Críticas

La vida enfrente

Verano 1993

Estiu 1993. Carla Simón. España, 2017.

Cartel de la película Verano 1993Lo esencial es invisible a los ojos. Lo apuntaba el libro más famoso de Saint-Exupéry. Y puede tener razón si nos olvidamos de mirar como lo hacen los niños. Si es así solo veremos en el dibujo un sombrero, cuando en realidad es una serpiente que se ha comido un elefante. Siento el spoiler. Tal vez nos falta perspectiva, ahora también se llama empatía. Se diluye en el proceso de crecimiento, maduración y adaptación al mundo adulto, tan premiado socialmente. Nos cuesta hincar la rodilla –a veces no hay tiempo, nos lo roban– y mirar a los ojos de aquellos que son la base en la que se asienta todo. Superar el vértigo de responsabilidad y llenarse de audacia para compartir juegos y momentos vitales transforma y enriquece miradas, lo aseguro. Y Estiu 1993 está cargada de transformación y de enriquecimiento, también de dignidad y de otras tantas cargas de profundidad. Todo, gracias a que ha sabido hincar la rodilla, acompañar y mirar a los ojos a la infancia, a través de su protagonista, para regalarnos una gran perspectiva.

La ópera prima de Carla Simón narra el primer verano de Frida con sus tíos, convertidos en su familia de acogida al morir su madre. Un verano, el de 1993, de cambios, de tristeza, lleno de vida, de naturaleza, de adaptación, vivido en la persona de una niña de seis años.

Eso es la obra de Simón, así de simple, aparentemente. Porque son esas historias, las más sencillas, las que, si se tratan bien, dejan el mayor poso, las que a posteriori se convierten en complejas, las que mueven corazones y agitan las mentes. Y hay que añadir que el tratamiento, la manera de contar tan ‘elemental’ narración, se revela igual de delicado, sin estridencias ni juegos artificiosos. Es por esto que el espectador se topa con una película que le envuelve poco a poco, mientras se asoma a la vida de Frida, la conoce un poco más, comparte sus juegos y secretos veraniegos, incluso sufre sus enfados, sus frustraciones y su pena.

Estiu 1993, fotograma

Estiu 1993 expone, no juzga, y mima a su protagonista –cuya interpretación destaca– como mima al relato y a cada una de las imágenes que lo componen. Sin duda se ha abierto un hueco notable entre las películas relacionadas con la infancia, que es de este tema del que trata, junto al duelo, aunque también de muchos más de forma directa o indirecta: la familia, los años ochenta en España, el VIH…

Sus influencias, más o menos claras, las ha reconocido la directora (El Espíritu de la Colmena, Cría cuevos). Otras se pueden comprobar en el propio metraje, aunque hay que añadir una más: Boyhood. Es verdad que el filme de Richard Linklater se diferencia en mucho del de Carla Simón, para empezar en la forma, pero ambos comparten la humildad que rezuman sus historias, la naturalidad de su tratamiento y, tomándome las licencias oportunas, el impacto y el poso que produjo en quien escribe. Lo dijo aquel chico de gafas redondas de Liverpool: «La vida es aquello que te va sucediendo, mientras estás ocupado haciendo otros planes». Algo que muchas veces se nos olvida, se nos escapa, y que Estiu 1993 nos insta a recordar.

Verano 1993 - Crítica

Sin grandes dosis de marketing ni estridencias mediáticas este título ha llegado a las pantallas, muy poco a poco, más lento de lo que le gustaría a un cinéfilo de provincias. Abriéndose camino a golpe de boca a boca, de opiniones y reseñas, acompañada de unos cuantos premios en grandes festivales (BAFICI, Málaga, Berlín…) y de una selección para los Oscar. No está nada mal para ser un debut.

Aunque nos dejemos llevar por el artificio de la promoción, lo normal y a veces inevitable, nunca viene mal acercarse a estas obras pequeñas, obviadas en ocasiones pero que hablan más de cine y de la propia vida que las marcadas en la agenda oficial.

La capacidad de sorpresa y de fantasía de los niños es infinita. Un amigo apuntaba una vez que en la mente infantil todo era susceptible de mil y una interpretaciones, hasta ese simple agujero que solo es eso para el resto, un agujero. El mundo se despliega a ratos lento y a ratos demasiado rápido frente a ellos, y deben entenderlo e interactuar mientras los adultos se creen ‘perros viejos’ que saben todo, o creen saberlo. Incluso cómo será una película viendo su carátula, su procedencia o los galones que luce, olvidando lo más sencillo, lo que podemos disfrutar, reír o llorar frente a la pantalla. Porque hay veces en las que hay que dejarse llevar.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Verano 1993 (Estiu 1993),  España, 2017.

Dirección: Carla Simón
Duración: 97 minutos
Guion: Carla Simón
Producción: Inicia Films / Avalon P.C
Fotografía: Santiago Racaj
Música: Ernest Pipó
Reparto: Laia Artigas, Bruna Cusí, David Verdaguer, Paula Robles, Paula Blanco, Etna Campillo, Jordi Figueras, Dolores Fortis, Titón Frauca, Cristina Matas, Berta Pipó, Quimet Pla, Fermí Reixach, Isabel Rocatti, Montse Sanz, Tere Solà, Josep Torrent

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