Críticas
Sincretismo en clave poética
Songs My Brothers Taught Me
Songs My Brothers Tought Me. Chloé Zhao. EUA, 2015.
La poesía construye puentes entre mundos diversos, lejanos y extraños. Posee la capacidad de tejer hilos entre la soledad, las dudas y los monstruos internos de comunidades e individuos pertenecientes a contextos tan disímiles como una reserva indígena y una ciudad moderna. La poesía tiene la posibilidad de atravesar los corazones de los espectadores/lectores que asisten al registro de una historia con sensibilidad pura y que celebra las distintas máscaras del amor: el amor propio, filial y terrenal. Todo lo anterior, lo consigue Chloé Zhao con su nostálgica película Songs My Brothers Taught Me (EUA, 2015), en la que en forma de documental y narración nos permite ser testigos de una especie de testimonio de la ausencia, del abandono, de la renuncia y de la búsqueda de la identidad en manos de un joven indígena llamado Johnny Winters, perteneciente a los nativos Sioux que habitan la Reserva de Pine Ridge, quien se debate entre huir del sincretismo degradante de su cultura o quedarse en el territorio de las Badlands americanas cuidando de su hermana Jashaun.
La escenificación de la realidad del protagonista se acerca al documental por medio de una voz en off que inicia y cierra la indagación de su historia. En un principio, en medio de la tormenta que se avecina, declara el riesgo de llevar al límite a la naturaleza y de fracturar por dentro el espíritu de la colmena. Esa voz íntima y claramente subjetiva se aferra a su instinto salvaje y hereditario para sobrevivir. Esa misma locución cierra la historia confesando la importancia familiar de sus semejantes, su tierra, sus sufrimientos, sus rutinas, sus fuertes raíces y la importancia de observar la naturaleza para encontrar las razones y señales de su existencia. Las realidades de los protagonistas comparten las mismas angustias, incertidumbres y conciencias de sus abismos y sueños.
La libretista, directora, editora y productora china, como una conductora de orquesta, comunica, con cierto tono informativo y de denuncia social, el abandono y la ausencia del estado norteamericano en la comunidad Dakota. La contemplación, el sosiego y la lentitud del registro de un ambiente desolado y extenso, da paso a los actores naturales, John Reddy y Jashaun St. John, quienes fortalecen el sentido de exploración de la vida de los miembros de una comunidad que vive sin opciones laborales, económicas ni existenciales. A la vez, la película resuena como un testimonio del amor filial y de la impotencia de seres humanos que procuran huir del abismo, que los empuja al desarraigo absoluto, sin olvidar el sentido sagrado que une a los protagonistas con su tierra y su familia. Por su parte, la cámara en movimiento roza la hierba, consagra el momento en el que el polvo se funde con las nubes como una metáfora de la liberación de los espectros que los acosan. La cámara también conmueve, ilumina, hace visible, se humedece con el fango; mezcla las reminiscencias poéticas de los ritos, el fuego, las caminatas interminables, el silencio de las miradas y la libertad de cabalgar a pelo por las llanuras, con la tragedia de los seres humanos que se fragmentan. Lo real documental se confunde con la ficción poética de la historia, logrando establecer una solidaridad lírica y cinematográfica con el proceso de concientización de un joven que asume y confronta las derrotas, las heridas físicas y emocionales, para convertirse en protagonista e intérprete de su propia historia. Songs My Brothers Taught Me reivindica, sugiere, revela e indaga múltiples sentimientos de la naturaleza humana en búsqueda de sí misma, de sus orígenes, de los hilos que la unen a su familia y a su tierra.
El título del film nos conecta inmediatamente con la música, la herencia y la familia. Los ecos de los cantos nativos que resuenan en alusión a un pasado glorioso están llenos de nostalgia y de comunión con los sonidos delicados de la naturaleza; es cierto que compiten con la mezcla rítmica de la modernidad, del rap y del rock and roll, sin embargo, tienen la ventaja de revelar la música y el paisaje interior de todos los protagonistas en una suerte de diálogo íntimo con el legado y la estirpe, que aclara para sí y para los espectadores, los interrogantes temporales y eternos de la población Sioux. La banda sonora aporta a los ejes estructurales de la historia: canta el resurgir de las cenizas, la mezcla cultural, la soledad y la violencia, el azar y el abandono, el silencio y el amor.
La tragedia de la juventud, representada en la historia de Johnny Winters, atestigua las opciones de vida: bullrider, boxeador, contrabandista, incertidumbre… Incluso el anzuelo del cual se aferra para sobrevivir se desvanece. Sus amigos y familiares consumen hierba, se suicidan, beben, delinquen. La huella de su pasado solamente está en el apellido, pues la ausencia del padre está consumada en su muerte. Muerto el padre exitoso, no sabe a qué o a quién llorar: ¿A su ausencia o a su representación? Acompañado de los veinticuatro hermanos con nueve mujeres diferentes, duda de su importancia, incluso la maldice. Jashaun, su hermana, es la que aprehende la visión cósmica e identitaria de su comunidad y a la vez representa la séptima generación (7 es el número sagrado de los Sioux que permite la regeneración de su raza) recupera el cuchillo y unas plantillas en medio de las cenizas de la casa del padre. La herencia, simbólicamente, desaparece en las llamas del fuego. Lo único que les queda es la camioneta de su padre, por la cual, paradójicamente, tienen que pagar y que termina consumida, a su vez, por el fuego de la violencia. Todos los jóvenes pareciera que persiguen el sueño de todo vaquero: cabalgar y montar el toro. Pero son sueños ajenos que han sido incrustados a la fuerza en su tejido individual y cultural. No les queda otra: vivir la paradoja del sueño americano.
Songs My Brothers Taught Me termina recreando un relato de la realidad degradante e irónica del pasado ancestral de la comunidad Sioux, gracias a una tormentosa historia que les permite a los protagonistas negarse a ceñir una visión de mundo diferente a la suya y a elevarse como el polvo para tocar la regeneración, la identidad, la fraternidad, la dignidad y la lucidez de la libertad, en el afianzamiento de sus raíces. Imperdible.
Tráiler
Ficha técnica:
Songs My Brothers Taught Me (Songs My Brothers Tought Me), EUA, 2015.Dirección: Chloé Zhao
Duración: 98 minutos
Guion: Chloé Zhao
Producción: Mollye Asher, Nina Yang Bongiovi, Angela C. Lee, Forest Whitaker, Chloé Zhao
Fotografía: Joshua James Richards
Música: Peter Golub, Tom MacLear
Reparto: John Reddy, Jashaun St. John, Irene Bedard, Taysha Fuller, Travis Lone Hill, Eleonore Hendricks, Kevin Hunter, Cat Clifford