Críticas
Sonido y color
Un momento en el tiempo – Waves
Otros títulos: Las olas.
Waves . Trey Edward Shults. EUA, 2019.
Un momento en el tiempo – Waves, es el tercer largometraje escrito y dirigido por Trey Edward Shults, después de Krisha (2015) y Llega de noche (It Comes at Night, 2017), las cuales también produjo y editó, mostrando desde entonces que en su mente las historias se engendran como todo un concepto completo, en el que el argumento narrativo se nutre de lo visual y lo formal para plantear así, una obra íntegra y personal.
Shults nos presenta un agudo melodrama que se podría enmarcar en el cine juvenil, pero que apela a las emociones del público de cualquier edad, por ser una historia sumamente humana y universal, con cuestiones muchas veces tratadas, pero abordadas desde una interesante perspectiva autoral.
Un momento en el tiempo – Waves, comienza con una especie de presentación -por medio de planos que cortan de uno a otro- de los personajes y su problemática, con base en su rutina mostrada mediante imágenes que van y vienen entre deslumbrantes luces de colores que llenan la pantalla por completo, y que nos hacen sentir que presenciamos un sueño.
La brillantez de los colores -sobre todo de los rojos flamantes y los azules intensos que se utilizan en la primera parte de la película- nos acompaña mientras vamos conociendo a los integrantes de una familia afroamericana, protagonista del relato, el cual estará centrado en un principio en el joven atleta Tyler (Kelvin Harrison Jr.), para más adelante cambiar el punto vista al de su retraída hermana Emily (Taylor Russell).
Tyler es un chico común que cursa su último año de preparatoria, con aspiraciones a conseguir una beca universitaria debido a su destacada trayectoria en el deporte de las luchas, sobre todo impulsado y presionado hasta el extremo por Ronald, su exigente padre, interpretado por Sterling K. Brown (Black Panther, 2018), quien le expone claramente que ellos por su color tienen que trabajar diez veces más que el resto para obtener los mismos resultados, y le reitera: “te presiono porque tengo que hacerlo”.
Por desgracia, una fuerte lesión en el hombro del protagonista viene a trastocar toda esperanza de un futuro en las luchas tal y como él y su padre lo habían planeado, colocándolo completamente fuera de su centro, sin brújula ni dirección, y a partir de ahí todo se desboca hacia un despeñadero de malas decisiones, de errores viscerales y desafortunados, que harán que su forma de relacionarse, tanto con su novia Alexis (Alexa Demie), como con sus padres y hermana, se salga violentamente de control.
La segunda parte del filme, una muy bien diferenciada de la anterior, nos sitúa en una perspectiva completamente distinta. Se trata de la vivencia desde el segundo rol protagónico, el de Emily, y definitivamente podemos percatarnos de que desde ese momento todo cambia. La música, la paleta de colores, los planos, se vuelven más sutiles y delicados. Las tomas son de mayor duración, más abiertas e iluminadas, mientras que un aire nostálgico y taciturno permea en cada una de ellas; además, el sonido que las acompaña es de pronto etéreo e introspectivo. Se puede llegar por momentos incluso a sentir que se trata de dos películas diferentes, porque tanto el género cinematográfico como el ritmo narrativo y visual no se asemejan entre las partes, sin embargo la trama, cuidadosamente articulada desde el inicio nos va llevando de a poco a esta inevitable ruptura, y caemos tan bruscamente, que cuando llegamos a esa segunda fracción de la historia, necesitamos ese respiro y nos vemos inmersos en esa atmosfera de colores pasteles y de atardeceres silenciosos, que llenan la pantalla de una melancolía compartida entre los espectadores y los personajes.
Shults hace de Un momento en el tiempo – Waves, una experiencia sensorial, porque se vale tanto del poder de los destellos de color dentro de cada una de las imágenes, como de la iluminación con un estilo muy particular, utilizando la aberración óptica, los halos luminosos alrededor de las luces, para generar un concepto visual muy bello y poderoso, en el que los reflejos, los rayos de luz, y los círculos de colores consiguen crear cuadros verdaderamente oníricos y surreales.
A su vez, el sonido sin duda ocupa un lugar preponderante en la cinta, si no, el principal. A través de éste, nos sumergimos en el ambiente envolvente de una caída estrepitosa, que combina estados de ánimo de una inquietud incontrolable, momentos de alta tensión que se intensifican con efectos sonoros muy interesantes, reforzados además por la música a cargo de Atticus Ross, Trent Reznor, y una banda sonora sumamente atractiva, que incluye a Radiohead, Alabama Shakes, Animal Collective, entre otros interesantes aportes musicales que van marcando la temperatura de la historia.
Por otro lado, Un momento en el tiempo – Waves, es una cinta en la que prima el movimiento incesante. No solo los personajes están en un constante ir y venir -unas veces en bicicleta, otras corriendo, muchas más dentro del coche-, sino que la cámara -que es nuestra mirada y la de su director-, se mueve a su vez paralelamente, pero también con una enorme independencia y libertad, de un lado al otro o de manera circular, con unos paneos veloces e inquietos, intentando absorber la mayor cantidad de información posible sobre lo que acontece en la película. Una cámara que no descansa y que se vale a veces de unos planos sumamente cerrados para invadir incluso la mente y las entrañas de sus personajes, como si quisiera descifrarlos y anticipar sus acciones.
Así, el viaje en que nos embarcamos durante la película nos encamina a conectar con sentimientos comunes a cualquier espectador. Shults nos regala una historia que toca fibras muy sensibles en la que aparecen temas y sentimientos profundos y reconocibles que van desde la decepción, la ira, la culpa y el remordimiento, hasta el agudo dolor que causan aquellas metas y expectativas no cumplidas y la frustración por los sueños no alcanzados; sin dejar de destacar la grandeza de aquella fuerza interior, a veces sobrehumana, que se convierte en el impulso requerido para recobrarse de los duros golpes de la vida.
Ficha técnica:
Un momento en el tiempo – Waves / Las olas (Waves ), EUA, 2019.Dirección: Trey Edward Shults
Duración: 135 minutos
Guion: Trey Edward Shults
Fotografía: Drew Daniels
Música: Atticus Ross, Trent Reznor
Reparto: Sterling K. Brown, Alexa Demie, Clifton Collins Jr., Lucas Hedges, Taylor Russell, Kelvin Harrison Jr., David Garelik, Elisa Lau, Vivi Pineda, Ellen Marguerite Cullivan, Avis-Marie Barnes, Steve Heinz, Kristin Wollett, Renee Goldsberry, Krisha Fairchild, Neal Huff