Reseñas de festivales
Uranes
Uranes dura 60 minutos y es el primer largometraje de Chema García Ibarra, un realizador español que se ha hecho conocido por cortos como El ataque de los robots de Nebulosa-5 (2008), que tuvo una mención honorífica en el Festival de Sundance, y Misterio (2013), que fue seleccionado el año pasado para la competencia del Festival de Berlín.
Es una película hecha casi sin presupuesto, que es a la vez comedia negra y ciencia ficción, con una trama de venganza. Fue realizada como parte del proyecto Little Secret Film del canal Calle 13 de España, que comprendió 13 citas rodadas en 13 horas sin un guion que contenga diálogos. Su principal atractivo es el humor basado en un perverso sentido del ridículo, en la coincidencia de lo insólito con la realidad cotidiana española y en los escasos recursos de la producción, como las obras anteriores del cineasta. Hay, por ejemplo, dos secuencias hechas con fotos familiares, que un narrador describe y comenta, y la principal escena de acción se desarrolla detrás de la puerta cerrada de una casa, filmada en plano general. Está narrada en voice over y con un solo efecto de sonido.
En Uranes se juega además con la forma: la película comienza como un documental con narrador, en el que el protagonista aparece haciendo grabaciones con su cámara, y termina con las imágenes grabadas por el personaje, acompañadas de una narración en primera persona, que relata desde otra perspectiva partes de la historia antes contada. Pero eso no pasa de ser una redundancia, como cuando la voice over dice exactamente lo que se va a ver a continuación, lo que ocurre varias veces. El sentido del humor de los cortos, además, no parece funcionar de la misma manera en el largometraje.
Pero si Uranes pudiera resultar decepcionante para los que vieron El ataque de los robots de Nebulosa-5, igual se aprecia que el cineasta se haya mantenido fiel a su búsqueda, que es la de un cine de autor a la vez barato, accesible y anticomercial.