Críticas
Una relación fuera de lo corriente
Una nueva amiga
Une nouvelle amie. François Ozon. Francia, 2014.
François Ozon es un cineasta muy querido en San Sebastián. En 2012 terminó el certamen con la Concha de Oro y el Premio del Jurado al Mejor Guion por Dans la maison. En 2013 volvió con la cautivadora Jeune et Jolie, que obtuvo el Premio TVE Otra Mirada. El especialista en pintar relaciones poco comunes, en 2014 presentó Une nouvelle amie, por la que ganó el 15º Premio Sebastián, un galardón de cine gay-lésbico dentro del ámbito del Festival de Cine de San Sebastián (Zinemaldia).
El filme examina una relación fuera de lo corriente entre Claire (Anaïs Demoustier), David/Virginia (Romain Duris) y el marido de Laura (Isild Le Besco), una amiga de infancia de Claire. Laura padece de una enfermedad grave y antes de morir le hace prometer a Claire que cuidará de su marido y de su hijo. Después de fallecer Laura, Claire les hace una visita, pero le espera una tremenda sorpresa en la forma de Virginia. Los dos personajes se embarcan en un viaje metafórico que pone sus vidas al revés.
La película encaja perfectamente con un tema de gran actualidad, es decir la sexualidad y los derechos de las minorías sexuales. El director provocador, que llama a su obra “un filme transgénero”, estaba escribiendo el guion cuando empezaron las manifestaciones en Francia contra los derechos de las parejas homosexuales. En una entrevista que dio en 2014 en Zinemaldia cuenta que a través de la película quería que la gente entendiera cómo es formar parte de otro tipo de pareja, en comparación con una pareja tradicional. Quería hablar sobre los deseos y la construcción de la identidad. Sin embargo, aunque enfatiza que no fue su intención parecer didáctico, la película puede resultar una obra políticamente correcta y con un toque moralizador, lo que podría ser su único defecto. No lo es si se entiende la sutil ironía y comedia que el cineasta hábilmente entreteje en la historia.
Roman Duris (Populaire, La espuma de los días), para quien la película fue la primera colaboración con Ozon, se enfrentó con el desafío enorme de transformarse de David a Virginia y al revés, lo que hizo muy convincentemente. El actor, de portentoso magnetismo y carisma, ofrece un desempeño magnífico, lleno de matices sutiles y energía. “Mi objetivo fue crear un personaje que ya no tiene el género, para que los espectadores olviden si es femenino o masculino. Lo más difícil era encontrar en mí mismo algo que pudiera etiquetarse como femenino. Al principio, eres muy torpe, pero luego empiezas a ganar confianza, cada vez más confianza, hasta que hay momentos en los que te pierdes, y en los que te dices: pero esto que acabo de hacer, ha sido de mujer sin darme cuenta”, explicó en San Sebastián. Sin embargo, Roman Duris no es la única estrella de la película. Anaïs Demoustier, de aspecto inocente y tímido, casi le roba el éxito a Roman. De hecho, es su personaje, Claire, la que cuenta la historia desde su punto de vista, lo que Anaïs hace sin esfuerzo y con gracia, a menudo a través de expresiones sutiles de su cara, manifestando sus emociones tan hábilmente que muchas veces no necesita de las palabras.
El filme está basado en un relato de una escritora inglesa, Ruth Rendell. Hace veinte años, Ozon leyó uno de sus cuentos, sobre una mujer que descubre que el marido de su mejor amiga es travesti y, a raíz de esto, surge una amistad entre ambos. Al final de esa historia se comete un crimen, un asesinato, pero aunque a Ozon le gustaba mucho el relato y su punto de partida, no le apetecía contar una historia de un asesinato. “Me apetecía que fuese una historia de amor, me apetecía, justamente, transformar esa amistad en historia de amor”, admite el cineasta. Tanto en el cuento como en la película está obvia la referencia al cine de Alfred Hitchcock, es decir de misterio y dobles personalidades, y también Ozon cruza la frontera de la muerte, pero elimina la posibilidad del horror. Lo hace de forma provocativa, manteniendo el estilo de una película de suspenso, con la escalofriante banda sonora y deslizamiento de la cámara, y refiriéndose a la obra maestra de 1958, Vertigo, pero al revés. La idea de resucitar un amor antiguo, un fantasma, sigue estando presente, pero el sexo está invertido. De una cierta manera, Claire tiene el papel de Scottie en Vertigo (Jimmy Stewart); es ella la que mueve los hilos y juega con su muñeca, David, transformándole en algo nuevo, como Madeleine (Kim Novak) en el filme de Hitchcock.
El fin de la película ha recibido críticas por ser inverosímil, desmesurado, incluso, absurdo, en el sentido que es poco congruente con el cuidadosamente pensado equilibrio entre comedia negra y provocación, presente a lo largo de la película y llevado a cabo de forma inteligente y deliciosamente natural. La última escena va más allá de lo que acabamos de ver: provocador, pero aun así, aceptable, y lo transforma en algo que todavía es poco común y considerado como no aceptado por la sociedad. Tal vez esa fue la intención del director: ejercitar nuestra mente para que sea todavía más libre de prejuicios y prepararnos para la situación social que indudablemente nos espera a la vuelta de la esquina.
Ozon se decide por un trabajo que supone un desafío, es decir, intentar hacernos entender que cada uno de nosotros tiene sus motivos y razones para actuar de cierto modo, pero que al final, las apariencias tienen poca importancia y todos merecemos ser felices, sin tener en cuenta la sexualidad. Aunque sea una conclusión poco original, vale la pena ver cómo Ozon llega a ella. Es un viaje divertido y brillante a la vez, una observación aguda de la sociedad, competentemente expresado en la pantalla grande por un equipo muy agradable y talentoso.
Trailer:
Ficha técnica:
Una nueva amiga (Une nouvelle amie), Francia, 2014.Dirección: François Ozon
Guion: François Ozon
Fotografía: Pascal Marti
Música: Philippe Rombi
Reparto: Romain Duris, Anaïs Demoustier, Raphaël Personnaz, Isild Le Besco, Aurore Clément, Jean-Claude Bolle-Reddat, Bruno Pérard, Claudine Chatel, Anita Gillier, Alex Fondja, Zita Hanrot, Pierre Fabiani