Traffik

Esta es una película que no ha sido elogiada por la crítica. A mí me ha parecido bastante interesante, porque se adentra en un tema que es mucho más significativo de lo que se piensa: la trata de personas con fines de explotación sexual. En la medida en que este tema entre a ser parte de la conciencia colectiva, habrá mayores probabilidades de acabar con tales degradantes, criminales y ofensivas prácticas, que en gran parte afectan a poblaciones vulnerables en todo el mundo, aprovechando las ansias de cambio y la inestabilidad y debilidad en que se encuentran diversos sectores de la población.

No es un asunto glamoroso. Los traficantes tienden a ser despiadados y sujetan a sus víctimas a todo tipo de humillaciones y violentos maltratos para someterlas y esclavizarlas. Eventualmente las atan a redes de prostitución y de tráfico de drogas y las conducen a caer en los brazos de la drogadicción y sus perniciosos efectos. Independientemente del glamour que se ha creado en el cine sobre el consumo de drogas y la permisividad sexual, de tal modo que en muchas películas los protagonistas son orgullosos consumidores de drogas y pretenciosos expertos en la infidelidad amorosa, la realidad tiende a ser más dolorosa y perturbadora y detrás de ella se ocultan las redes de traficantes de drogas y de sexo internacionales, con sus cadenas de corrupción que las hacen potentes y las protegen de las leyes a base de sobornos y de indiferencia.

Como se atreve a insinuar el filme que nos ocupa, con la historia que se desarrolla, estas redes son inmensas y por ello no afectan solamente a sectores vulnerables de la población. Menciona la cinta, al terminar, que, en la actualidad, hay 1,9 millones de mujeres que están siendo objeto de trata en los Estados Unidos. Se considera que había más de 4 millones de víctimas de la trata sexual en todo el mundo en 2016. Se estima por parte de las Naciones Unidas que 3,8 millones de adultos y 1 millón de niños fueron víctimas de tal explotación sexual forzada, la gran mayoría de ellas mujeres y niñas. La Organización Internacional del Trabajo estima que el 99% de los adultos y niños forzados a la explotación sexual en 2016 son mujeres. Se estima que en Estados Unidos hay más de 9.000 salas de masajes involucradas en ello.

La protagonista, Brea (Paula Patton), es una inteligente periodista de la ciudad de Sacramento, en California, de espíritu independiente y decidido, que se dirige a pasar con su novio John (Omar Epps) unos días espectaculares en una casa de ensueño en las montañas. En el mismo viaje hacia la zona comienzan a presentarse inesperadas aventuras, las cuales va superando la pareja de forma emocionante y confiada, en una especie de viaje de carretera muy al estilo de muchos filmes, con intervenciones de motociclistas mal encarados, persecuciones motorizadas y escenas en estaciones de gasolina. No sospechan los protagonistas que no se trata de eventos aislados, pues están a punto de caer en una trampa mortal.

Cuando ello sucede, nada indica que la trampa ha sido tendida por una red de traficantes de blancas. Empieza así un enfrentamiento de voluntades y de habilidades, inesperado para los criminales, acostumbrados a que las mujeres caigan con relativa facilidad, indefensas, inexpertas, abandonadas, engañadas y no siempre conscientes de lo que les espera. Pero Brea y John, como corresponde a una película de suspenso y de aventura, no caen fácilmente. Él es fuerte y luchador y ella es una avezada periodista, acostumbrada a investigar y a encontrar el meollo de redes de corrupción y a descubrir y denunciar malos manejos.

No hay mucho más qué decir acá si no queremos revelar detalles de la enredada trama. Bástenos con decir que la cinta es sorprendente y entretenida y que se acerca suficientemente al sufrimiento de las mujeres esclavizadas y a las arteras y humillantes prácticas de los traficantes como para que los espectadores caigan en cuenta de cosas que quizás no adivinaban ni sabían y piensen en formas de contribuir, de alguna manera, a que este mundo nuestro sea más digno y más humano.

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