Críticas
Una realidad alternativa
Shirley: visiones de una realidad
Shirley: visions of reality. Gustav Deutsch. Austria, 2013.
Antes de ver Shirley: visiones de una realidad cabe familiarizarse un poco con la obra de Edward Hooper (1882-1867), un prominente pintor realista estadounidense, porque fue una fuente de inspiración para Gustav Deutsch, el director de la película. En su trabajo, Hooper utilizó los diseños geométricos y cuidosamente puso las figuras humanas en equilibrio con el medio ambiente. Aunque era un pintor realista, su versión del realismo más “suave” simplificó los detalles y las formas. También utilizó los colores saturados para intensificar el contraste y crear el ambiente. Asimismo, para lo último, eficazmente empleó la luz y las sombras. El director vienés había elegido trece pinturas de Edward Hooper para contarnos una historia. Seguramente, no es que el artista Hooper lo tuviese en mente cuando pintaba sus cuadros, pero sí, hay un vínculo que hace la simbiosis verosímil: Hooper era famoso por sus retratos de la soledad en la vida estadounidense contemporánea y la protagnista del cuento de Deutsch es una mujer que no acepta la realidad en la que vive, la América de los años treinta a los sesenta.
Fue una gran oportunidad para el director mostrar su talento y experiencia en los proyectos interdisciplinarios de arte, el tema por el cual siempre se ha interesado y en que ha trabajado en su trayectoria. Lo que merece atención especial en esta película es el equipo artístico, por haber creado una estética totalmente cautivadora. Se puede decir, sin temor a equivocarse, que el grupo tiene posibilidades de ser nominado al Oscar al mejor diseño de producción. Por una parte, se podría afirmar que el auténtico director de arte en el filme fue Edward Hooper por la minuciosidad asombrosa aplicada por el equipo: las escenas se asemejan a la obra del artista, en los interiores sencillos y geométricos, así como en los colores saturados, al igual que los vestuarios, el maquillaje y los peinados, hasta tal punto que parecen cuadros animados. Debe haber sido un trabajo laborioso para el escenógrafo y el ambientador reconstruir las pinturas tan minuciosamente, pero los efectos son deslumbrantes. Es una experiencia artística refrescante, porque ofrece una visión básica del tiempo y del espacio, sin cosas fácilmente prescindibles que pueden plagar la vida cotidiana.
Los movimientos, o más bien la ausencia de movimientos de cámara, al igual que la angulación normal a lo largo del filme, intensifica el sentido de estar en un museo de arte vivo. Aparte de una escena donde fue aplicado el travelling in, en el resto, la cámara está puesta en un sitio y no se mueve, sino que observa y registra la actividad de Shirley y la poca gente que le acompaña durante los treinta años que se reflejan en la película. La realidad surge a través de la mise-en-scène, aunque sea estéticamente impecable e impresionante, y a la vez introduce una cierta dosis de inquietud que cada vez se acentúa más, y al final se vuelve triste por la desilusión de la realidad propuesta.
De los pensativos y contemplativos monólogos íntimos de la protagonista, los que constan en el guion, resulta que una vida perfecta en el exterior, realmente no lo es. La visión del mundo de Shirley, interpretada por Stephanie Cumming, diverge tanto de la realidad que está claro que pertenece a una persona que rotundamente la rechaza y niega. Eso es exactamente lo que el director de filme había intentado demostrar: a Shirley, una mujer atractiva, carismática, comprometida y emancipada, le hubiera gustado cambiar el curso de la historia, a través de su involucración profesional y sociopolítica .
En lo que respecta a los premios, la cinta fue nominada a Premios del Cine Austriaco 2014 en cinco categorías y recibió tres: Jerzy Palacz, a Mejor Fotografía; Julia Cepp, a Mejor Diseño de Vestuario; Gustav Deutsch y Hanna Schimek, a Mejor Diseño de Producción. En 2013, Gustav Deutch y Jerzy Palacz fueron nominados a Camerimage, el Festival International del Arte Cinematográfico que tiene lugar en Polonia.
Shirley: visiones de una realidad es una experiencia cinematográfica a la que los amantes del cine no pueden faltar. Es una simbiosis de la pintura y del cine muy educativa e interesante, pero sobre todo, amplía los horizontes de una percepción del séptimo arte ya establecida. Además, la historia se compone de diversos relatos personales y seguramente cada uno de nosotros lleva dentro una realidad alternativa para enfrentarse a la verdadera, en la que nos ha tocado vivir.
Los trece cuadros representados en la película son: Habitación de hotel (1931), Habitación en Nueva York (1932), Cine en Nueva York (1939) Oficina de noche (1943), Sol de la mañana (1952), Atardecer en los Bronstones (1956), Motel en el Oeste (1957), Excursión a la Filosofia (1959), Mujer al sol (1961), Intermedio (1963), El sol en una habitación vacía (1963) y Vagón de tren (1965),
Fuentes:
en.wikipedia.org/wiki/Edward_Hopper
es.wikipedia.org/wiki/Edward_Hopper
gustavdeutsch.net/index.php/en/news/194-visions-of-reality.html
Trailer:
Ficha técnica:
Shirley: visiones de una realidad (Shirley: visions of reality), Austria, 2013.Dirección: Gustav Deutsch
Guion: Gustav Deutsch
Producción: KGP Kranzelbinder Gabriele Production
Fotografía: Jerzy Palacz
Música: Christian Fennesz
Reparto: Stephanie Cumming, Christoph Bach, Florentín Groll, Elfriede Irrall, Tom Hanslmaier
Maravillosa cinematografía pictórica.
Me entusiasmó.