Críticas
Sólo el fin del mundo
Juste la fin du monde. Xavier Dolan. Canadá, 2016.
Festival de Cannes – 69ª Edición – 2016
Durante el emotivo discurso de agradecimiento que Xavier Dolan leyó entre lágrimas, tras conocerse ganador del Grand Prix, tomaba prestadas unas palabras del escritor francés Anatole France que decían: “Prefiero la locura de las pasiones a la sabiduría de la indiferencia». Parece que esta sentencia la ha llevado al pie de la letra a la hora de enfrentarse a la obra de Lagarce, dando vida a unos personajes explosivos y viscerales que ocultan, tras una verborrea patológica, verdades que no se atreven a decir.
Louis (Gaspard Ulliel) regresa al hogar familiar tras doce años. En todo este tiempo apenas han intercambiado alguna postal y la relación ha quedado parada en el tiempo, justo en el momento en que decidió salir de aquella casa con la idea de no volver. Esta es una vuelta a los orígenes, forzada por una situación que cree que debe comunicar cara a cara. En la primera escena de la película, este secreto nos es desvelado, mientras Louis viaja en el avión que le llevará a reencontrarse con una familia que aún hoy no entiende por qué se fue. Allí se encontrará con un miembro nuevo de la familia, la mujer de su hermano mayor, Catherine (Marion Cotillard), con la que establecerá una relación de gran complicidad, y con su hermana pequeña Suzzane (Léa Seydoux), a la cual casi no conoce. Su madre (Nathalie Baye) y su hermano (Vicent Cassel) apenas han cambiado. En seguida empezamos a entender cuáles fueron las posibles causas que llevaron a Louis a alejarse del círculo familiar.
Dolan ha mantenido ciertas influencias del lenguaje teatral al depositar toda su atención en la interpretación de los magníficos actores con los que cuenta y reducir a la mínima expresión la importancia del espacio en el que estos se mueven. Su narración es opresiva, basada en la creación de una atmósfera asfixiante, conseguida mediante el uso mayoritario de primeros y primerísimos primeros planos. Los personajes alzan demasiado la voz, la vehemencia se les escapa por la boca. Esta banda sonora exasperante llega a aturdir, pero resulta de vital importancia, porque sin ella los silencios no tendrían tanta presencia. Ellos son el epicentro en calma sobre el que todo se tambalea, siempre acompañados por miradas que expresan más que todas las palabras arrojadas. Dolan maneja de manera escrupulosa el timing y mediante la inclusión de flashbacks destensa la histeria familiar. Interludios en los que Louis escapa, a través de sus recuerdos, y nosotros con él. Son pequeños recesos musicales llenos de color, casi coreografías videocliperas, algo habitual en el cine de Dolan.
La fotografía es sintomática de las emociones. Cuando estas permanecen contenidas, atadas para mantener las formas, predominan los tonos azules, la distancia entre los miembros de la familia es inabarcable, debido al impedimento comunicativo. Cuando las emociones se precipitan y los gritos frenan las concesiones que quieren aflorar, aparecen las tonalidades ocres. La apoteosis de esta manifestación ocurre en la escena final con la luz del ocaso filtrándose por la ventana e iluminando toda la estancia, cuando el clímax alcanza la cúspide y ya no queda más remedio que abandonar.
Juste la Fin du Monde nos habla de la experiencia humana de las emociones y las pasiones. De las mentiras que se dicen para ocultar verdades que duelen y de las verdades que se callan, porque nadie quiere escucharlas. De la incomunicación infranqueable en el seno familiar, de la enfermedad, la muerte y la necesidad de sentirse aceptado, pero, sobre todo, de la necesidad de huir para siempre.
Ficha técnica:
Sólo el fin del mundo (Juste la fin du monde), Canadá, 2016.Dirección: Xavier Dolan
Guion: Xavier Dolan (Obra: Jean-Luc Lagarce)
Producción: Coproducción Canadá-Francia; Sons of Manual / MK2 / Telefilm Canada
Fotografía: André Turpin
Música: Gabriel Yared
Reparto: Léa Seydoux, Nathalie Baye, Gaspard Ulliel, Vincent Cassel, Marion Cotillard
si bien esta película tiene diálogos a veces con alto contenido de furia, sí hace pensar a todos aquellos que nos hemos ido de nuestro hogar por alguna razón, y queremos volver, ya que nos advierte sobre una idealizada y frustrante realidad que va a sobrepasar el deseo de la vuelta.
Creo que la entendí. La vi dos veces.. y me conmovió ver a Louis, sin poder comunicarse con una «»FAMILIA»de desconocidos–No puede cumplir su propósito de decir qué le pasa, iagualmente queda claro que su espíritu inteligente , sabio, callado, está expresado en sus miradas– y comprende que NO PUEDE VOLVER, QUE ESA ETAPA ESTÁ TERMINADA, CERO COMPRENSIÓN, MUCHA IRA-
Como Mirta la vi dos veces y dos veces me conmovió mucho. Las posiciones desde el dolor de los miembros de la familia por una ausencia que no comprenden del todo, que ha significado, quizà en parte, la disfunción de la familia. Se entrevé perfectamente la actitud del hermano major, que quedándose en el pueblo, ante el que cree que debe mostrarse màs duro más «macho», quizá también para acallar a los vecinos…y llenar este espacio patriarcal, que él supone debe mostrar debido a la sexualidad del protagonista.I que a la vez le «revienta por dentro» por el dolor de la auséncia del hermano y el amor que siente por él por el vacio que dejó el protagonista.
Peró lo que más me transmite és ese dolor asumido por quien ha de morir, un dolor que se queda con él. La capacidad de mostrar la comprensión por las emociones y reacciones, muy concentradas, durante años y que salen de mala manera de cada personaje al enfrentarse al hermano cuando regressa para despedirse. El dolor ante la propia muerte, la aceptación de lo ineludible… La propia conciencia que esta situación le genera, le da la fuerza para partir sin comunicar su inminente muerte. Todos, parecen intuir algo … más y, sobretodo el hermano no tiene fuerza para enfrentarse a esa sensación que todos tienen de que no lo veran nunca más. Miedo que hace que huyan a cada posibilidad de que el protagonista pueda comunicar el objetivo de su visita. No quieren ni imaginar que «ese» sea el motivo. Mostrar enfado, ira… Para evitar afrontar la ausencia para «siempre» del ser familiar más admirado. La muerte és un hecho individual. La soledad más grande és cuando sabes que vas a morir. Quizà sólo se comprende cuando la parca se acerca y sabes que ahí estás Tu y nadie màs.
Bellas palabras… describen tanto las emociones y circunscritos episodios de una relación fallida…
Pense que Katherine estaba enamorada de louis y tambien la vi dos veces. Algunas veces hemos sido o hay alguien en la familia como Anthuan. Jjajjajajajajaj Este drama me gusto-
no puedes sanar donde enfermastes
Desgarradora, excelente la actuacion del recien fallecido Gaspard, el final de su vida,tan joven, se condice con esta pelicula…..la incomprension, ese hermano tan violento, la complicidad muda con su cuñpada…..no creo que estuviera enamorada, solo habia una gran empatia, y creo que es la unica que adivina el motivo de esa visita……sin palabras, una excelente pelicula, muy triste pero buenisima.
No me gustó esta película, pero me gustó mucho tu crítica. ♥