Críticas
Oportunidades groseras
Un cuento de tres hermanas
Otros títulos: A Tale of Three Sisters.
Kız Kardeşler. Emin Alper. Turquía, 2019.
Con Un cuento de tres hermanas estamos ante el tercer largometraje del director turco Emin Alper. Sus anteriores obras consistieron en Más allá de la colina (Tepenin Ardi, 2012) y Abluka (2015). Con la primera, penetra en un drama familiar a la búsqueda de un culpable al que achacarle todos los males, ahondando al mismo tiempo en el poderío de la autoridad patriarcal. En la segunda, se sitúa en Estambul, elaborándose un ambiente casi apocalíptico durante el régimen de Erdogan. En esta ocasión, se centra en las relaciones de tres hermanas que viven junto a su padre en una aldea de Anatolia central, a principios de los ochenta del siglo pasado. Las tres chicas son Reyhan de 20 años, Nurhan de 16 y Havva de 13. Después de haber sido enviadas a la ciudad para trabajar como criadas en familias adoptivas, costumbre del lugar para intentar salir de la pobreza y del aislamiento, todas ellas se ven obligadas a regresar a la casa paterna por diferentes motivos.
No entendemos demasiado bien el nombre que se le ha adjudicado a la película. Si lo que se pretendía era hacer una especie de “Mujercitas” a la turca, esta vez con tres miembros, creemos que no se ha conseguido, En cualquier caso, contamos en ese sentido con una excelente película, de casi reciente elaboración y también con dirección turca. Nos referimos a Mustang, dirigida por Deniz Gamze Ergüven en 2015, en la que se dibuja a cinco hermanas que obligadas a vivir juntas en casa de su abuela, se irán rebelando contra la sociedad patriarcal en la que conviven. De todas formas, aun cuando en el filme de Emin Alper con el título se habla de féminas, el protagonismo no lo ostentan ellas sino los varones. Y en el peor sentido. Porque en este caso no observamos que sean siempre los hombres los que deciden el destino de sus hijas; no, no es el caso, aunque lo intenten. El problema es que solo hay una salida, un exilio que saque de la pobreza, del analfabetismo, de una vida con circunstancias durísimas y extremadamente penosas.
Nuestras tres hermanas únicamente tienen una salida: colocarse como sirvientas para los caciques del pueblo en la ciudad. Ya se imaginarán que sin sueldo y con un “supuesto” trato de hijas adoptadas. Precisamente, el director del largometraje convivió en su infancia con una joven llevada a su casa en esas condiciones; pero si bien es cierto que se sientan a la mesa junto a toda la familia, deben trabajar, sí o sí, para limpiar la suciedad ajena. Lavan la ropa, cuidan a los hijos de otros y se ocupan de la cocina…¿Una salida? Una esclavitud sometida a opulentos señores, aquellos que tienen la educación y el dinero, frente a las que únicamente poseen una cabaña, no saben leer ni escribir y se encuentran bajo el yugo de la religión y de costumbres ancestrales.
Volviendo al título, es cierto que la película se califica así misma como un cuento. Y como tal lo hemos visionado: por su colorido, por su tono general de fábula y por los microrrelatos que demoran el ritmo de la obra en escenas interminables. De todas formas, esas demoras, si bien resultan atractivas y dolientes en el caso de las mujeres, en el de los hombres, que ocupan mayor metraje, resultan, diríamos que hasta un tanto insoportables. Por su reiteración en la adoración al amo, por su insistencia en el castigo al “tonto” o por su empecinamiento en beberse toda la cosecha del licor local, mientras el tiempo y la vida pasan sin más preocupación que sentirse relajados o idolatrar lo suficiente al poderoso, según la posición en la que cada uno se encuentre.
¿Y ellas? Pues ni aparecen tan débiles ni tan sumisas frente al sistema patriarcal que las envuelve. Mandan o diríamos que dirigen al padre, al marido “idiota”; intentan convencerlos de que sus “equivocaciones” no son tales…Vamos, una imagen que en absoluto se corresponde con actitudes de mansedumbre y obediencia, aunque la puesta en escena sitúe a los varones en espacios abiertos y a las hermanas en sitios cerrados y con dicha decisión intente subrayar la libertad de unos y la claustrofobia de otras. Las chicas cuentan con fuertes temperamentos, lo que les ayuda en las inquietantes relaciones con los varones de la trama, encumbrados en su puesto de superioridad. Ya sea el padre, el pastor o el alguacil.
Estilísticamente, llama la atención los trávelin que nos transportan varias veces, en ida y vuelta, hacia ese pueblo en medio de la nada. Incomunicado, agreste, montañoso, de temperaturas extremas, se imagina, y sin esperanza alguna. Y no nos gusta que el director nos deslumbre, por mucho que el contraste lumínico le parezca muy adecuado para situarnos en ese pueblo de ensueño para turistas que huyen de masificadas ciudades, y que resulta una pesadilla para sus sufridos habitantes, especialmente las mujeres que en el mismo intentan sobrevivir. Tampoco nos agrada esa especie de coro griego que se utiliza para fundir en negro: una fémina, no podía ser de otra manera.
Las interpretaciones son muy correctas, la búsqueda en la puesta en escena del tono de leyenda metafórica también. Pero el guion, o más bien lo que nos pretende transmitir el filme, no conseguimos comprenderlo con precisión. A menos que se limite, que no es poco, a denunciar o dar a conocer la posición social de las besleme en Turquía, una oportunidad para las adolescentes y jóvenes sin recursos de ser acogidas para trabajar en otra familia, circunstancia que las convierten en seres en tierra de nadie: ni se adaptan a la nueva forma de existencia, ni desean regresar a su antiguo hogar. Una paradoja sin salida evidente. Por fortuna, parece que esta costumbre, muy extendida en Anatolia, se encuentra en desuso actualmente.
Y por último, queremos hablar de la moraleja del filme, aquella que tiene que ver con la hija rebelde. A mala hora el desacato: ni puede abandonar el pueblo, ni los métodos de su “papá adoptivo” parece que le vayan a hacer mucho efecto. En cualquier caso, como resumen, creemos haber observado un retrato de un pasado reciente en ciertas comunidades en las que, dentro del autoritarismo patriarcal implantado de forma evidente, las mujeres, jóvenes o adolescentes se muestran muy vivas y saben lo que realmente les interesa, casi siempre.
Tráiler:
https://www.youtube.com/watch?v=6nLCMayYFso
Ficha técnica:
Un cuento de tres hermanas / A Tale of Three Sisters (Kız Kardeşler), Turquía, 2019.Dirección: Emin Alper
Duración: 108 minutos
Guion: Emin Alper
Producción: Coproducción Turquía-Alemania-Países Bajos (Holanda)-Grecia; Liman Film, Komplizen Film, Nulook Production, Horsefly Productions, Circe Films
Fotografía: Emre Erkmen
Música: Giorgos Papaioannou, Nikos Papaioannou
Reparto: Cemre Ebuzziya, Ece Yüksel, Helin Kandemir, Kayhan Açikgöz, Müfit Kayacan, Kubilay Tunçer