Reseñas de festivales
The Lamb
El quinto largometraje de Kutluğ Ataman es realmente movilizador. A medida que la historia avanza, es desesperante ver como Medine, hija, esposa y madre de dos hijos, lucha desesperadamente contra todos para lograr su objetivo: celebrar la circuncisión de su hijo Mert de cinco años, con una fiesta a la que está invitado todo el pueblo.
Por momentos es difícil entender cómo una mujer se puede obsesionar tanto con una fiesta, pero todas las piezas encajan perfectamente cuando entendemos que esa celebración es un medio para lograr la aceptación de su familia en la sociedad. Medine es defraudada por varios individuos de la comunidad, y en especial por su marido. De una forma brillante, esta joven mujer se alía con las personas menos esperadas y les da una lección a todos. Dentro de todos quiero incluir también a los espectadores, ya que hay minutos en donde nos preguntamos si esta joven mujer está tan desesperada como para haberse convertido en un monstruo.
El multifacético director turco, quien es también un artista plástico nominado en 2004 al premio Turner, realizó un excelente trabajo con el guion de Kuzu. La historia cierra perfectamente al final, y los diálogos, en particular los que mantienen los niños, son de una crueldad, pero también de una realidad abrumadora. Kutlunğ ha querido mostrar el rol de la mujer común en la vida contemporánea de Anatolia (Turquía asiática), quien debe ocuparse de trabajar la tierra, de cuidar de su esposo, de sus niños y de otros integrantes de la familia. Todo esto sin el reconocimiento de la sociedad, que nunca valora un esfuerzo tan grande.
Lugares áridos, donde los niños viven de forma muy diferente a los de la gran ciudad. La interacción y relación con la naturaleza es tan grande que no nos parece descabellada la idea de que Mert se sienta como un cordero sacrificial.