Críticas
La mujer ausente
Rompecabezas
Otros títulos: Puzzle.
Natalia Smirnoff. Argentina, 2009.
Natalia Smirnoff, asistente de dirección argentina en múltiples aventuras cinematográficas, nos recrea en su primera película como directora y libretista, Rompecabezas, la historia de María del Carmen, una esposa entregada al hogar, quien encuentra en la afición por los rompecabezas la pasión ausente por la vida. Su devoción es motivada por un anuncio que busca compañero para el campeonato de rompecabezas y por el deseo ferviente hacia su nueva afición que no es apoyada por la familia. Aun así, aprende las estrategias del pasatiempo decidida a llegar hasta el punto límite de la crisis personal.
El inicio de la película supone una imagen familiar. Docenas de invitados sentados en la sala de la casa actualizan el cuaderno de sus vidas. El ama de casa que sirve la comida gravita evitando entablar conversación, pues el oficio la soporta. La cámara, algunas veces fuera de foco, intenta capturar el ritmo trepidante de la cocina que termina en el soplo de las velas de sus propios cincuenta años. Como si fuera otro miembro de la familia, el ojo del lente acompaña al relato y a los detalles cotidianos que configuran los indicios del personaje principal y de su familia. Al mismo tiempo y como si lo supiera todo, se detiene en el movimiento de las manos, en el gesto de la sonrisa y de la tristeza de María del Carmen. El salto continuo en este inicial y breve corto familiar que introduce al espectador en el contexto del personaje, podría incluso poseer independencia y sentido propio. Dentro de este fragmento, brilla por su connotación especial, la caída del plato y el armazón de las piezas que termina incompleto. La tarea implica buscar el fragmento ausente que completará la figura. Fina metáfora que inicia la búsqueda de la pieza que falta para encontrarse a sí misma.
La tormenta de su realidad, aunque agazapada y detenida, empieza lenta y esporádicamente a configurar en el desarrollo de la trama los ejes fundamentales de la película: la mujer ajena a sí misma, la toma de conciencia, la discriminación de género, la recomposición de la vida, la pasión ausente.
Una vez acabada la celebración y en la revisión de regalos, su vida cambia. Una caja con un rompecabezas llama poderosamente su atención. Sus manos se disponen hacia la libertad inicial y el encuentro consigo misma. El hormigueo de la cabeza se atenúa y pasa el umbral de la realidad para entrar en la dimensión del armado. Un entorno de sonidos, sentimientos, dudas y deseos se agolpa en la mente de una mujer de cincuenta años que lo ha dado todo por su familia. Ya dispuesta a detener el ruido de fondo, su mirada y sus manos empiezan el ritual en el que ella se detiene en medio de la niebla de su silencio. Las piezas desordenadas como imanes atraen su deseo. Ella está consigo misma, en su habitación, en calma.
Natalia Smirnoff revela en distintos acercamientos al gesto y al cuerpo de María del Carmen la ausencia y la enajenación de la mujer que estructura todo su modelo de vida en las acciones del hogar y que las utiliza como instrumento para evitar el contacto humano. La ruptura de ese patrón permite a la libretista/directora ir resquebrajando mediante un ritmo sosegado y detallista la tranquilidad del personaje. Al terminar la celebración inicial del cumpleaños, el personaje observa en el propio espejo del plato roto, la posibilidad del encuentro con su conciencia.
Es necesario afirmar que si bien el armar rompecabezas le ayuda a escapar de su realidad, también se convierte en una especie de compulsión adictiva de la cual no quiere huir, a tal punto de inventar excusas y mentiras para entrenarse en las estrategias de armado con su compañero de competencia. No escucha preguntas, mientras la posee el silencio de las piezas que se atraen pero que pareciera que no terminan de armarse.
Los diferentes zooms que se acercan al movimiento de los dedos simulando el armado de las piezas son elocuentes. El movimiento de sus pies en el balde de agua, mientras su familia observa televisión permite inferir que algo está a punto de estallar, que algo descontrolado está por venir.
La crisis está dispuesta: el olvido de las responsabilidades hogareñas, la prioridad de su pasatiempo, la evasión del diálogo, el silencio que lo domina todo, la mentira a punto de revelarse, el encanto del amante. Al final, la paradoja seguirá sin resolverse: aún ama a su esposo, el pasaje de avión ganado queda abierto, el amante es abandonado y el regreso a su hogar culmina su atrevimiento.
Rompecabezas es una película nostálgica y evocadora, gracias a las actuaciones espontáneas y moderadas, a la misma música de violines y guitarras, y al manejo vehemente y tranquilo de la cámara. Los detalles, los gestos, las miradas y los silencios nos permiten ser testigos de los desencuentros y los encuentros de una mujer que lo acarrea todo gracias al mismo manejo de la cámara. Ella, como otro personaje, se entromete en el círculo íntimo de la familia, para plantear en distintos fragmentos la reconstrucción del cuadro cotidiano en forma completa. Lo interesante es que la directora argentina no utiliza ademanes realistas, sino utiliza recursos poéticos que evocan y originan sentidos únicos e irrepetibles. Sin víctimas ni victimarios. Por el contrario, sí origina en el espectador solidaridades y fuerzas de liberación para que la protagonista asuma su destino. La duda queda en si este pasatiempo puede catalogarse como un intento de liberación o como la confirmación de utopías románticas irrealizables para María del Carmen, que termina por escoger la tranquilidad de los afectos familiares, como bien Smirnoff termina insinuando. En fin, una obra artística redonda e incluso, al mismo tiempo, incompleta, que brilla con una templanza estética dentro del cine latinoamericano.
Ficha técnica:
Rompecabezas / Puzzle , Argentina, 2009.Dirección: Natalia Smirnoff
Guion: Natalia Smirnoff
Producción: Incaa
Fotografía: Bárbara Álvarez
Música: Alejandro Franov
Reparto: María Onetto, Gabriel Goity, Arturo Goetz, Henny Trayles, Mirta Wons
Me pareció una película extraordinaria, realizada con los elementos justos, cada personaje va siendo pintado con pequeños detalles certeros, ni mas ni menos de lo que se necesita para ir armando este rompecabezas. La palabras que mas la representan son «sutil» y «profunda», hacia mucho que no veía una producción Argentina que me movilice como lo hizo esta. Impecable!