Críticas

Aquellas cintas de chistes

Saben aquell

Saben aquell. David Trueba. España, 2023.

Cartel de la película Saben aquellEn su nueva película, David Trueba recrea parte de la vida de uno de los humoristas más queridos de nuestro país, Eugenio Jofra Bafalluy (1941-2001), Eugenio por antonomasia, reconocible, más que por sus chistes, por su forma de contarlos: siempre serio, con cara de palo, con sus gafas de cristales ahumados, fumando ducados, con un vodka con naranja en vaso de tubo, vestido de negro y con un inconfundible acento catalán, cuyos silencios eternos, muchas veces para expulsar el humo del tabaco, los llenaba el público de carcajadas, antes incluso de que comenzara a contar el primer acudit: “En saben aquel que diu….?”. Posiblemente el fenómeno de Eugenio sea irrepetible y su éxito pueda sorprender hoy en día, pero lo cierto es que llenaba discotecas, vendió cientos de miles de casetes que se reproducían incansablemente en los automóviles de la época y se convirtió en una auténtica celebridad televisiva en los años ochenta.

En este sentido, Saben aquell, la película de Trueba –que llega tras el documental Si me borrara el viento lo que yo canto (2019), la discreta A este lado del mundo (2020) y la miniserie documental La Sagrada Familia (2022), sus últimos trabajos audiovisuales junto al guion de El olvido que seremos (Fernando Trueba, 2020)– se integra en una larga tradición, pero no demasiado prolífica, de biopics que tratan la vida de cómicos y humoristas, como Lenny (Bob Fosse, 1974), sobre la vida de Lenny Bruce; Man on the Moon (Milos Forman, 1999), sobre la de Andy Kaufman; o El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie, Jon S. Baird, 2018), sobre la famosa pareja cómica. En todos estos casos, detrás de las carcajadas suele haber una existencia atormentada.

Eugenio Jofra, en la cumbre de su popularidad, llegó a protagonizar una película de escaso éxito, Un genio en apuros (Lluís Josep Comerón, 1983), una comedia policíaca de enredo que tiene cierto interés, sobre todo al principio, durante a primera media hora, cuando presentan al protagonista como un genio incomprendido por su propia familia, pero que se pierde en una extraña deriva de gags que se suceden sin demasiado hilo argumental. Como anécdota, podríamos señalar que a Eugenio no le dejan contar un solo chiste en toda la película, aunque lo intenta en tres o cuatro ocasiones, si bien se ve interrumpido por la propia acción del film.

Saben aquell ofrece una visión triste de Eugenio, pero mucho más amable que la que encontramos en el documental Eugenio (Òscar Moreno, Xavier Baig y Jordi Rovira, 2018), donde, al contrario que en la película de Trueba, sí se abordan sus últimos años de vida, una época de decadencia y destrucción. A Trueba no le ha interesado contar eso, sino los orígenes de Eugenio, desde el momento en que conoce a la que será su primera esposa, Conchita Alcaide, en 1967, hasta el momento en que ella fallece, el 11 de mayo de 1980. De hecho, Saben aquell comienza y acaba con una actuación de Eugenio, la que ofreció en la Discoteca Oasis de Alicante el mismo día del fallecimiento de su esposa.

Aunque hay una magnífica galería de actores de reparto, encabezados por Ramon Fontserè, Pedro Casablanc y Marina Salas, toda la película se articula en función de la pareja protagonista, un David Verdaguer y una Carolina Yuste en estado de gracia. Verdaguer reproduce gesto y voz al milímetro, hasta el punto de que nos olvidamos de que es Verdaguer y creemos estar viendo y escuchando a Eugenio Jofra. En cuanto a Yuste, con un papel mucho menos agradecido y bastante más discreto, construye un personaje bellamente humano, lleno de renuncias y pesares. En buena medida, suya es la película y es su muerte la que le pone final a la misma.

Saben aquell no cuenta la vida de Eugenio, sino la de Eugenio y Conchita, desde el momento en que se conocieron hasta que la muerte los separa para siempre. Entre 1967 y 1980, ambos fundan el dúo musical Els Dos y casi representan a España en Eurovisión con el folk de la “Balada del maderero”, si bien su estilo se aproximaba más al de la Nova Cançó. Actuaron en diferentes locales y llegaron a regentar uno propio, el Sausalito. Lo único que chirría un poco dentro de la película es, por un lado, el doblaje de ciertos diálogos al castellano cuando originalmente estaban en catalán (es una película necesariamente bilingüe); y, por otro, el hecho de que no siempre se integran bien las recreaciones de los programas televisivos de la época (por ejemplo, Cosas, con Mónica Randall) con el empleo de las imágenes de archivo. Son pequeños detalles, pero, por unos instantes, expulsan al espectador de la historia, y es una lástima, porque la recreación de ambientes, escenarios y estancias es prácticamente perfecta.

Aunque los chistes de Eugenio siguen funcionando, sobre todo por la forma que tiene de contarlos, Saben aquell es una película que deja un poso amargo, que permanece tras descubrir a un personaje que ha hecho feliz a mucha gente, pero que, en buena medida, fue incapaz de ser feliz él mismo. Pese al regusto amargo y el tono triste, nos seguimos riendo con los chistes de Eugenio: “Dios mío, dame paciencia, ¡pero ya!”.

Premios: 11 nominaciones a los Premios Goya: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guion Adaptado, Mejor Actor Protagonista (David Verdaguer), Mejor Actriz Protagonista (Carolina Yuste), Mejor Sonido, Mejor Dirección de Arte, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Maquillaje y Peluquería, Mejor Dirección de Producción y Mejor Música Original.

 

Tráiler:

 

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Ficha técnica:

Saben aquell (Saben aquell),  España, 2023.

Dirección: David Trueba
Duración: 117 minutos
Guion: David Trueba y Albert Espinosa
Producción: Jaime Ortiz de Artiñano y Edmond Roch
Fotografía: Sergi Vilanova Claudín
Música: Andrea Motis
Reparto: David Verdaguer, Carolina Yuste, Pedro Casablanc, Marina Salas, Ramon Fontserè

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