Críticas
El juego de lo grotesco
Sexo desafortunado o porno loco
Otros títulos: Bad Luck Banging or Loony Porn.
Babardeală cu buclucsau porno balamuc. Radu Jude. Rumanía, 2021.
Sátira de humor negro bien entendido. Jude juega con la hipocresía social en medio de cotidianeidades, diccionarios y debates. Una obra discutida en su pasaje por Berlín, sin embargo, con valores que la situaron de antemano como duro postulante.
Consta de una introducción y tres partes, una de ellas, la segunda, no guarda necesaria solución de continuidad con el relato. Serie de aforismos que aportan al sentido global, en tanto juego que define términos mediante situaciones referentes en especial a la sociedad y cultura rumanas.
Una profesora decide filmar escenas de sexo con su marido, toman estado público al ser subidas a Internet y, reunión de padres mediante, la polémica se desatará en el instituto de enseñanza.
Ácida crítica social que se expande por una generalidad de temas con el sexo como punto de partida. La moral, en entredicho, se juega por todos los recovecos de la sociedad rumana, incluso, llegando a plantear con cierto sarcasmo los problemas vinculados al antisemitismo.
Un salpicón de ideas no carentes de relación. El filme progresa desde los conflictos de convivencia social, pasando por significados de palabras, hasta el debate político, en un claro intento de desnudar la hipocresía social mediante el señalamiento de los temas que realmente deberían importar.
La película va creciendo, la tercera parte es la explosión del debate, un salpicón de ideas gira en torno a un episodio que oficia de disparador. Se destapan un montón de graves sucesos que hasta el momento descansaban a la sombra de prejuicios varios.
Una dinámica que explota el zoom de manera sutil. Miradas y expresiones son recortadas en medio de una vorágine de exposiciones y acusaciones que desnudan el modo de ser de una sociedad caracterizada por ausencia de respeto a la moral propia. La excusa del visionado es espectáculo de curiosos que se solazan, sin reconocerlo, con el acto sexual cuestionado.
Una introducción que desconcierta. Presentación con sexo explícito, a modo de escenificación al mejor estilo del cine condicionado para adultos, hoy de libre acceso en Internet bajo la triple X. La imaginación del espectador es colocada en un escenario contrario al del relato. Jude logra confundir, pensamos lo que no es, nuestras cabezas están sumergidas en profundos estratos de hipocresía social. Puntapié inicial necesario, nos introduce en el tema de manera intempestiva; no genera clima, justamente porque el porno no es tal, se corta para introducir la primera parte, que no continuará el hilo de la presentación. Se nos dice que la cosa va por otro lado, va de cuestionamiento social y no de banal entretenimiento sexual. Se asumen preocupaciones, en medio de discusiones, problemas y altercados callejeros que vuelven a insertar un cambio de clima. El espectador oscila ahora entre el drama y la comedia, no podemos asentarnos hasta un buen tramo del metraje. Luego tendremos un diccionario de aforismos y la culminación en un acalorado debate por momentos rayano en el ridículo. Cine de contrastes generador de shock, imposible no pensar, el desacomodo evita, tanto el adormecimiento, como la carcajada fácil. Sin lugar a dudas, una obra irreverente, tan interesante como atípica, introduce el cine porno como género combinado al drama, y la comedia en forma de sátira.
La primera parte deja en claro el concepto de intolerancia en medio de desajustes y conflictos callejeros; la sociedad se manifiesta, desde lo cotidiano, en comercios y diversos espacios abiertos, es la rutina diaria de la persona común. Ya comenzamos mal, y la situación irá empeorando para ofrecer una imagen crítica acerca de la sociedad rumana.
La segunda parte opera en la misma línea, la incoherencia, la incongruencia entre lo que se pretende y lo que realmente es; primeros golpes de ironía que se irán intensificando con la inclusión del ámbito académico en franca contraposición a la moral común del ciudadano. La tercera y última parte lo incluirá bajo la excusa del conflicto moral en la interna de una institución. Varios temas sobre el tapete: la moral sexual, la educación de los niños, los próceres de la historia en sus dimensiones humanas, el comunismo en Rumania, entre otros. Un “juicio” que se articula desde la Sra. Cilibiu como contrapartida aclaratoria y definidora de prejuicios sociales varios. El acusado siempre tiene respuesta desde el lugar de la academia. El personaje público reivindica su privacidad en tono de aceptación de lo humano por fuera de máscaras y poses. Una lección en medio de paquetes de moralina que atropellan el sentido común de la forma más grotesca. Es el secreto de un humor evidente, irrenunciable desde el ridículo al que los personajes son sometidos. El sarcasmo se combina, todo el tiempo está sobrevolando en un ambiente de conflicto que se desvanece al flotar en el ridículo. Promoción de estados de ánimo bien lograda, tanto hacia dentro como hacia fuera del filme. Las emociones chocan de manera apresurada para obtener la síntesis justa en dosis de humor que no permiten banalizar la propuesta. Temas serios imbricados en la hipocresía general espolvoreada con adecuadas dosis de moralina de fácil identificación.
El conocimiento, como herramienta peculiar de difícil manipulación, es dividido en acepciones que implican, tanto lo académico, como el sentido común, el prejuicio y el ejercicio de una libertad individual acorde a conductas privadas. Un cóctel que será conducido por Jude de manera alternante, a la vez que sintética; forma de resolver controversias donde todo se relaciona con todo, no hay un punto excluyente de los demás. La hipocresía y el prejuicio operan como manto encubridor, tela que, por sí misma, cederá ante los embates del saber actual organizado. Es el combate desde un sentido común que no apela a la convención para ejecutar su validez.
Inmensa broma seria. Gira en torno a la dicotomía, a pesar de la visibilidad que otorga a una supuesta libre expresión celebrada en aras del conservadurismo en forma de cliché. Permanente provocación, desde un escándalo social que quizá no impacte de igual forma en culturas disímiles. Un filme dirigido a la sociedad rumana que, por añadidura, golpea a Occidente desde puntos en común. Perfectamente se comprende sin conocer la realidad de origen.
Lo que se debe y no se debe, la intolerancia, la hipocresía, el saber y sus connotaciones actuales, el antisemitismo, el heroísmo mítico; temas articulados y relacionados, un combo al servicio de un retrato actual de la sociedad rumana. El desorden, solo aparente, oculta una perspectiva incisiva; el espectador deberá activamente establecer conexiones.
Oso de Oro tan discutible como posible. Un filme ingenioso, peculiar en su estructura, relevante en sus planteos; de visionado obligatorio para el cinéfilo.
Ficha técnica:
Sexo desafortunado o porno loco / Bad Luck Banging or Loony Porn (Babardeală cu buclucsau porno balamuc), Rumanía, 2021.Dirección: Radu Jude
Duración: 106 minutos
Guion: Radu Jude
Producción: Coproducción Rumanía-Luxemburgo-Croacia-República Checa; Bord Cadre Films, Endorfilm, Kinorama, microFILM, Paul Thiltges Distributions, Sovereign Films
Fotografía: Marius Panduru
Música: Jura Ferina, Pavao Miholjevic
Reparto: Katia Pascariu, Claudia Ieremia, Olimpia Malai, Nicodim Ungureanu, Alexandru Potocean, Andi Vasluianu