Series de TV
The Great
«The first lie wins»
(The Great, 2020)
Si algún espectador tiene esperanzas de aprender sobre la historia de Catalina la Grande con la serie The Great (2020), lamento decepcionarlos. Y la razón es muy sencilla: porque Tony McNamara así lo quiso. El escritor australiano que estuvo nominado al Oscar por escribir la película La Favorita (The Favourite, 2018) ha demostrado que no se toma muy en serio la historia, sus proyectos no necesitan apegarse a los hechos reales porque para eso están otros los libros de historiadores de verdad. Por eso repite esa misma fórmula en su serie sobre la emperatriz rusa, donde abunda la comedia negra, su cruel sentido del humor y la irreverencia que le han dado el éxito en Hollywood. Y esta serie no es la excepción de la regla, aunque las críticas han estado muy variadas. Pero hay que botar los libros de historia y la seriedad del pasado para disfrutar con mente abierta esta serie de 10 capítulos, que ya fue renovada para una segunda temporada.
Esta comedia, “ocasionalmente basada en una historia real” como dice en sus créditos, cuenta la historia de Catalina La Grande (una sorprendente Elle Fanning, que además es productora ejecutiva) antes de ser “La Grande”, cuando fue llevada para casarse por conveniencia con el Emperador Pedro III de Rusia (un genial Nicholas Hoult) y se estrella de frente con la vida desordenada y promiscua de un hombre que vive a la sombra de su padre, Pedro El Grande. Al ver que Rusia va de mal en peor y que ella puede hacer un cambio, decide tomar una decisión muy a lo Amas de Casa Desesperadas (2004-2012): Pedro tiene que morir. Pero hay que hacerlo de una manera inteligente, necesita un plan, y para eso consigue de aliados a Marial (Phoebe Fox), su dama de compañía; Orlo (Sacha Dhawan), la mano de derecha del emperador; y Leo Voronsky (Sebastian De Souza), el amante que le ha conseguido su esposo para que sea feliz.
Aunque está basada en una obra de teatro de McNamara de 2008, mucho antes de La Favorita, el fantasma de esa película la persigue constantemente. Aunque no es necesariamente malo, pues para los que disfrutaron esa película encontrarán más de lo mismo: los lujos de un palacio muy parecido, con largos corredores sobredecorados como en la época y una gran cantidad de personas con esos vestidos increíbles, los movimientos de cámara aprovechan las locaciones y las presentan en todo su esplendor, aunque son lugares cerrados no se siente monótono o aprisionado.
Fanning y Hoult son brillantes como los emperadores de Rusia, su extraña relación de pareja tiene una dinámica que funciona muy bien a través de cada capítulo, en los que Pedro empieza pensando que su esposa es una mujer manipulable para terminar amándola y admirándola, así lo quiera matar. Mientras tanto, Catalina pasa de una joven inocente obligada a casarse a una mujer que toma el control de la vida que le tocó vivir, mientras es testigo del dolor de la guerra, de la ignorancia de las personas por la falta de educación y del papel insignificante de la mujer en una Rusia desordenada. El resto del reparto complementa a los protagonistas en esta Rusia superficial, decadente y radical, sin perder nunca el humor.
McNamara utiliza una historia de hace siglos para crear una metáfora de la sociedad actual, buscando retratar en esos pequeños momentos lo que seguimos siendo como sociedad y como seres humanos. El anacronismo y el absurdo redondean esta historia que no se preocupa por ser fiel a la realidad, pero habla de avaricia, envidia, mentiras, manipulación, amores no correspondidos («La primera mentira es la que gana«, dice Catalina al reconocer que no ama a su esposo, pero que tiene que soportarlo para luego matarlo y cambiar Rusia)… ¿Suena parecido a la realidad? Bueno, no es una coincidencia. Lo importante acá es dejarse llevar por esta comedia anti-histórica (como fue descrita por el propio Hulu, plataforma que la produce) que busca entretener y lo logra con creces. Claro, para los que disfrutamos de ese tipo de humor.
Trailer: