Críticas
Gold diggers de 1935, vampiresas con censura
Vampiresas de 1935
Otros títulos: Vampiresas de 1935.
Gold diggers of 1935. Busby Berkeley. Estados Unidos, 1935.
Un vagabundo marca el ritmo de la música, sentado alegremente en un banco. Un hotel, el Wenworth Plaza, se prepara para comenzar las reservaciones del verano y todos sus empleados se aprestan musicalmente a las labores de limpieza, recogida y acondicionamiento del hotel. Gold Diggers of 1935 es la cuarta de la serie comenzada en 1923 con el filme hasta ahora perdido Gold Diggers (1923), de Harry Beaumont, y luego Gold Diggers of Broadway (1929), dirigida por Roy del Ruth; y es la segunda colaboración de Busby Berkeley con la productora Warner Brothers esta vez colocado en la silla de director, además de sus responsabilidades como coreógrafo. Comedia musical de corte ligero, el filme retorna a la consabida historia de amor entre telones, con familia aristocrática, chicas de buen ver y productor musical en bancarrota de por medio.
Esta nueva historia no guarda relación de continuidad con la obra anterior de Mervyn Le Roy y presenta un reparto renovado casi al completo, donde solo se mantiene al célebre Dick Powell. Narra la historia de varios personajes que confluyen en el verano, en el exclusivo hotel Wenworth Plaza, a orillas del hermoso lago Waxapahachie, un sinónimo de lujo y esplendor. La familia Prentiss, compuesta por la rácana de la madre, la joven e ingenua Ann y el díscolo Humboldt son esperados con esmero, al igual que el magnate T. Mosley Thorpe y otros invitados importantes. La Sra. Prentiss desea para su hija un beneficioso casamiento con Thorpe, al cual esta se opone. Para cuidar el nombre de la familia y a Ann de las tentaciones, la madre contrata a Dick para que sea su chaperón durante las vacaciones y la cuide en sus andadas. Por supuesto, que el amor surgirá entre los jóvenes.
Como suele suceder en este tipo de filme comercial, la dirección de Berkeley no hace grandes aportes estilísticos a la fórmula, notándose su toque personal en el departamento donde fue siempre más competente, en musicalización y coreografía. Para esta nueva entrega melódica cuenta con Dick Powell, con su popular encanto de estrella juvenil, Gloria Stuart como Ann Prentiss, Arline Davis como Dorothy Daves la prometida de Dick, que luego retoma su camino con el travieso heredero Humboldt Prentiss. En papeles secundarios, pero no menos encantadores, Alice Brady como la señora Prentiss, Adolphe Menjou como el vividor conde Nicoleff, agregándole su encanto desaliñado e hilarante, y su secuaz Joseph Cawthorn, quienes serán los encargados del pretexto musical de este filme, un supuesto musical de beneficencia al fondo de la leche. A este reparto se une con una participación bastante breve la actriz y cantante Winni Shaw, quien será la verdadera estrella de este musical.
Gold Diggers de 1935 vuelve a estar definida por tres números musicales, entre ellos el conocido Lullaby of Broadway, por el cual Harry Warren y Al Dubin recibieron un premio de la Academia como mejor canción original y Busby Berkeley una nominación como mejor dirección musical. El número, reconocido como un pequeño cortometraje musical dentro del propio filme por su complejidad narrativa fue cantado Wini Shaw y es de esos en que Berkeley usa el montaje como una forma de construir una historia bailada y cantada que es casi imposible montar en un escenario tradicional. Además el filme cuenta con el divertido número I’m Going Shopping with You cantado por Dick Powell y Gloria Stuart y The Words Are in My Heart entonado por Powell, para el cual se utilizaron 56 pianos de cola blancos para hacer complejas formaciones.
Esta versión, aunque inferior a la anterior, mantiene la frescura a pesar de los años y vuelve a ser muestra de que su coreógrafo constituye hasta hoy día un referente en el mundo del musical. En Lullaby of Broadway, se recrea con los intensos contrastes monocromáticos, desde el comienzo, con el rostro de Winni Shaw en un inmenso espacio negro que crea un vacío que se irá llenando con el gran acercamiento que lleva a un primerísimo primer plano de la cantante. El número narra de forma elíptica, a través de metáforas visuales, la vida de un Broadway que para esta ocasión pareciera estar observado a través de la censura. Si el filme de 1933 fue de los llamados previos al Código, a la censura de Hays, el final de este número musical denota en su trágica advertencia la mano de la censura. El rostro se convertirá en la ciudad, esa ciudad que duerme y se despierta muy temprano. Un hombre se acerca, es el lechero, y su figura recorre el perímetro de una fábrica acentuado a través de una iluminación expresionista. Un nuevo día, el metro, la multitud, el desayuno, la lectura del periódico, jóvenes maquillándose, el lechero está de camino y las chimeneas de las fábricas que anuncian el comienzo de una nueva jornada, mientras alguien le da cuerda a una caja musical.
A esas horas, cuando el mundo despierta es que las estrellas de Broadway dan por terminado el día, reiniciando la vida de clubes y casinos, bailes y copas cuando el reloj resaltado con lámparas fluorescentes marca las seis de la tarde. Todo es música y fantasía, pero al final, la cantante Winni Shaw será empujada accidentalmente por las mismas personas que le cantaron y bailaron. El reloj sigue su curso y la vida continua, pero ningún pecador queda sin ser advertido. Reconocido en 2006 como una de los mejores musicales de la historia por el Instituto Fílmico Americano, fue el primer filme dirigido íntegramente por Busby Berkeley.
Trailer:
Ficha técnica:
Vampiresas de 1935 / Vampiresas de 1935 (Gold diggers of 1935), Estados Unidos, 1935.Dirección: Busby Berkeley
Guion: Robert Lord, Peter Milne y Manuel Seff
Producción: First National Pictures / Warner Bros. Pictures
Fotografía: George Barnes
Música: Bernhard Kaun y Heinz Roemheld
Reparto: Dick Powell, Adolphe Menjou, Gloria Stuart, Alice Brady, Hugh Herbert, Glenda Farrell, Frank McHugh, Joseph Cawthorn, Grant Mitchell, Dorothy Dare y Wini Shaw