Críticas
Memento mortuorum
Sin novedad en el frente
Im Westen nichts Neues. Edward Berger. Alemania, EUA, Reino Unido, 2022.
Hay una sensación, a veces, que nos lleva a pensar que el ser humano puede ser tan violento como estúpido. Es una idea que se nos presenta cuando dejamos por un lado nuestra vida diaria, hecha de una seguridad muy débil, y que nos afirma que nuestro mismo “ser”, aquel “estar aquí”, se debe a la muerte de personas que en el pasado tuvieron que luchar, a veces, por no se sabe qué. Efectivamente, si de luchas justas hay que hablar, como las en defensa de su propia patria en contra de invasores que no solo matan a los soldados, sino que violan a las mujeres y a los niños (el presente nos manifiesta esta realidad de la que pensamos no formar parte), así como de luchas malas hay que discutir (la de los invasores, de los violadores, de los que siguen las órdenes de criminales buscados por la Corte Penal Internacional), existe también la categoría transversal de las luchas absurdas, las que nacen y mueren dejando un ruido de muertes silenciosas en los campos de guerra, las que nos llevan a pensar que todo hubiera podido ser evitado. Es la prohibición de la mente humana que busca una motivación para lo que, al fin y al cabo, solo es una lista de homicidios sin razón.
La Primera Guerra Mundial, contada por Remarque y llevada a la pantalla por Edward Berger, es la demostración de esta matanza inútil, absurda, símbolo de la pérdida de lo que definimos humanidad. Sin embargo, ¿es que el ser humano es, en su parte más nuclear, bueno? Una pregunta filosófica, psicológica, social, que poca importancia tiene ante las imágenes de los soldados, las botas en el lodo, incapaces de pensar si mañana podrán seguir vivos o menos. Se convierte, el presente, en lo único que el paso del tiempo representa, como si la idea misma de futuro se hubiera convertido en algo más que un pecado, en la concreción del concepto de delito ético, de lo de que no se puede hablar, ya que supone la posibilidad de sobrevivir en un mundo en el cual la supervivencia (como lo será en los campos de concentración) no se basa en la bondad, en la compasión, sino en los elementos de los cuales queremos deshacernos para no manchar nuestra idea de un universo perfecto: el azar y el egoísmo.
Nos empuja, la película de Berger, a pensar también en el significado de obra de arte. Si el aspecto estético o la estructura narrativa solo fueran los elementos principales, los sobre los cuales todo se basa, no habría mucho que decir sino que la arquitectura global de esta obra se inserta, sin duda alguna, en la representación más alta de no solo lo que el arte puede hacer, sino de lo que el arte mismo es. Sin embargo, la obra quiere ser más que un elemento artístico de este tipo, ya que nos pone ante el valor del significado (moral, ético, histórico y social) que el arte implica en sí cuando se abre a un diálogo severo y serio con la sociedad de la que formamos parte. La imagen ante nuestros ojos traspasa el valor fílmico en lo que a lo técnico se refiere, y desvela una sensación de malestar en la voluntad del ojo clínico de los autores (escritor y director) de llevarnos a pensar que la representación que se nos ofrece es, efectivamente, nuestra manera de volver a preguntarnos hasta qué punto el ser humano es capaz de sufrir y hacer sufrir al prójimo en una sucesión de acciones sin sentido.
Obra maestra, entonces, basada a su vez en una novela inmortal, Nichts Neues juega con el tiempo, con las imágenes, y nos obliga a sentirnos mal, a sufrir con sus protagonistas. Nos resulta imposible escapar de aquel mundo, así como la fuga les está prohibida a los soldados, una visión dramática que se reverbera en una pesadilla insertada en la realidad, como si el mundo de los sueños hubiera perdido la capacidad de reconocer la distinción entre lo real y lo ficticio. Es, esta película, un largo auto de fe sobre la absurdidad de la guerra y sobre cómo las matanzas a veces no tienen sentido alguno ante el exterminio de seres capaces de pensar, dialogar y amar. El ser humano puede muchas cosas, efectivamente, y entre ellas se cola la voluntad de provocar muertes violentas, sangrientas, manchadas de lodo, los brazos y las piernas arrancados, las entrañas que salen de las barrigas y los ojos que lentamente se apagan aplastados contra el suelo. En la carrera de la historia humana, ya se fue nuestra inocencia.
Ficha técnica:
Sin novedad en el frente (Im Westen nichts Neues), Alemania, EUA, Reino Unido, 2022.Dirección: Edward Berger
Duración: 148 minutos
Guion: Lesley Paterson, Edward Berger, Ian Stokell
Producción: Malte Grunert, Daniel Marc Dreifuss
Fotografía: James Friend
Música: Volker Bertelmann
Reparto: Felix Kammerer, Albrecht Schuch, Aaron Hilmer, Daniel Brühl