Críticas

Conquistando la felicidad

Spencer

Pablo Larraín. Chile, 2021.

SpencerSuperado el personaje, aflora la persona. No estamos ante  otra película de Diana; el concepto que nos transmite su director va más allá. A través de los ojos de la princesa vivimos intensamente tres días relevantes de su vida a principios de los 90. En ellos tomará la decisión más importante de su existencia cambiando su vida y el curso de la historia.

Su temática, sensibilidad y modo de exposición nos ofrecen un trabajo exclusivo y poco frecuente que explora los sentimientos más íntimos y profundos del personaje. Miedos, debilidades y frustraciones personales descritos como nunca.

Una mujer triste y atormentada, encerrada en una jaula de oro, sufre intensamente.  Cuando cualquier movimiento se controla, las ansias de huir incrementan de modo exponencial.

La importancia de su familia queda subyugada a la corte inglesa, despojada de sus raíces debe volver a reconectarse con ellas. Encontrar la fuerza y tomar la compleja decisión de luchar por su libertad se convierte en prioridad inmediata. De modo valiente y decidido se enfrenta a sus temores y, cual guerrera, hará frente a su compleja realidad.

Nochebuena, Navidad y San Esteban. Tres días con emociones suficientes para narrar momentos previos a su separación; últimas vacaciones en la casa Windsor. El guión de Steven Knight enmarca esta historia en la finca de Sandringham en Norflolk, Inglaterra. Ficcionar la realidad siempre supone un reto, en este caso y con algunos matices reinventa, desde otra perspectiva, un pedazo de nuestra historia.

Uno de los días representados es el Boxing Day, San Esteban o el día después de Navidad. Esa denominación londinense hace referencia a las tradiciones. Ese día además de acudir al boxeo, se hacían cajas con las sobras navideñas y se repartían con los más necesitados.

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La cámara, al servicio de la protagonista, juega con ella y nos ofrece los planos adecuados en cada caso vinculando momentos y sentimientos. La empatía del espectador con el entorno es inmediata. Las sucesivas escenas  nos increpan cada vez más y traspasan la incomodidad de la protagonista al espectador.

Juego de sentimientos servidos en bandeja, el director chileno bucea en la historia más cruda de un personaje público que, infeliz en su estancia, supo saber estar y tomar la difícil decisión de huir para salvar su alma que desafortunadamente se marcharía bajo el puente de París unos años después.

Su director Pablo Larraín (Santiago, 1976) nos muestra, lejos del cuento de hadas, una princesa atormentada. Mujer icónica que reencontrándose con elementos del pasado, huye de su actual presente para conquistar ese ansiado y esperanzador futuro. Lejos de normas y convencionalismos es simplemente Diana Spencer una mujer sencilla y elegante que ansía ser feliz.

Captando a la perfección la esencia del personaje estamos ante una gran interpretación de Kristen Stewart (California, 1990). Numerosos giros dramáticos nos ofrecen, a través de caminos poco transitados, una hipnótica representación de la empática y cercana protagonista.

Su sobriedad escénica contrasta con cualquiera de sus otros trabajos y lleva a la protagonista a niveles insospechados. Nunca nadie se acercó tanto a ella ni física, ni moral, ni interpretativamente. Un acierto del equipo de casting en la selección y del director en su elongación, su incorporación al elenco es el mayor acierto para proyectar la película directamente hacia las estrellas. Indiscutiblemente ella es quien lleva todo el peso del metraje y sin su interpretación, el resultado final no sería posible.

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Los personajes, presentes y desdibujados, difuminados y con papeles secundarios, refuerzan la brillante interpretación de  Stewart que sorprende a cada escena. Mención especial a la ayudante de cámara. Los planos campestres con ella son los únicos momentos de tranquilidad y sosiego que disfruta.

Los niños son quienes aportan frescura y honesta sinceridad, en ese momento más allá de las normas estrictas y el protocolo son solo unos hijos que quieren a su madre sin imposiciones ni cortapisas.

Planos largos que describen la opulencia, planos detalle que denotan incomodidad. Los movimientos convulsos de la protagonista nos demuestran que se siente perdida, un personaje sin amor ni esperanza que vive un presente amargo de incierto futuro. Cambiarlo fue su única salida.

La aparición de Camila Parker Bowles en gesto o esa única conversación con el príncipe Carlos, mesa de billar por medio, dejan claro el puesto que ocupaba la princesa querida más por el pueblo que por sus propia familia política.

Lejos de pretender ser una película para encumbrar a un actor, que también lo hace, Larraín se sirve de Stewart como magnifico puente para revivir, en cuerpo y alma, a la princesa y lo consigue sobradamente, viviendo escenas y momentos a través del prisma de su mirada. Un primer visionado te deja tan descolocado como a ella pero permitidme sugeriros un segundo, una vez reposada la primera impresión, para centraros en tecnicismos y en el virtuosismo de una actriz en manos de un experimentado director. Ese tándem consigue un trabajo fuera de todo convencionalismo.

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La huida final supone  la libertad. Conducir el coche y las riendas de tu vida ofrece ese especial momento en el que, por primera vez en mucho tiempo, puedes ir donde quieras. Esa vertiginosa sensación conlleva placer y responsabilidad, tu responsabilidad. Seamos únicos e irrepetibles. Diana de Gales solo tuvimos una pero con Kristen Stewart volvió a nacer. Pocas veces el personaje expresa tan fielmente, por dentro y por fuera, lo que representó y sintió la princesa en esos complicados momentos de su vida.

La importancia de la banda sonora también merece nuestra especial atención. Desde los temas del inicio, la incomodidad musical del centro del metraje para expresar los momentos más duros de la protagonista, hasta el último tema de liberación de Mike and the Mechanics todo cumple una función ambiental y narrativa que refuerza y nos acompaña durante toda la historia marcando las tensiones y preparando, lenta e inexorablemente, el lanzamiento final hacia la liberación.

Exposición de una fábula Real y sin tapujos que no deja nada en el tintero. Cuando pasado, presente y futuro se solapan el colapso es inminente. Entre duda y determinación, la búsqueda de la felicidad se convierte en una apuesta segura hacia la libertad.

 

Tráiler:

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Ficha técnica:

Spencer ,  Chile, 2021.

Dirección: Pablo Larraín
Duración: 111 minutos
Guion: Steven Knight
Producción: Jonas Dornbach, Janine Jackowski, Juan de Dios Larraín, Pablo Larraín, Paul Webster
Fotografía: Claire Mathon
Música: Jonny Greenwood
Reparto: Kristen Stewart, Jack Farthing, Timothy Spall, Sally Hawkins, Sean Harris, Richard Sammel, Amy Manson, Ryan Wichert, Michael Epp, Wendy Patterson, Niklas Kohrt, John Keogh, Shaun Lucas

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