Reseñas de festivales
The Great Museum
Luego de haber visto la excelente Museum Hours (Jem Cohen, Austria/EUA, 2012) en el Festival de Locarno, tuve la suerte de encontrarme con este documental en Berlín. Si bien la primera apunta más sobre la experiencia del público en el inmenso Kunsthistorisches Art Museum de Viena (Museo de Historia del Arte), en el film de Johannes Holzhausen, el corazón es el staff: la gente que trabaja en sectores muy diversos de la institución son los que hacen posible nuestra experiencia como visitadores.
Se muestran aspectos íntimos y no convencionales del museo, como por ejemplo la competencia que existe con otras entidades públicas austríacas para mantener la misma subvención del gobierno, año tras año, en estos tiempos de crisis. El museo debe renovarse constantemente y mantenerse activo para subsistir. Se indaga también en el rol que representa como tesoro nacional, albergando el legado imperial de la república austríaca.
Como es el caso en los grandes museos mundiales, lo que vemos en las muestras es un porcentaje muy pequeño de lo que disponen. Ante los pasillos interminables llenos de objetos, nos cuestionamos el valor de las antigüedades. A pesar de que en estos tiempos modernos podríamos pensar que su apreciación está en decadencia, los curadores del museo nos transmiten su pasión y fascinación por ellas. La tecnología, muy lejos de lograr reemplazar estos objetos milenarios, ayuda en lo que se necesario para mantenerlos en un estado óptimo.
El documental está basado en pequeños momentos, en varios casos de frustración, que se dan por igual en toda la cadena de empleados del museo: desde el director hasta el equipo de limpieza. No hay entrevistas ni voz en off, ni siquiera hay música de fondo, como en los documentales más tradicionales.
Johannes Holzhausen estudió seis años de arte antes de estudiar cine, lo cual ayudó en su interacción con el personal del museo. En todo momento recibió apoyo de la directora general, Sabine Haag, quien tomó el documental como parte de una campaña para publicitar la institución ante la gente de Viena. La regla establecida al filmar fue mostrar las obras de arte pero siempre asociadas al trabajo de un empleado (por ejemplo un curador), nunca por sí solas. Varias escenas estuvieron también asociadas a la apertura de Kunstkammer en marzo del 2013, una colección de 2200 objetos en veinte salas completamente nuevas.
Un documental original e inteligente, que logra esa misma atmósfera de observación y reflexión que vivimos en los museos y que siempre nos dejan una marca personal.