Críticas
Elogio de la sana locura
Una historia casi divertida
Otros títulos: Una historia singular.
It is Kind of a Funny Story. Anna Boden y Ryan Fleck . EUA, 2010.
La línea que separa la cordura de la locura puede ser muy fina, no siempre claramente definida. El cine juega frecuentemente con esos espacios difusos y los aprovecha para generar curiosidad, para hacer reír, para sorprender al espectador. La conexión entre estos dos mundos se presta para infinitas posibilidades dramáticas y teatrales: el cuerdo puede enloquecer; el loco puede razonar brillantemente y ambos atravesar estas fronteras, arrastrando locamente al espectador o educándolo sabiamente. La locura y la cordura se convierten en puntos de vista supremamente ilustrativos para abarcar la totalidad de la realidad.
Un joven neoyorquino se encuentra en una situación de encrucijada, en ese espacio único de ciudad de Nueva York, el puente de Brooklyn. No sabe qué hacer con su vida y pensamientos suicidas atraviesan su mente, hasta un grado tal que se llena de miedo ante el asalto de semejante locura y, en un arranque de cordura, decide hacer algo completamente absurdo: pedir ayuda al sistema social de salud, hasta que éste, reluctantemente, lo acepta como un paciente que necesita ser internado en un sanatorio público.
En este ambiente transcurre Una historia casi divertida, trazada a base de cuentos ligeros sobre la complejidad y las oportunidades inherentes en las relaciones humanas. Son relatos sencillos que tienen que ver con las personas que están recluidas en el lugar, con las cuales el protagonista se va relacionando, casi sin querer, con una mezcla de curiosidad y temor, no exenta de una fresca bondad natural, bien extraña en alguien joven y rebelde, que ha estado a punto de cometer suicidio. Se va haciendo cada vez más amigo de todos, hasta convertirse en una figura central que trae cordura, compasión y sentido a toda una comunidad de seres solitarios. Con ello, él mismo va evolucionando también, en medio de una historia de amor “no tan divertida”.
A veces las tragedias humanas se esconden detrás de la risa y el humor, y el personaje más entretenido de la cinta, protagonizado por Zach Galifianakis, quien hace un papel de jerarquía, nos transmite esa sensación de falsa seguridad risueña que se esconde en el mundo complejo e insostenible que representa. Mundo que contrasta con el amor y la dulce atracción que experimenta el protagonista al ilusionarse con una joven desquiciada. En este romance juvenil los dos se encuentran a sí mismos, a modo de bello pretexto para la sanación, para vivir con esperanza, para exorcizar los fantasmas del suicido.
Cuando el cine se hace con buenas intenciones, con la idea de aportar un granito de arena al cambio del mundo, sin perder su identidad de arte que entretiene, trata de refrescar la visión del espectador, de ofrecer otras alternativas de interpretación a las rutinarias, a las desgastantes. Ninguna persona normal trataría de salir de la locura mezclándose deliberadamente con los locos de un sanatorio municipal, por amables que aparezcan a primera vista. Pero quizás, luego de ver esta película, podríamos atrevernos a comunicarnos mejor, oyendo al otro, poniéndonos en su lugar, aun cuando parezca estar rondando desequilibrado por los infiernos de la vida.
La comunicación es, en el fondo, el tema de la cinta. Se refleja en el teléfono público del lugar, al cual todos tienen derecho, desde que se lo use de manera ordenada y respetuosa. Una institución singular en la cual los perturbados pueden contar con contactos salvadores al otro lado del teléfono y por ello se quedan en este borde de su experiencia, que así, les permite tener la sensación de cercanía con el mundo sano. Aparece simbólica y rebelde, en la camiseta que usa Emma Roberts, que señala en voz bien alta: “Odio a los muchachos”, es decir, acá estoy y mi odio se puede resolver, puesto que es tema de conversación. En un par de sugestivas escenas, los pacientes del sanatorio trabajan juntos en la sala de arte y, bajo el positivo influjo de un buen profesor, dejan salir, de su interior, potentes capacidades de comunicación, asociadas con el arte y con la música, con las cuales se resuelven situaciones y se abren espacios insospechados. Es decir, comunicaciones quizás no tan ordenadas y racionales, pero que generan opciones de autoestima, pueden contribuir grandemente en las relaciones humanas. Este es el campo de las manifestaciones artísticas, pero en la medida en que permitan el libre ejercicio, sin que haya un ambiente de crítica que mate la iniciativa.
Todos estos mensajes son transmitidos por Una historia casi divertida en forma creativa, sin apabullar, de tal manera que esa inmersión en el mundo del otro no parece tan dolorosa. Ello lo logra matizando con el humor, acercando los planos para que se note el contraste, lo que está oculto detrás de las apariencias. Es, entonces, una especie de elogio de la sana locura que todos necesitamos para transitar con el otro por la vida, sin matarse mutuamente a punto de mal genio y de egoísmo, permitiendo que surja en las relaciones ese sentido natural, esa esencia personal que da confianza, que aleja de la aburrida muerte que es la indiferencia. Por ello es una buena cinta, recomendable para ampliar los puntos de vista y aceptar nuestros aspectos diferentes sin sentirnos mal.
Trailer
Ficha técnica:
Una historia casi divertida / Una historia singular (It is Kind of a Funny Story), EUA, 2010.Dirección: Anna Boden y Ryan Fleck
Guion: Anna Boden y Ryan Fleck, basada en la obra It's Kind of a Funny
Producción: Kevin Misher y Ben Browning
Fotografía: Andrij Parekh
Música: Broken Social Scene
Reparto: Keir Gilchrist, Emma Roberts, Zach Galifianakis, Viola Davis, Lauren Graham, Jim Gaffigan, Aasif Mandvi, Jeremy Davies.
Una muy buena pelicula. Tal vez hubiera tenido una mejor recepcion en los cines latinos. Por lo menos a mi me parecio mas sensata que otras peliculas recicladas que cansan.
y pensar que solo es una pequeña vista a el gran mundo de cada persona, cuerda o no
Una película que toca un aspecto poco usual en el cine, el lado humano del adolescente, el miedo al futuro e ignorar su propia realidad, sea cual sea. Le da una mirada al lado bueno de la locura y sobre todo una invitación a ver la vida como es, con altas y bajas, pero, que hay que enfrentar con todo.
Me encantó ver esta película junto a mi hija adolescente que ha tenido más de algún problema de valoración de sí misma. Esta hermosa película muestra como en un ambiente de personas que han cruzado la difusa frontera de la cordura, a través de la compasión, de la solidaridad y de la gratuidad del amor se hace posible descubrir los propios talentos dando un salto gigantesco hacia la valoración de sí mismo y la apreciación de la belleza de la vida.
Este comentario y los otros que han aparecido acá señalan que estamos ante una película valiosa, que contribuye a la sanidad mental de la sociedad
Me hizo pensar… en qué mundo estamos mejor, en el de los «cuerdos» o en un psiquiátrico donde la maldad no forma parte de la locura de cada uno de los internos del hospital. Un adolescente saturado de presiones que piensa en el suicidio y consigue con ayuda de su terapeuta y la de los demás internos, encontrar su propio valor como individuo a la vez que vuelve a sentir lo bella que puede ser la vida. No sé que tiene el final pero me hizo llorar un montón.
Hermosa crítica . Encontré de casualidad esta peli y me pareció un film de los más sencillos y de los mas profundos que vi últimamente.
La vida continúa.
Creo que hice al revés de lo que hace todo el mundo: primero vi la película y después salí a buscar criticas.
Encontré de casualidad el film encontré de casualidad la crítica.
Ambas excelentes .
Quería ver a Emma Roberts y me enamoré de la película, porque de ella ya lo estaba… Jajja
La película es muy bella, me pareció muy interesante ver cómo prácticamente para comenzar a sanar hay que dejar de ser falsos, de ser hipócritas, aceptar nuestros defectos, tampoco se trata de exponerlos pero no de llenarnos de mentiras para cubrir aquello que creemos pueda avergonzarnos, como es el caso de El protagonista con Emma, ella lo vio vomitar, lo vio ofrecer de regalo una camisa, vio sus lados «malos» y sus lados «Buenos», quizás no todos pero le gustó eso, aceptó eso, mientras que en la vida real solemos ocultar esas cosas cuando las hay, a nuestras parejas, amigos, etc…
En Netflix esta pelicula aparece cataloga como comedia y la verdad es entretenida pero ni en un solo momento me he reído . Deberían saber que esta pelicula al genero de comedia no pertenece .