Críticas
Los tributos y homenajes al subgénero
Scream VI
Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett. EUA, 2023.
Han transcurrido más de 60 años de aquella poderosa y emblemática escena, en la que Marion, una mujer escondida en un motel, en espera de su amante, luego de haber robado dinero de su lugar de trabajo, es acosada y después asesinada con un cuchillo que le clavan en distintas ocasiones mientras estaba en la regadera. La sangre salpicaba la pared mientras gritaba con desesperación. Era Janeth Leigh dirigida por Alfred Hitchcock en Psicosis (1960). Comenzaban aquí los primeros vistazos del slasher, un subgénero que ha evolucionado y se ha consolidado en el cine de terror.
En esa evolución, se cuentan películas referentes que han sentado las convenciones del subgénero, El fotógrafo del pánico (1960) de Michael Powell; La matanza de Texas (1974), claro, la original de Tobe Hooper y por supuesto, la del niño Michael que asesina a su familia con un cuchillo de cocina en La noche de Halloween (1978) de John Carpenter.
A partir de esa filmografía, el subgénero se definía por contar con un asesino en serie de mente retorcida quien regularmente escondía su identidad detrás de una máscara -que no siempre podría ser física, pues había quien lo hacía detrás de una persona amable e introvertida-, que su arma sea un cuchillo, navaja, o una motosierra con el fin de provocar una muerte tortuosa y lenta de sus víctimas que son casi siempre adolescentes, y la final girl, la chica inteligente, que no es popular, pero que es la que sobrevive al final de la película.
Fue en 1996, cuando el realizador Wes Craven, quien ya se había ganado un lugar entre los amantes del cine de terror con películas como Las colinas tienen ojos (1977) y Pesadilla en Elm Street (1984)- que entregó el origen de una saga que revitalizó el slasher. Se volvió la más popular del cine de terror de los años 90 y hasta hoy sigue generando películas: Scream: vigila quien llama.
La historia de Sidney Prescott (Neve Campbell), una adolescente que sufrió el asesinato de su madre, su padre siempre está ausente, su novio se escabulle por la ventana de su habitación y en Woodsboro, el barrio donde vive, hay un asesino con una máscara peculiar queriendo asesinarla. Ghostface se posiciona a partir de aquí como uno de los asesinos favoritos en el cine de terror.
Sirva todo este preámbulo para destacar que una de las principales aportaciones de Craven con Scream, es que su historia se basa en adolescentes aficionados al cine “¿Cuál es tú película de terror favorita?”, y derivado de esas experiencias cinematográficas, de convenciones, escenas y clichés, son los propios personajes los que están expuestos a ser víctimas en escenarios reales de un asesino serial.
Craven realizó cuatro entregas de esta saga antes de que la muerte lo alcanzara en el año 2015, todas con los protagonistas originales y cada vez nuevos asesinos detrás de la máscara. Sin embargo, este 2022, siete años después de su muerte y oficialmente 25 años después de esa primera entrega, el proyecto parece tener un cambio generacional. De manos de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, dos jóvenes y entusiastas cineastas seguidores del trabajo Craven, retomaron la saga con una nueva Scream. En su última aparición en estas películas, Neve Campbell entrega la estafeta a Sam Carpenter (Melissa Barrera) la hija del primer asesino serial de estas películas que será la nueva joven acechada por Ghostface.
Este 2023, Bettinelli-Olpin y Gillett entregaron Scream VI, una secuela directa de la película de 2022, y que nos recuerda mucho más a la original de Wes Craven de 1996, y que a la vez funciona a manera de tributos y homenajes al subgénero de terror a través de su historia.
Se entiende, desde que una profesora de cine, especializada en slasher, protagonizada por Samara Weaving, quien ya había trabajado con los directores en Noche de bodas (2019) recibe una llamada en un bar de su cita a ciegas para decirle que está extraviado porque no conoce la ciudad. Con el fin de ayudarle a llegar, sale a la calle, pero instantes después es asesinada de manera violenta en un barrio oscuro por un ghostface ahora con una máscara vieja y desvencijada.
El asesino revela su identidad. Lo vemos llegar a su departamento con un cuadro de Psicosis pegado en la pared, y revela vía telefónica, presuntamente alguien que conoce, las sensaciones que le dejó el reciente asesinato mientras mira por televisión Viernes 13. 4ª parte: Último capítulo.
Sam Carpenter, su media hermana Tara (Jenna Ortega), así como los dos amigos sobrevivientes de la primera película se han mudado de Woodsboro a Nueva York, es la primera vez que la historia se desarrolla fuera del pueblo.
Sam es víctima de una campaña de acoso en línea por la teoría de que ella era la verdadera asesina en Woodsboro; se ha convertido también en una hermana sobreprotectora de Tara quien le recrimina superar el tema y aceptar que no necesita que la cuide. La secuencia no tiene desperdicio, porque el argumento de esta nueva entrega apuesta por un legado familiar de las víctimas.
La máscara de Ghostface parece vieja y dañada, como una forma de representar el tiempo transcurrido, o a manera de mostrar a un tipo más sangriento y violento. En esta entrega, rompe la convención al usar una escopeta y darle un tiro a alguien en la cara.
Si bien la ciudad de Nueva York (aunque realmente fue filmada en Canadá) no se vuelve un personaje, sí recurren a los ambientes oscuros, humeantes y solitarios para sus escenas. Con secuencias de contrastes de luz mientras viajan en el metro, con disfraces que homenajean a los personajes del slasher y del cine de terror porque la peor noche ocurre justamente en una Noche de Halloween. Las investigaciones de la periodista Gale Weathers, la todavía vigente de la saga Courtney Cox, los lleva a una sala tipo museo con los objetos originales de los anteriores asesinos.
Es decir que esta nueva Scream se regodea en sus propias convenciones, las homenajea y se burla de ellas, le rinde tributo al slasher y al cine de Wes Craven, con nuevos personajes que apelan a un legado familiar entre víctimas y victimarios en los que cualquiera puede estar detrás de la máscara del asesino.
Olpin y Gillet revitalizaron la saga. Sorprende que hablemos de una sexta entrega que se siente como un film que parte de cero, con un asesino que no se recicla pero que sí bien puede heredarse.
Scream tiene el riesgo de repetir las mismas fórmulas, pero hasta se burla de ellas; impone nuevas reglas de una secuela en la que todos pueden ser sospechosos, o bien, deja pone en duda si Sam saldrá emocionalmente ilesa al ser la hija del primer Ghostface. Dicen por ahí que mejor “No te metas con la hija de un asesino en serie”.
Ficha técnica:
Scream VI , EUA, 2023.Dirección: Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett
Duración: 123 minutos
Guion: James Vanderbilt, Guy Busick.
Producción: Paramount Pictures, Project X Entertainment, Spyglass Entertainment. Distribuidora: Paramount Pictures
Fotografía: Brett Jutkiewicz
Música: Sven Faulconer, Brian Tyler
Reparto: Courteney Cox Melissa Barrera Jenna Ortega Hayden Panettiere Jasmin Savoy Brown Mason Gooding Dermot Mulroney Jack Champion Liana Liberato