Críticas
Una segunda oportunidad para vencer al olvido
Todos los días de mi vida
Otros títulos: Votos de amor.
The Vow. Michael Sucsy. EUA, 2012.
Bajo los esquemas de la sociedad actual no está de moda el compromiso total, ese que mantiene a dos unidos para siempre, hasta que la muerte los separe, pase lo que pase. No debe sorprender que los seres humanos tengan temores o prefieran contar con libertad de movimiento a la hora de atreverse con declaraciones comprometidas. Bajo una mirada racional parece preferible compartir la vida con otro en unión libre, sujeta a ensayos, a cambios. O, alternativamente, a matrimonios flexibles que permitan la separación y el divorcio sin mayores complicaciones. O, todavía más alternativamente, a no comprometerse con unión estable ninguna, más bien disfrutando de amores variables y pasajeros cuando sea conveniente. No obstante, todavía una parte importante de la sociedad cree en la posibilidad del amor comprometido, estable, eterno, capaz de vencer todas las circunstancias a base de aprecio, de servicio, de ilusión, de paciencia. La importancia de conformar familias fuertes y acogedoras, donde se puedan formar hijos con cariño y dedicación todavía reside en lo profundo de las conciencias humanas y de alguna forma, ello se posibilita más cuando dos personas son capaces de expresar votos de amor.
Todos los días de mi vida se atreve con una exploración creativa de lo que significa el comprometerse con otra persona, pase lo que pase, en la alegría y en la enfermedad. Es la historia, que de alguna manera ocurrió en la vida real, de Paige (Rachel McAdams) y de Leo (Channing Tatum), un joven matrimonio de artistas que viven enamoradamente en Chicago. Un accidente lo trunca todo, Paige pierde la memoria reciente y ello la lleva a experimentar un pasado doloroso y a olvidar todo lo de su matrimonio. Es el momento para Leo de experimentar lo que significan de verdad sus votos con Paige y de tejer una nueva historia de amor.
Michael Sucsy ha trazado la historia con el trasfondo de Chicago, una ciudad que se presta muy bien como símbolo de algo duradero, pero inestable, que se mantiene vibrante por la fe de sus habitantes. Es una tradicional ciudad norteamericana, con fama de mafia, industria, corrupción, comercio, atravesada por un metro impetuoso y ruidoso que invades sus calles y cruzada por canales de aguas, que en su época fueron grises. Pero la vibrante Chicago se ha sobrepuesto al decaimiento, renovándose continuamente a través del arte, de los jardines urbanos y de los aires que vienen del lago Michigan, el compañero de la ciudad, antes olvidado y ahora amigo vital. Los objetos urbanos artísticos, como el precioso Eye de Tony Tasset y notablemente la escultura The Cloud Gate, de la artista británica Anish Kapoor, en la cual se refleja admirablemente la ciudad, han sido utilizados en el filme para dar realce y sentido a esos momentos únicos que una pareja enamorada de jóvenes artistas puede disfrutar, tomados de la mano, en las selvas urbanas.
Sucsy nos acerca a esta pareja de Leo y Paige a través de sus vivencias artísticas. Ella es una mujer inmensamente creativa que se ha ganado precisamente un premio para diseñar una escultura urbana y que trabaja en su taller, inmersa por completo en esos dos amores. Leo es un artista más sencillo, pero profundamente sensible, atrapado por su esposa y por la poderosa artista que ella es. Súbitamente todo se pierde, arrastrado por las misteriosas corrientes de una mente que se ha perdido en las oscuridades del olvido.
Es en este momento donde surge energía poderosa de los votos de amor, generadores de una segunda oportunidad. El mensaje es claro: si se quieren mantener vivas las ilusiones y las pasiones, será necesario el enamoramiento continuo, compuesto de frecuentes re-enamoramientos, de repetidas segundas oportunidades. No es un trabajo fácil, pues se oponen los miedos, los dolores, los recuerdos del pasado y las tendencias naturales de las personas a enfrentarse agresivamente y a exagerar sus diferencias de opinión. Toda esta letanía de dificultades aparece en el filme y es vencida a través de pequeños momentos de ternura, en los cuales se permite que reviva la emoción y la cercanía.
La música se constituye en instrumento esencial para esos momentos. Las canciones de la película, alguna cantada románticamente por el protagonista, contribuyen a que el espectador sensible acepte la extraña realidad que se presenta, en la cual se mezclan el romanticismo, el arte y el drama “Y yo haría todo lo que sea por el amor, hasta al infierno iría, una y otra vez… Algunos días van a ser difíciles, algunos van a ser duros; en otros nada pasará y otros serán interminables. Habrá noches de fuego y otras heladas, otras tan simples como la nada o inmensas e insuperables como el infinito”. En ella flota la idea de la segunda oportunidad, esa que es bueno conceder al otro, para poder penetrar en las profundidades de las mentes, venciendo, como dice el autor colombiano Héctor Facio Lince, al olvido que seremos.
Ficha técnica:
Todos los días de mi vida / Votos de amor (The Vow), EUA, 2012.Dirección: Michael Sucsy
Guion: Abby Kohn, Marc Silverstein, Jason Katims
Producción: Jonathan Glickman, Paul Taublieb
Fotografía: Rogier Stoffers
Música: Rachel Portman, Michael Brook
Reparto: Rachel McAdams, Channing Tatum, Sam Neill, Jessica Lange