Reseñas de festivales
Réimon
Rodrigo Moreno (El custodio, Un mundo misterioso, El descanso) es un exponente de un estilo particular de cine realizado por jóvenes directores, que contó con la influencia y el empuje del Nuevo Cine Argentino surgido en los noventa. En su cuarto film, se aleja de lo netamente ficcional para hacer un cuasi documental sobre las diferencias de clase.
Réimon (Marcela Días), apodada así por sus empleadores, es una chica joven de origen humilde que vive en el sur del conurbano bonaerense. Trabaja diariamente como empleada doméstica en casas de alto poder adquisitivo, ubicadas en la Ciudad de Buenos Aires. En los hogares donde se desempeña, un grupo de jóvenes leen en voz alta El Capital de Carl Marx. Mientras Réimon trabaja, ellos se dedican a exponer un texto que, como la mayoría sabe, hace referencia a las diferencias de clase, a la explotación del hombre, al concepto del trabajo en un mundo capitalista, al principio de plusvalía, entre tantas otras cosas.
La intención de Moreno es explicitar los contrastes sociales, aunar en un plano al empleado y al empleador, al burgués y al proletario, con las diferencias conceptuales que eso supone. Mientras los jóvenes leen ociosamente capítulos que hablan sobre el trabajo, la empleada limpia su propiedad. Ese es el subrayado que hace el director desde una cámara que sigue a la joven minuciosamente.
La observación, el uso del plano fijo y los tiempos muertos son una constante en el estilo del realizador. Sin embargo, el registro sobre el personaje y su entorno familiar resultan desmedidos. Los planos no abandonan a Réimon, sólo queda fuera de cuadro cuando leen sus empleadores. Hay una intención de cercanía, de mirada piadosa sobre ella en todo momento: cuando come, cuando se peina, cuando lava, cuando se sienta en un sillón ajeno y escucha música. Pero esa cercanía asfixiante del primer plano, como si estuviésemos observando un objeto de laboratorio (el mismo recurso utilizó en las primeras escenas cuando ella almuerza junto a su familia) parece lindar con la pedantería y la falta de respeto. La línea es muy delgada. Contiene una intencionalidad implícita. ¿Por qué se subestima la humildad de una joven trabajadora?
“Yo también formo parte de esa clase burguesa. La propia película sería un acto contradictorio que no puedo responder y lo único que hago es mostrarlo sin definir si está bien o mal. No llego a ninguna conclusión, me parece bien que en la política no se pierda el estado de pregunta, sin la necesidad de dar definiciones excluyentes”, admitió el director en una entrevista a Télam.
En realidad, Rodrigo Moreno toma partido, el relato es subjetivo y se orienta claramente en cada una de las escenas, pero simula no hacerlo, en lo que comúnmente se llama “un como si…”. Réimon es un film proveniente de un joven burgués que plantea un discurso “política y moralmente correcto”, pero para un lado y para el otro. El resultado es un film que termina siendo vacuo, estereotipado y esnob.