Críticas
Jugando las cartas que te tocan
The Rider
Chloé Zhao. EUA, 2017.
Después de una sólida y realista ópera prima, Songs my Brothers Taught Me (2015), vuelve la realizadora Chloé Zhao con un trabajo consistente, en el mismo tenor intimista, cargado de un fuerte sabor documental, en la cinta The Rider. Nuevamente, Zhao acierta en presentar la esencia de una comunidad en Estados Unidos. En la primera se trataba de un grupo de la reserva india Pine Ridge, y se enfocaba en una familia en particular, enfatizando su problemática, sus aspiraciones de salir al mundo exterior e integrarse a la sociedad y, sobre todo, la entrañable relación de un joven con su hermana menor, la que lo sigue y admira más que a nadie.
En esta ocasión, mantiene la directora su interés por la complicadas relaciones familiares, las expectativas no cumplidas y la dificultad para encajar en otro ambiente, después de haber estado tan sumido en un grupo distintivo en particular. La evolución de su estilo se nota en el perfeccionamiento de las imágenes y en la lírica de sus tomas, sin perder por ello la frescura y sensibilidad para plasmar el alma y desgarro de sus personajes.
El filme acompaña a Brady Blackburn (Brady Jandreau), un joven vaquero, campeón de rodeo, que sufre un accidente en el que golpea fuertemente su cráneo, y quien por orden de los médicos debe dejar de montar y competir. Para él y su familia, integrada por su padre y su hermana menor con cierta discapacidad, es un significativo cambio de vida.
En este pueblo del sur de Dakota, los caballos y las competencias de rodeo son más que una forma de vida; en realidad, significan la vida misma. Los mensajes dobles que reciben estos jóvenes, el de la vida vale más que el rodeo, pero por otro lado el mensaje de ser un hombre fuerte, un vaquero sin miedo a nada, los confunden y les generan tanta exigencia, que un quiebre como tal accidente, los dejan sin rumbo y sin salida alternativa. De tal forma que Brady se encuentra completamente fuera de balance y esta lucha interna que lo consume es magistralmente detallada por Zhao, quien es una experta para captar el dolor, la angustia existencial de un ser humano que ha extraviado el propósito de su vida y debe reencontrar un nuevo sentido a su existencia.
En The Rider, Zhao trabajó de nuevo con Joshua James Richards, quien fotografió su anterior filme y con quien parece entenderse a la perfección, ya que para adentrarse en el conflicto del protagonista, Richards se valió de tomas cerradas, casi claustrofóbicas, con muy poca profundidad de campo, fijando su lente, por ejemplo, en los ojos, en las manos nerviosas o en la cabeza con suturas, utilizando planos tan invasivos que nos confrontan de golpe con su sufrimiento. Por otro lado, para dar mayor perspectiva y alejarnos por momentos de su conflicto, nos regala unas tomas más abiertas, panorámicas del desierto color miel, en las que vemos correr a los hermosos caballos que se vuelven, a su vez, personajes cruciales para el desarrollo del argumento.
La secuencia inicial, como preámbulo de la historia, es de una belleza sublime; una toma nocturna, con una iluminación exquisita, presenta a un caballo dorado en movimiento, con planos de detalle que nos muestran el brillo y textura de su pelo, sus patas revolviendo la tierra que vuela y se suspende en el aire y sus ojos se revelan sumamente expresivos, todo envuelto en un cálido color sepia. Para después jugar con las tonalidades y develar, poco a poco, el amanecer en azules y violetas, con imágenes verdaderamente bien cuidadas.
Por otra parte, los momentos en los que se presentan las competencias y el rodeo dan pie para mostrar escenas con cortes acelerados, planos cerrados de detalles, que van generando unas series de imágenes muy atractivas, casi poéticas, que son una ventana abierta a ese mundo que Zhao quiere retratar desde adentro, cual documental, pero con su punto de vista autoral muy bien logrado.
Para dar mayor veracidad a la historia, gran parte de los actores se representan a sí mismos. Así Brady, verdaderamente fue un campeón del rodeo, pero por una caída de la que se salvó milagrosamente, debió dejar de competir y de montar. Zhao lo invitó a contar su historia y a trabajar con ella en la construcción del guion, pero al pasar tiempo con él pensó que sería perfecto para el papel y se lo propuso. En principio Brady, no estaba seguro de poder con el compromiso, además de que tenía poco tiempo de haber sufrido el fuerte golpe, afortunadamente ella lo animó y convenció de que lo hiciera; así que ver al personaje real, en el dilema que verdaderamente está sufriendo, es un resultado muy poderoso.
Igualmente, otros de los personajes son familiares o amigos de Brady; algunos se representan a ellos mismos, como su padre, Tim Blackburn (Tim Jandreau), y su hermana Lili Blackburn (Lili Jandreau). Su esposa aparece en una escena, y su suegro también hace una pequeña parte. Zhao intenta mostrar, de la manera más fiel, las formas y normas tan estrictas que imperan en esa comunidad. Los códigos de conducta, las exigencias a los jóvenes, que están dispuestos a arriesgarse por ser los mejores en montar salvajes caballos o toros. La hermandad y compañerismo entre unos y otros, que rezan por los que han sido lastimados, como Lane Scott, el gran amigo de Brady, quien también aparece en la película, interpretándose a sí mismo, una estrella del rodeo que quedó parapléjico tras un accidente de coche, una tragedia para él, su familia y toda la comunidad del rodeo. En The Rider lo vemos en su lucha por una rehabilitación que parece verdaderamente ardua y dolorosa, gozando de los vídeos reales que Brady le muestra de cuando estaba bien y era la joven promesa del ese deporte.
Destaca la destreza de Chloé Zhao para captar la esencia de este grupo, al desnudar el alma de estos cowboys tan fuertes por fuera, pero sensibles por dentro. Y sobre todo, su interés profundo en comprender la problemática del ser humano en sus distintos entornos y ante los retos que enfrenta.
Ficha técnica:
The Rider , EUA, 2017.Dirección: Chloé Zhao
Duración: 104 minutos
Guion: Chloé Zhao
Fotografía: Joshua James Richards
Música: Nathan Halpern
Reparto: Brady Jandreau, Tim Jandreau, Lilly Jandreau, Cat Clifford, Terri Dawn Pourier, Lane Scott, Tanner Langdeau, James Calhoon, Derrick Janis
Cuesta trabajo aceptar que los actores de la pelicula son, a su vez, los personajes del drama que se relata en The Rider.. Esto habla de la calidad de la Directora. Las imágenes que muestra el film dejan huella en el ánimo de los espectadores. Una de las mejores obras cinematográficas que he visto en los últimos tiempos.