Una historia real

¿Qué reacción tendríamos ante alguien que ha estado usando nuestra identidad para ocultarse de la policía? Probablemente sería de rechazo y condena. Pero Michael Finkel (Jonah Hill), por el contrario, apela a su pasión periodística y enfrenta a su impostor, Christian Longo (James Franco), dejando de lado el hecho del robo de identidad. Su objetivo será escribir un libro sobre el acusado, personaje a quien encuentra interesante de retratar.

Habiendo sufrido una caída importante en su vida profesional, Michael Finkel, ahora ex periodista del New York Times, recibe la información de que alguien ha sido capturado en México mientras utilizaba su identidad. Este hecho lo lleva a investigar a su impostor, alguien con quien comienza a estrechar un vínculo al principio profesional para luego pasar a convertirse en obsesivo. Esta obsesión del cronista es la que ayuda a Longo a manipularlo, convirtiéndose en el principal eje dramático de la historia.

Jonah Hill parece no poder despegarse de ese papel que aparenta haber descubierto en El juego de la fortuna (Moneyball, Bennett Miller, 2011), una suerte de nerd que se caracteriza por su templanza, pero que también demuestra conflictos internos al querer apartarse de esa característica, algo que a su vez le da fuerza a su personaje. James Franco también tiene una recurrencia en sus interpretaciones. Sus caracterizaciones están orientadas usualmente a un joven que resuelve todo con su jovialidad y ocurrencia, como lo vimos en 127 horas (127 Hours, Danny Boyle, 2010), Oz, el poderoso (Oz The Great and Powerful, Sam Raimi, 2013). Otra actuación relevante es la de Felicity Jones, poniéndose en la piel de la mujer de Finkel. Y regreso al mismo comentario que realicé sobre Hill y Franco: el papel que llevara a Jones a encarnar a Jane Hawking en La Teoría del Todo (The Theory of Everything, James Marsh, 2014) tiene muchas similitudes con su interpretación en este film, si tenemos en cuenta que ambas son las compañeras de vida de los protagonistas, brindándole su apoyo al hombre que tienen al lado. Si bien el reparto cumple, la actuación de Jonah Hill por momentos parece forzada, como si no estuviera demasiado cómodo en la interpretación del personaje, algo que se puede apreciar en las escenas donde entrevista al personaje de Franco. Punto en contra, ya que esta característica logra que por momentos perdamos la atención sobre el desarrollo dramático, algo que muchas veces es salvado por la interpretación, a través de la mirada perversa del personaje de Franco.

El director de fotografía, Masanobu Takayanagi, ha dotado de movimiento a la cámara, un recurso que moviliza la mirada en escenas clave, logrando agregar misterio a las acciones de los personajes, especialmente en la toma de decisiones, potenciando un poco la, por momentos, floja actuación dfe Jonah Hill. Takayanagi ha sido director de fotografía de films como La ley del más fuerte (Out of the Furnace, Scott Cooper, 2013) y El lado luminoso de la vida (Silver Linings Playbook, David O. Russell, 2013).

La cinta aborda una temática similar a la de La verdad desnuda (Primal Fear, Gregory Hoblit, 1995), donde Richard Gere, en el papel de abogado, explora la psicología de un monaguillo interpretado por Edward Norton, acusado de asesinar un cura. En este caso, el acusado Longo (con quien comparo el rol de Norton en la película citada) juega un papel fundamental en el juego que le impone a Finkel (quien ocuparía el lugar de Gere), que en algún punto termina siendo víctima de sus perversos juegos.

Marco Beltrami es el encargado de la dirección de sonido, conocido por sus trabajos en Scream: Vigila quién llama (Scream, Wes Craven, 1996), Resident Evil (Paul W.S. Anderson, 2002), Guerra mundial Z (World War Z, Marc Forster, 2013), entre otros films de renombre. La música trabaja perfectamente en el suspense de los pasos de escena con tonos que agregan solemnidad y ayudan a resaltar la búsqueda que Finkel emprende al momento de decidir la escritura de un libro sobre su impostor.

Una historia real es una película de suspenso clásica que nos mantendrá atentos hasta dilucidar si Longo es culpable o no, a pesar de la volatilidad de la actuación de Jonah Hill antes citada. Si bien en los primeros pasajes pareciera que se trata del relato de la vida de un periodista, durante el desarrollo de la historia intentaremos descifrar la mente retorcida de un presunto asesino; este es uno de los motivos principales que sostienen el suspense de la historia.

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