Críticas

Entretiempo

The Flash

Andy Muschietti. EUA, 2023.

Los juegos temporales, los viajes a través de diferentes momentos hacia el pasado y, en algunos casos, hacia el futuro han sido parte (y, obviamente, seguirán siéndola) de la cultura humana, tanto desde el punto de vista más artístico (el de la A mayúscula) como del más pop, sin que entre las dos vertientes aparezca una distinción no tanto estética sino de valencia del tema tratado. La fascinación por lo que fue y lo que será, de hecho, permite, en el campo de la narración imaginativa, ir más allá de los límites del tiempo presente, en el que vivimos, y otorga al concepto “tiempo” aquel tipo de plasticidad con el cual poner en marcha una serie de elucubraciones más o menos profundas, conectadas, por supuesto, a la idea de divertimiento y de descubrimiento de otros mundos. El viaje temporal es, además, un juego que puede llevar a laberintos de posibilidades en los que la historia puede variar según los cambios que el viajante, sin darse cuenta, haya aportado, provocando, como ya sabemos gracias a la trilogía de Zemeckis, diferencias tanto positivas como negativas (y estas, por supuesto, hay que arreglarlas).

La película de Muschietti, en la que uno de los personajes más famosos (por lo menos según la cultura pop, gracias a las series televisivas, no solo la presente sino también la del pasado) del universo DC, finalmente, logra ser el protagonista de su historia, se presenta hoy después de un largo período en el cual su destino había continuado cambiando y con el agravio de un universo a punto de desaparecer (el de Snyder) y otro a punto de nacer (el de Gunn), sin olvidar los dolores de cabeza del gossip (eufemismo, por supuesto) sobre el actor principal, aquel Erza Miller que nos ofrece aquí una actuación de gran calidad. Y, efectivamente, el producto final se ha ido cubriendo de diferentes leyendas, como si de algo misterioso se tratara, tanto por los continuos cambios del que se había hablado (los reshoots) como por las reacciones de aquellos aficionados que habían podido verlo antes de su estreno (los controles que los estudios hacen para ver si la película funciona) hasta las alabanzas de un autor respetado como Stephen King.

Si dejamos por lado el hecho de que, sí, efectivamente hay problemas en lo que a la CG se refiere, algo de lo cual casi no logramos entender las razones (¿qué ha pasado durante estos años para que nadie se haya dado cuenta de esto?), la película resulta ser un cuento bastante bien estructurado con una caracterización de los personajes muy acertada, además de permitir acercarnos a una mezcla de liviandad y de profundidad que a veces, en las películas de este género, falta. Y la profundidad, de hecho, no se sitúa en una temática de nivel cósmico, sino en el íntimo sentido del amor por nuestras personas amadas y la voluntad de cambiar el rumbo de la historia para salvarlas. Lo trágica que resulta ser la decisión final de nuestro corredor es, entonces, un elemento que logra entrar en sintonía con nuestras mismas vidas cotidianas y que nos pone de manifiesto cómo el destino es algo que hay que aceptar (no sin luchar, por supuesto, pero reconociendo su necesidad), algo que, en las películas de superhéroes, logra demostrar una de las razones por las que nos sentimos atraídos por estos personajes tanto superiores como iguales a nosotros.

Resulta entonces positiva la sensación que se extrae de la visión de esta película, con sus altibajos y sus problemas técnicos. La estructura narrativa y la caracterización de los personajes, además de unas actuaciones de óptima calidad, otorgan a la experiencia fílmica aquellas sensaciones de ligero y de insondable que, si bien mezcladas, ayudan a tener una serie de movimientos psicológicos con los que dejarse llevar tanto por la acción pasiva (veo) como por la activa (me reconozco en las situaciones y elaboro mi respuesta). Y, cosa de la que no podemos olvidarnos, los juegos del multiverso, de los viajes en el tiempo y de las diferentes encarnaciones (no solo la del Batman de Keaton) de los varios personajes que permiten aceptar aquellos guiños que solo se pueden entender si somos aficionados (y no solo de los superhéroes, sino del cine). Quizás sea una película más para aquellos frikis o nerds que hoy en día parecen haber encontrado mayor aceptación por parte del público, y menos para el espectador “general”, quien podría no apreciar los easter eggs, sin embargo, se trata de cuestiones de niveles diferentes, y no de imposibilidad de seguir el rumbo de la narración. Una película suficiente, entonces, con una sólida estructura, unas fallas en lo que a la CG se refiere, y, por supuesto, tanto entretenida como necesaria en cuanto bisagra de lo que va a ser el nuevo universo DC.

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Ficha técnica:

The Flash ,  EUA, 2023.

Dirección: Andy Muschietti
Duración: 144 minutos
Guion: Christina Hodson
Producción: Barbara Muschietti, Michael Disco
Fotografía: Henry Braham
Música: Benjamin Wallfisch
Reparto: Ezra Miller, Sasha Calle, Michael Shannon, Ron Livingston, Maribel Verdú, Kiersey Clemons, Antje Traue, Michael Keaton

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