escena

No obstante lo prometedor del comienzo, la comedia se va quedando en más de lo mismo, da la sensación de que el guion se queda sin recursos, no hay vueltas de tuerca, se afinca en una linealidad que no ofrece giros, para morir en lugares comunes, esperables sí, pero no de manera tan llana, al mejor estilo de un “llegamos acá y se terminó”, sin tránsito ni preparación adecuadas.

Las puestas en escena son lo más destacado, la dirección de arte se hace notar en la solvencia para definir los escenarios. El contexto alude a familias de clase media alta, pero ni siquiera logramos desgranar posiciones definidas ancladas en mentalidades típicas. La información que recibimos se consume en diálogos con juegos de palabras que pretenden, y por momentos consiguen, cierta respuesta de hilaridad. Todo queda en un divertimento simplón que no colma las expectativas generadas por el elenco.

Una visión que, sin mayores complicaciones, culmina abogando por el mantenimiento del matrimonio como tradición. Más allá de educaciones liberales o religiosas, habrá que vivir lo que vendrá, pero eso ya es harina de otro costal, el filme no pretende adentrarse en motivaciones, causas, problemáticas o vicisitudes que traen cambios. Camina sobre estas cuestiones sin reparar en complejidades, solo deja las cosas planteadas, pasan, pero igual hay que seguir, el final feliz es proclamado de forma un tanto abrupta y sin miramientos.

Maybe I Do plano

La película maneja ideas que pasan delante del espectador cual titulares sin desarrollar: el miedo a arriesgar en el matrimonio, la necesidad de tener ilusión, el darse cuenta que no se vivió de acuerdo a lo pretendido, la importancia del refuerzo de la autoestima por sentirse deseado, la intimidad como valor, la educación religiosa en ideales de eternidad; son algunos de los temas tan solo planteados a manera de mojones. No cumplen función alguna, más que entretener en base a ocurrencias pasajeras. Algo así como las intervenciones humorísticas que alguien podría realizar en una reunión familiar con la única intención de pasar el rato en un ambiente amistoso.

La canción que acompaña los créditos es fiel reflejo de lo que veremos. A cargo está la canadiense Lesley Barber, letra banal con ritmo pegadizo, al tono.

Poco más para decir, una película menor que pretende enganchar con el elenco y la temática. Como entretenimiento, queda a medio camino, el tratamiento del tema se pierde en diálogos de carácter obvio, levantan una expectativa que durante el transcurso de la cinta se termina diluyendo. El rescate de valores se vuelve dificultoso, el filme genera expectativas que no colma. El reparto ilusiona, el guion decepciona.

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Ficha técnica:

Quizás para siempre (Maybe I Do),  EUA, 2023.

Dirección: Michael Jacobs
Duración: 95 minutos
Guion: Michael Jacobs
Producción: Endeavor Content, Vincent Newman Entertainment. Distribuidora: Vertical Entertainment
Fotografía: Tim Suhrstedt
Música: Lesley Barber
Reparto: Emma Roberts, Luke Bracey, Richard Gere, Susan Sarandon, Diane Keaton, William H. Macy, Kirk Kelly, Gina Jun, Natalie Ortega, Setty Brosevelt, Kevin D. Benton

2 respuestas a «Quizás para siempre»

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