Reseñas de festivales
Vergiss Mein Nicht
David Sievking inicia este proyecto llamado Forget me not cuando toma la determinación de aparcar a un lado su vida para volcarse al cuidado de su madre, enferma de Alzheimer. Es difícil que un documental pueda llegar a ser más personal que este diario audiovisual de la evolución y los estragos que una enfermedad como el Alzheimer causa en el seno familiar. Un recorrido hacia la desmemoria que Sievking focaliza en los intentos diarios por mantener activa a su madre y buscar estímulos que frenen de alguna manera su deterioro cognitivo. Además, también busca un acercamiento, como nunca antes había hecho, a los episodios que desconoce de la vida de su madre y a la historia de amor de sus padres. Una mirada nostálgica hacia el pasado apoyada en el recuerdo que su padre le aporta. Ante la certeza de haber perdido en vida a su madre, a la que tiene que recordar una y otra vez que él es su hijo y no su marido, encuentra una vía de escape gracias a esa investigación sobre una vida pretérita, que le permite soportar, un poco mejor, la dolorosa realidad. Una forma de sentirse muy próximo a su madre, pisando un terreno al que ella ya no puede acceder: el pasado que ha marcado de forma definitiva su forma de ser. Sus motivaciones y compromisos de vida que le impulsaron a mantener la unión familiar y la relación de pareja que Sievking desconocía. En definitiva, regresar al pasado para aferrarse a la auténtica identidad de su madre y recuperar de algún modo el recuerdo que ella ya ha perdido. ¿En qué nos convertimos cuando la memoria desaparece? ¿Qué somos sin las experiencias que hemos vivido y sin poder reconocer a los seres que amamos?
El sacrificio que recae en la familia requiere de un amor pleno y sincero, que es lo que trasmite este film por cada uno de su poros.